Blogia
Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

“¿Por qué aumenta el terrorismo? Para comprender la amenaza y responder al desafío” (Ediciones Encuentro).

Alan M. Dershowitz. “¿Por qué aumenta el terrorismo? Para comprender la amenaza y responder al desafío”. Traducción de Gabriel Rosón. Ediciones Encuentro. Madrid. 2004. 260 pp.

 

 

 

La articulación y límites del binomio libertad-seguridad han recobrado, desde el impacto de los masivos atentados terroristas del 11 S y el 11 M, dramática actualidad. En este contexto, nadie mejor que un judío estadounidense, jurista, activista por los derechos civiles, y experto en la práctica contraterrorista israelí, para aportar luz desde la perspectiva del chocante pragmatismo norteamericano.

 

 

Bastante valor han reunido en Ediciones Encuentro para presentar, al lector español, el libro que en esta ocasión comentamos; no en vano, lo integran un sugerente conjunto de reflexiones sinceras, particularmente pragmáticas y sin complejos, en torno al fenómeno mundial del terrorismo. Si a ello le sumamos que se trata de una elaboración intelectual típicamente norteamericana, ya tenemos los ingredientes de un producto “políticamente incorrecto”. Al menos en Europa.

 

 

A los norteamericanos los pintamos malvados o ingenuos, cuando no infantiles. Este, generalmente compartido, inicial juicio de valor, podría ser acreditado por algunas de las sorprendentes reflexiones del autor. Nos referimos, por ejemplo, a la polémica social planteada por la propuesta de un documento nacional de identidad en Estados Unidos. Tal discusión, irrelevante en España donde nadie discute su existencia, es fundamental para muchos norteamericanos –tanto republicanos como demócratas- que consideran que su implantación constituiría un enorme retroceso en sus concretas libertades. Todo ello contrasta, aparentemente, con las consideraciones que también realiza en torno a una problemática que, en principio, horrorizaría a cualquier europeo: la posible justificación moral de una cobertura legal que autorizara, con precisas cautelas judiciales, la aplicación de la tortura, en casos extremos, a terroristas, con el objetivo de evitar una masacre cierta e inminente.

 

 

El autor, norteamericano de familia judía ortodoxa, es un jurista y docente universitario activista por las libertades civiles gran conocedor de la jurisprudencia contraterrorista norteamericana e israelí; lo que le convierte en un excepcional observador del conflicto entre israelíes y palestinos. Otra sorpresa del libro. El autor sugiere que, a causa de su altísima estatura moral, el prestigioso Tribunal Supremo israelí tiene mucho que aportar en un necesario debate, realista y sin restricciones –y que de momento no se está suscitando en España- sobre los retos del moderno terrorismo y sus implicaciones en nuestra sociedad.

 

 

El binomio libertad-seguridad, en su aplicación europea, también ha sido directamente golpeado por el terrorismo. No obstante, la sociedad española no se ha planteado su alcance real; tal vez por habernos puesto a mirar en otra dirección para no ver una realidad inimaginable e inquietante. De nuevo, el pragmatismo yanqui contrasta con los prejuicios de la ideología predominante en Europa.

 

 

La tesis central del libro es sencilla. El terrorismo (que para algunos sería la continuación de la guerra con otros medios) crece en todo el mundo, cuantitativa y cualitativamente, por una razón de peso: el éxito que ha alcanzado. La opción por la práctica terrorista –asegura- es una decisión táctica racional, elaborada por cultivadas elites dirigentes, que persigue objetivos políticos; siendo premiada por las actitudes confundidas, acomplejadas y cobardes, de determinados países europeos, buena parte de la comunidad internacional, y organizaciones religiosas. Y, para confirmarlo, analiza el comportamiento de algunos gobiernos europeos que sufrieron, en su día, acciones terroristas palestinas. Su juicio es duro: Alemania, Francia e Italia, particularmente, han cedido ante las presiones de los terroristas palestinos, llegando, incluso, a premiarles en los foros internacionales. Por miedo, por simpatías ideológicas… Pero lo más grave no termina aquí. Este comportamiento inspiraría el modelo activista de Osama Bin Laden y su legión de seguidores, a los que denomina terroristas “apocalípticos”, para diferenciarlos de los marxistas del siglo pasado. Para afrontar esta amenaza no existen atajos: sólo es posible el éxito desde la firmeza y la unidad internacional, ya que si algún gobierno apoya a los terroristas, aunque sea mínimamente, entonces, buena parte de los mecanismos de respuesta pierden efectividad. De ahí, los debates morales, cívicos y jurídicos, que desarrolla a lo largo de su libro.

 

 

Para un observador español, buena parte de los conceptos y de los debates recogidos, en el libro, pueden resultar extraños: el marco legal y algunos de los valores de fondo, propios de la sociedad y tradición norteamericana, difieren en alguna medida de los nuestros. España no es Estados Unidos, evidentemente. Pero nos une el reto de un nuevo terrorismo, masivo y global, que podría acceder a armas de destrucción masiva…; aunque muchos no lo quieran ver. Y para articular las necesarias respuestas, que tendrán que adoptarse, mejor reflexionar y debatir ahora, que no después de un nuevo y masivo golpe.

 

 

El Semanal Digital, 25 deseptiembre de 2004.

 

 

0 comentarios