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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

Nacionalismo y terrorismo

Nacionalismo y terrorismo

Café-tertulia con Movimiento Cultural Cristiano y Partido Sain

Pamplona, 3 de febrero de 2013, 17 horas.

Invitado por los amigos del MCC y del Partido SAIN, mantuvimos un diálogo de casi 3 horas sobre diversas cuestiones asociados al binomio nacionalismo-terrorismo.

Partimos de un breve examen de uno de los mejores textos elaborados en las últimas décadas al respecto. Nos referimos a la Instrucción Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias, de la Conferencia episcopal católica española, de 22 de noviembre de 2002. Aunque breve y conciso, analiza y enjuicia al terrorismo desde una perspectiva moral. Este texto, para nada superficial, pasó sin pena ni gloria. Así, la sociedad española desperdició una oportunidad de reflexión conjunta; no en vano, se trataba de una invitación al diálogo y a una búsqueda colectiva de soluciones. De hecho, hasta la primavera de 2005 no se conoció una obra que lo estudiara. Nos referimos al libro Terrorismo y nacionalismo, un estudio sistemático de la citada Instrucción pastoral efectuado por diez hombres y mujeres, intelectuales católicos de primera fila, que constituye una de las reflexiones más complejas que se han realizado en las últimas décadas al respecto y que hemos citado aquí en varias ocasiones.

Esta Valoración está estructurada en 44 puntos, calificando al terrorismo como forma específica de violencia armada. Valora como particularmente necesario un juicio del terrorismo, al que define como terror criminal ideológico; calificándolo de «intrínsecamente perverso y nunca justificable» y como «estructura de pecado». Denuncia sus dos efectos más importantes: la extensión sistemática del odio y del miedo. Considera inmoral «toda forma de colaboración» con el mismo. Se remite al «nacionalismo totalitario» como matriz del terrorismo de ETA. En el punto 29 equipara al nacionalismo que pretende la independencia, por encima de todo, con el «individualismo insolidario» de las personas. Afirmando que «La Doctrina Social de la Iglesia reconoce un derecho real y originario de autodeterminación política en el caso de una colonización o de una invasión injusta, pero no en el de una secesión», asume la postura del Derecho Internacional y Naciones Unidas al respecto. Por último, propone a la misma Iglesia -dentro de un abanico de medidas orientadas a la conquista de la paz- como instrumento de acompañamiento a las víctimas y de conversión para los terroristas.

Siguiendo el método de preguntas y respuestas, se plantearon numerosas cuestiones, especialmente las relacionadas con la diferencia entre nacionalismo moderado y nacionalismo radical de corte totalitario; la asociación del nacionalismo moderado con los intereses de poder de minorías insolidarias; el límite de la solidaridad, como criterio moral de validez de las pretensiones nacionalistas, etc.

Un diálogo fructífero que acreditó el alto nivel de preparación de los militantes del MCCy el Partido SAIN y su inquebrantable compromiso con la solidaridad y la suerte de los empobrecidos.

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