Jesús Monzón. El líder comunista olvidado por la Historia.
Martorell Pérez, Manuel: Jesús Monzón. El líder comunista olvidado por la Historia.
Editorial Pamiela. Pamplona. Junio 2.000.
285 páginas.
2.500 pesetas.
Manuel Martorell, periodista especialista en oriente medio, y autor del libro Los kurdos: historia de una resistencia, realiza esta incursión histórica manifestando, en el trabajo que nos ocupa, cierta curiosidad por el carlismo, del que destaca en el texto "su raíz popular, la sinceridad de su comportamiento y la profundidad de sus convicciones.
De familia acomodada afincada en el Baztán, con amigos íntimos pertenecientes a todo el espectro político de la Pamplona anterior a la guerra civil (el nacionalista vasco Estanis Aranzadi, el cedista Ignacio Ruiz de Galarreta, el tradicionalista Tomás Garicano Goñi, el republicano Ignacio Usechi, etc.) Jesús Monzón llegó a ser uno de los máximos dirigentes del Partido Comunista de España en los años 40.
Persona culta, bon vivant, tolerante, compartió en el verano de 1.934 el primer premio otorgado por la “Hermandad del Arbol” con el falangista Rafael García Serrano.
Estudia en Barcelona y Madrid, simpatizando con el marxismo e ingresando en el Partido Comunista de España. Finalizados sus estudios, regresa a Navarra, donde pronto destacará en la pequeña agrupación regional del PCE. Llegó a organizar en Navarra una importante huelga junto a los sindicatos carlistas (huelga general en la construcción, junio de 1.935), en la que demostró gran capacidad de liderazgo y de alcanzar acuerdos con fuerzas ideológicamente distintas.
La pamplonica Aurora Gómez Urrutia será la mujer de su vida, si bien la muerte del único hijo del matrimonio, Sergio, causará la separación de ambos durante años. Estuvo unido con otras tres mujeres en algunos periodos de su vida. Volverá con Aurora al ser excarcelado en 1.959.
Se entrevistó con Casares Quiroga al objeto de denunciar los preparativos insurreccionales carlistas; pero el entonces Presidente del Gobierno republicano no le otorgó especial importancia.
Tras ocultarse en Pamplona, al iniciarse la guerra civil, pasa a zona republicana, donde llegó a ser Gobernador Civil de Alicante (desde el 31/07/37) y de Cuenca (desde mayo de 1.938).
Responsable en Francia del Partido Comunista de España al finalizar la guerra civil, reconstruye el PCE en ese país dividido, creando las bases de las que luego fueron las “Agrupaciones Guerrilleras Españolas”, que se anticiparon en la “resistencia” a los mismos comunistas franceses.
Impulsa y organiza el intento de invasión del Valle de Arán, en 1.944, por varios miles de comunistas españoles procedentes de Francia. Será detenido en el interior de España en 1.945.
En 1.948 es juzgado en Consejo de Guerra y condenado a 30 años de prisión. En el aplazamiento del proceso y en la desestimación de la petición fiscal de pena de muerte, influyó sin duda la mediación, de algunos amigos navarros bien situados en el “nuevo régimen”, realizada en este sentido.
De forma paralela, el PCE de Santiago Carrillo lo procesa y expulsa, acusándole de una retahíla, de presuntos crímenes, propia de la fraseología estalinista que se impone en el mundo comunista.
Tras casi 14 años de prisión, es excarcelado, impartiendo posteriormente clases de economía en centros formativos vinculados al Opus Dei (México, Barcelona y Baleares). Muere en Pamplona en 1.973.
Siendo dirigente del PCE, Monzón elaboró una estrategia, a mediados de la década de los cuarenta, mediante la llamada “Unión Nacional”, que pretendía agrupar a toda la oposición antifranquista, desde los carlistas y alfonsinos, hasta los comunistas. En este sentido, se anticipó alguna década a la política de “reconciliación nacional” que desarrolló años después Santiago Carrillo. Precisamente este personaje sale malparado en esta biografía. Como peón del estalinismo, procesará a Monzón, expulsándolo del partido. Llegará a ordenar, con motivos diversos, la eliminación física de algunos correligionarios que asumieron posiciones “monzonistas”, que equiparó al “desviacionismo titista”. Es significativo el papel desarrollado por Carrillo, como auténtico fiscal, en el proceso seguido en el PCE contra Carmen de Pablo, máximo dirigente del partido en Francia durante la segunda guerra mundial, sentimentalmente unida a Monzón. El autor nos describe a Santiago Carrillo como un experto interrogador, implacable y manipulador, que incurre en todos los tópicos del estalinismo, persiguiendo derrumbar política y psicológicamente a esa mujer; lo que logrará por cierto.
Jesús Monzón no ha dejado una autobiografía. Sus documentos personales tampoco nos han llegado pues, poco antes de morir, los mandó quemar a una sobrina. De haber escrito sus memorias “el partido habría quedado mal”, según sus propias palabras. No quería perjudicar a un PCE que, a su juicio, debiera jugar un papel importante en el futuro político de España. Por ello, el autor se ha tenido que basar, sobre todo, en testimonios orales.
La biografía es irregular en el tratamiento de algunos periodos de la vida del protagonista. Habiendo fallecido la mayoría de las personas próximas a Monzón, que hubieran podido realizar interesantes aportaciones al respecto, la ausencia de fuentes documentales impide colmar las lagunas existentes en la biografía.
Por otra parte, la pena de olvido, impuesta por el PCE al que fuera uno de sus más importantes e innovadores dirigentes, fue eficaz, lo que se traduce en que Monzón apenas es mencionado, cuando no ignorado directamente, en los libros y estudios publicados por los protagonistas más importantes en la historia del PCE. Sin embargo, Joan Estruch en su reciente libro, “La historia oculta del PCE” (Temas de hoy, 302 páginas, año 2.000), ya le dedica varias páginas con cierta profundidad.
Para los familiarizados con la historia de Pamplona, será un placer la lectura de esta biografía, estrechamente unida a Navarra.
Editorial Pamiela. Pamplona. Junio 2.000.
285 páginas.
2.500 pesetas.
A partir de testimonios orales, fundamentalmente, el autor ha elaborado una biografía de este desconocido dirigente comunista navarro.
Manuel Martorell, periodista especialista en oriente medio, y autor del libro Los kurdos: historia de una resistencia, realiza esta incursión histórica manifestando, en el trabajo que nos ocupa, cierta curiosidad por el carlismo, del que destaca en el texto "su raíz popular, la sinceridad de su comportamiento y la profundidad de sus convicciones.
De familia acomodada afincada en el Baztán, con amigos íntimos pertenecientes a todo el espectro político de la Pamplona anterior a la guerra civil (el nacionalista vasco Estanis Aranzadi, el cedista Ignacio Ruiz de Galarreta, el tradicionalista Tomás Garicano Goñi, el republicano Ignacio Usechi, etc.) Jesús Monzón llegó a ser uno de los máximos dirigentes del Partido Comunista de España en los años 40.
Persona culta, bon vivant, tolerante, compartió en el verano de 1.934 el primer premio otorgado por la “Hermandad del Arbol” con el falangista Rafael García Serrano.
Estudia en Barcelona y Madrid, simpatizando con el marxismo e ingresando en el Partido Comunista de España. Finalizados sus estudios, regresa a Navarra, donde pronto destacará en la pequeña agrupación regional del PCE. Llegó a organizar en Navarra una importante huelga junto a los sindicatos carlistas (huelga general en la construcción, junio de 1.935), en la que demostró gran capacidad de liderazgo y de alcanzar acuerdos con fuerzas ideológicamente distintas.
La pamplonica Aurora Gómez Urrutia será la mujer de su vida, si bien la muerte del único hijo del matrimonio, Sergio, causará la separación de ambos durante años. Estuvo unido con otras tres mujeres en algunos periodos de su vida. Volverá con Aurora al ser excarcelado en 1.959.
Se entrevistó con Casares Quiroga al objeto de denunciar los preparativos insurreccionales carlistas; pero el entonces Presidente del Gobierno republicano no le otorgó especial importancia.
Tras ocultarse en Pamplona, al iniciarse la guerra civil, pasa a zona republicana, donde llegó a ser Gobernador Civil de Alicante (desde el 31/07/37) y de Cuenca (desde mayo de 1.938).
Responsable en Francia del Partido Comunista de España al finalizar la guerra civil, reconstruye el PCE en ese país dividido, creando las bases de las que luego fueron las “Agrupaciones Guerrilleras Españolas”, que se anticiparon en la “resistencia” a los mismos comunistas franceses.
Impulsa y organiza el intento de invasión del Valle de Arán, en 1.944, por varios miles de comunistas españoles procedentes de Francia. Será detenido en el interior de España en 1.945.
En 1.948 es juzgado en Consejo de Guerra y condenado a 30 años de prisión. En el aplazamiento del proceso y en la desestimación de la petición fiscal de pena de muerte, influyó sin duda la mediación, de algunos amigos navarros bien situados en el “nuevo régimen”, realizada en este sentido.
De forma paralela, el PCE de Santiago Carrillo lo procesa y expulsa, acusándole de una retahíla, de presuntos crímenes, propia de la fraseología estalinista que se impone en el mundo comunista.
Tras casi 14 años de prisión, es excarcelado, impartiendo posteriormente clases de economía en centros formativos vinculados al Opus Dei (México, Barcelona y Baleares). Muere en Pamplona en 1.973.
Siendo dirigente del PCE, Monzón elaboró una estrategia, a mediados de la década de los cuarenta, mediante la llamada “Unión Nacional”, que pretendía agrupar a toda la oposición antifranquista, desde los carlistas y alfonsinos, hasta los comunistas. En este sentido, se anticipó alguna década a la política de “reconciliación nacional” que desarrolló años después Santiago Carrillo. Precisamente este personaje sale malparado en esta biografía. Como peón del estalinismo, procesará a Monzón, expulsándolo del partido. Llegará a ordenar, con motivos diversos, la eliminación física de algunos correligionarios que asumieron posiciones “monzonistas”, que equiparó al “desviacionismo titista”. Es significativo el papel desarrollado por Carrillo, como auténtico fiscal, en el proceso seguido en el PCE contra Carmen de Pablo, máximo dirigente del partido en Francia durante la segunda guerra mundial, sentimentalmente unida a Monzón. El autor nos describe a Santiago Carrillo como un experto interrogador, implacable y manipulador, que incurre en todos los tópicos del estalinismo, persiguiendo derrumbar política y psicológicamente a esa mujer; lo que logrará por cierto.
Jesús Monzón no ha dejado una autobiografía. Sus documentos personales tampoco nos han llegado pues, poco antes de morir, los mandó quemar a una sobrina. De haber escrito sus memorias “el partido habría quedado mal”, según sus propias palabras. No quería perjudicar a un PCE que, a su juicio, debiera jugar un papel importante en el futuro político de España. Por ello, el autor se ha tenido que basar, sobre todo, en testimonios orales.
La biografía es irregular en el tratamiento de algunos periodos de la vida del protagonista. Habiendo fallecido la mayoría de las personas próximas a Monzón, que hubieran podido realizar interesantes aportaciones al respecto, la ausencia de fuentes documentales impide colmar las lagunas existentes en la biografía.
Por otra parte, la pena de olvido, impuesta por el PCE al que fuera uno de sus más importantes e innovadores dirigentes, fue eficaz, lo que se traduce en que Monzón apenas es mencionado, cuando no ignorado directamente, en los libros y estudios publicados por los protagonistas más importantes en la historia del PCE. Sin embargo, Joan Estruch en su reciente libro, “La historia oculta del PCE” (Temas de hoy, 302 páginas, año 2.000), ya le dedica varias páginas con cierta profundidad.
Para los familiarizados con la historia de Pamplona, será un placer la lectura de esta biografía, estrechamente unida a Navarra.
Revista de historia contemporánea Aportes, Nº 45, 1/2001.
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