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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

El libro de España.

F.T.D.: El libro de España.
Editorial Edelvives. Zaragoza. 1.999.
384 páginas.
2.200 ptas.

 

            Dentro de la moda de reeditar libros con significado sentimental y nostálgico, referentes a nuestro pasado más inmediato, encontramos una iniciativa interesante de la zaragozana Edelvives, sucesora de la primera editorial de los Hermanos Maristas en España, la FTD de Barcelona (Frère Théophane Durand).
            “El libro de España”, edición facsímil de la de 1.928, fue un texto estudiado por cientos de miles de españoles para los que fué uno de sus medios de encuentro con la realidad española, en una época en la que no existía televisión, apenas radio y, por supuesto, internet no se podía ni adivinar.
            Concebido como medio de lectura de clara orientación pedagógica, el hilo conductor de la narración lo marca las peripecias de dos hermanos, Gonzalo de 10 años y Antonio de 14, huérfanos de padre y madre. Ambos regresan, a la muerte de su padre, de Francia a España, en busca de su abuela, residente en Andalucía. Viven diversas peripecias, perdiendo el escaso dinero que portaban en el inicio del viaje, por lo que de camino tendrán que desarrollar trabajos temporales en diversos lugares, conociendo a lo largo de casi toda la geografía española a buenas personas que les facilitarán su viaje.
            Sus trabajos y las relaciones personales que surgen progresivamente, serán excusa para un repaso de la realidad de las diversas provincias españolas, con especial atención a sus figuras históricas, religiosas y literarias de la mano de un texto “Claros varones de España” que les acompaña en el viaje y cuya lectura ilustrará su tránsito.
            Con una concepción cristiana de la vida muy precisa, parte de una visión “casticista” de España, para la que la religiosidad católica tradicional ha sido el motor y fundamento de las grandes figuras, obras y empresas nacionales.
Al texto le acompañan unas magníficas ilustraciones en blanco y negro que reproducen retratos, escenas típicas, paisajes, monumentos y episodios de las andanzas protagonizadas por los dos hermanos. Así, nos proporcionan algunas sorpresas en las mismas, como por ejemplo en la página 58, al retratar el dibujante el castillo - palacio de Olite (en Navarra) anterior a la restauración conocida por nuestros contemporáneos. Otras muchas imágenes de pueblos y ciudades nos muestran una España rural, poco industrializada, en la que las grandes obras públicas empezaban a notar su presencia.
La primera edición sale en plena dictadura de Primo de Rivera: 1.928. Figuran algunas referencias del momento histórico, así al hablar del Palacio Real de Madrid nos lo presentan como residencia de S.M. Alfonso XIII, pero gran parte del texto es intemporal, permaneciendo vigente en lo que a datos históricos y tendencias económicas generales refleja (como curiosidad, en la página 2 nos habla de un marino que pudo comerciar con Francia aprovechando la baja del franco posterior a “la guerra”; la primera guerra mundial).
El libro cultiva otros valores, como las normas de buena educación y un cierto ascetismo vital. Por ejemplo, a raíz de un incidente con un pelotari blasfemo, se dice que en España no es necesaria una Ley Seca, pues el carácter de los españoles es austero “por naturaleza ante la copa y aun sobrio” (página 264). Todo ello encajado dentro del “programa” regenerador, apolítico, moralizante y patriótico de la Dictadura de Primo de Rivera.
Esta edición facsímil reproduce literales algunas peculiaridades ortográficas de la época, así como la acentuación original del libro; que fueron corregidas en ediciones posteriores.
Con la guerra civil se editó en 1.938 una nueva versión, con algunas modificaciones impuestas por el curso de la contienda desde el sector nacional. Así, el padre de los dos hermanos ya no sería un marino fallecido, sino un militar falangista muerto en el asalto al cuartel de la Montaña en Madrid, en julio de 1.936. El tío de los dos hermanos, antiguo emigrante, también tendría las mismas convicciones.
Este libro todavía era objeto de lectura en algunos colegios a principios de los años 70. Por todo ello podemos deducir fácilmente que el número de sus lectores ha sido realmente alto, siendo iniciados en ciertos aspectos de la vida a través de este magnífico medio de conocimiento y contraste con la tradición en la que habían nacido y en la que, todavía, se iban a desenvolver. Muchos de ellos aprendimos gracia al texto, tal como señalan las palabras que figuran en la presentación del libro en la solapa de su sobrecubierta, “a amar a España”.

 

Revista de historia contemporánea Aportes, Nº 45, 1/2001.

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