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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

Entrevistas

Primero, abandono de las armas, después, política; no al revés”

Primero, abandono de las armas, después, política; no al revés”

ENTREVISTAS LA CÁMARA: Fernando José Vaquero Oroquieta, escritor

Jueves 29 de diciembre de 2011

Hoy entrevistamos en el Diario La Cámara al escritor Fernando José Vaquero Oroquieta, autor del libro La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo. El libro responde a las 100 incógnitas más importantes, pretendiendo responder con sencillez y claridad; desde la lógica, el sentido común y las informaciones contrastadas.  

 

“Primero, abandono de las armas, después, política; no al revés”

 

 

P.: Para empezar hablando de “La ruta del odio. 100 respuestas claves sobre el terrorismo”. ¿Cómo surgió este libro?

R.: Como sugerencia de un amigo escritor, José Antonio Ullate, quien me planteó que podía poner por escrito los contenidos de algunas charlas en las que venía participando sobre terrorismo en varias ciudades españolas. Los asistentes repetían las mismas preguntas; tanto dentro, como fuera de las salas. Ya había escrito no pocos artículos al respecto; pero no había contemplado tal posibilidad hasta que ese amigo me animó y me dijo, ¡puedes y debes hacerlo! Acaso el que por circunstancias personales y profesionales hubiera conocido a varias víctimas, y también a antiguos terroristas de varios países, pudo influir en el espaldarazo de este amigo.

P.: ¿Cuál es el objetivo del libro?

R.: Denunciar los totalitarismos y sus viciados mecanismos -lingüísticos, dialécticos, propagandísticos, coercitivos- de los que nacen tantas expresiones de violencia ciega dirigidas contra los seres humanos, entre ellas, la del terrorismo. Por ello he abordado numerosas cuestiones conexas que pueden resultar “políticamente incorrectas”.

P.: Según su libro el terrorismo moderno nace alimentado, entre otras cosas, por el nihilismo. ¿El terrorismo islámico también tiene una parte nihilista o se basa en otros conceptos?

R.: Se alimenta de las teologías más intransigentes del Islam. Una premisa: en el Islam, política, religión y cultura son una misma cosa. En consecuencia, Estado y Mezquita sin inseparables. Si a ello se le suman ciertas expresiones de la modernidad -avances tecnológicos, la importancia de los mass-media, y las modernas tácticas de guerra revolucionaria- se entiende que puedan caer en la tentación terrorista; entendida como una vía rápida, derivada de un análisis coste/beneficio, para la obtención de sus objetivos. Otra premisa: no todo islamismo es terrorista, ni viceversa. Pero comparten no pocas características de los totalitarismos occidentales; y en lo que respecta a algunas vivencias personales, incluso colectivas, cierta dimensión nihilista. Se trata, por tanto, más de una dimensión subjetiva que ideológica; no en vano si algo desprecian los islamistas es el relativismo y la indiferencia.

P.: ¿Cuáles considera los referentes ideológicos, si los hay, de los grupos terroristas en la actualidad?

R.: En su inmensa mayoría, sus referentes ideológicos son esa mixtura de teología integrista islámica, tacticismos postrevolucionarios, aderezamientos tecnológicos, fraseología marxista, dialéctica hegeliana… Y, cómo no, odio al diferente; de ahí la contaminación terroristas de algunos movimientos nacionalistas.

P.: ¿Qué referentes habría que seguir para avanzar en un camino hacia la paz? ¿Qué gobiernos, gobernantes y países son un ejemplo?

R.: La inmensa mayoría de grupos terroristas han sido derrotados a lo largo de la Historia.  Pero no siempre desde el respeto de los derechos humanos. Por ello, acaso un ejemplo modélico sea el británico en la actualidad. También ejecutó la guerra sucia, pero el proceso de paz norirlandés se ha afianzado cuando el IRA comprendió que no podía vencer y los británicos, controlando todo el proceso, pues llegaron a suspender la autonomía de Irlanda del Norte, les abrieron las puertas de la política, una vez optaron decididamente por la paz. Es decir: primero, abandono de las armas, después, política; no al revés. Pero, ojo, no caigamos en el simplismo de buscar paralelismos. Ni Irlanda es Euskadi, ni Irlanda del Norte es Navarra, ni el Reino Unido es España. España sin el País Vasco y/o Navarra es inconcebible.

P.: Para usted ¿Cuál es la razón de que ETA se haya mantenido tantos años?

R.: En buena medida, gracias a méritos propios: voluntarismo, trabajo sectorial, diversificación. Supieron crear una contrasociedad en la que puede vivirse, de modo atractivo y global, durante las 24 horas del día y los 365 días del año. Pero también gracias a claudicaciones ajenas, falta de perspectiva y audacia de los partidos democráticos en los sucesivos gobiernos de Madrid. Y, por último, gracias al oxígeno de ciertas izquierdas simpatizantes con buena parte de sus presupuestos; por no hablar del juego sucio e inmoral del PNV.

P.: ¿Qué opinión le merece el alto el fuego “permanente, general y verificable” de ETA?

R.: Van en serio. En imposible una vuelta atrás. Aunque es un cambio táctico y no estratégico: persiguen la independencia y el socialismo a medio plazo y están convencidos de que pueden alcanzarlos. Pero me escandaliza la falta de información por parte del Gobierno y de los grandes partidos democráticos. Es indudable que se viene negociando. Algo empieza a saberse gracias a Eguiguren y, triste es decirlo, al Gara. Pero me repugna ese interés de los políticos en tratarnos a los ciudadanos como menores de edad. No nos informan, no cuentan con una ciudadanía que ha demostrado una madurez impresionante. Los ciudadanos han puesto los muertos, el sufrimiento de numerosos colectivos, la movilización social cuando flaqueaban los políticos… antes o después nos enteraremos de muchas cosas. En suma, es inconcebible que ETA haya dado esos pasos, aparentemente irreversibles, sin contar con unas garantías de la “otra” parte. No nos han contado de la misa ni media.

P.: ¿Qué pasos debería dar ahora ETA? ¿Y la izquierda abertzale?

R.: Si de verdad quieren integrarse en el juego democrático, en primer lugar: disolver ETA definitivamente, entregando las armas, poniéndose a disposición de la Justicia. Y pedir perdón: no basta con equiparar el sufrimiento de las supuestas víctimas de “todas” las violencias. La equidistancia moral entre víctimas y verdugos es uno de los comportamientos que más repugna a una conciencia ética.

P.: ¿Cómo cree que va a afectar la presencia de Amaiur en el Congreso y en el País Vasco?

R.: En el Congreso, será un foco permanente de atención. Se apuntarán a cuantas propuestas rupturistas con el actual estado de cosas propicien otras formaciones. En el País Vasco, avanzarán en doble dirección: la construcción nacional y la toma de control del conjunto del nacionalismo vasco. Tenemos “cuestión vasca” hasta hartar…

P.: ¿Ve una situación similar con Bildu en Navarra?

R.: No, al  menos a medio plazo. Pero aquí también trabajarán para seguir avanzando. Son la más potente comunidad social en movimiento que actúa en Navarra. No hay nada enfrente atractivo que se les oponga. Así, seguirán ganando voluntades y ello se traducirá en más votos, convocatoria tras convocatoria; aunque sea poquito a poco. Y si un día otras fuerzas políticas se muestran propicias (PSOE, Geroa Bai, Izquierda Unida), buscarán el relevo de UPN del Gobierno de Navarra. Lo intentaron hace 4 años con el PSOE y no lo consiguieron. Pero no tienen más remedio que seguir intentándolo. Y lo harán. Saben lo que quieren y cómo lo quieren.

P.: ¿Bildu y Amaiur son ETA? ¿Deben tomarse medidas para la ilegalización de estos partidos?

R.: Todos forman parte de la misma cebolla: son capas del mismo producto. Cuanto más próxima al núcleo se sitúe, más ETA será. Si queremos una democracia fuerte y libre, hasta que ETA no desaparezca definitivamente, en todos sus “aparatos”  y con todas sus consecuencias, la disolución de sus brazos políticos es una buena opción para hacerles entrar en razón… democrática. Pero “democracia” al estilo occidental; no en el de “popular” o “revolucionaria”.

P.: ¿Es posible ser independentista o nacionalista radical y demócrata?

R.: Es muy difícil, pues las raíces de todo nacionalismo radical suelen ser totalitarias. Y en los totalitarismos, ya sea rojo, verde, o negro, anida el odio al distinto: primer elemento de la violencia política. O renuncian a algunos de sus presupuestos más queridos y constitutivos o seguirán siendo una amenaza para quienes no opinan como ellos.

P.: ¿Admiten estos pensamientos la democracia?

R.: Únicamente de modo instrumental. Es más, desprecian profundamente la democracia: les parece propia de seres débiles moral y culturalmente, de sociedades decadentes resignadas a morir. Si les beneficia, la adoptarán coyunturalmente. Nada más.

P.: Los dos partidos fuertes de España, PSOE y PP, han intentado negociar con ETA ¿Cree que ha sido un error?

R.: Si negocias, les reconoces como un interlocutor equiparable. ¿Cómo equiparar un Estado democrático con una banda de criminales? No se debe negociar. Otra cosa es hablar. Era necesario hacerlo, al objeto de conocer el estado real de la banda y actuar en consecuencia. Pero negociar, ¿qué? Deben rendirse, entregar las armas, en primer lugar. Entonces, se les puede abrir las puertas de la política: no al revés. Esa inversión demuestra poca voluntad, escaso conocimiento de los mecanismos mentales terroristas, templados a base de dogmas militaristas, tácticas oportunistas y estrategias marxistas. Para forzar a una banda al desarme, es precisa una voluntad de hierro: firmeza. Unas ideas muy claras. Una seguridad inmensa en el propio potencial. De carecerse lo anterior, si se dialoga o negocia desde la inseguridad y la debilidad, se proporcionan bazas a los terroristas y sus amigos, más seguros y determinados, que sabrán aprovechar.

 

http://www.diariolacamara.com/2011/12/entrevistas-la-camara-fernando-jose_29.html

http://www.editorialsepha.com/n/len/0/prd/367/la-ruta-del-odio

Los terroristas y sus amigos se sienten estimulados por los logros propios y premiados por las cesiones ajenas, afirma Fernando Vaquero Oroquieta, autor de “La ruta del odio”

Los terroristas y sus amigos se sienten estimulados por los logros propios y premiados por las cesiones ajenas, afirma Fernando Vaquero Oroquieta, autor de “La ruta del odio”

El Director de Opinión de DiarioYa.es José Luis Orella, ha dialogado en un encuentro celebrado en la ciudad de Pamplona con Fernando José Vaquero Oroquieta, estudioso del terrorismo, autor de numerosos artículos al respecto y del libro “La ruta del odio”, sobre el trascendental momento político que vive la sociedad española: tregua de ETA, triunfo electoral de Amaiur, futuros retos soberanistas, recambio en el Gobierno de la Nación… ¡Dejando a la Economía al margen!

 

Pregunta: Esta tregua de ETA, en la que la mayoría de españoles no confía, según investigaciones demoscópicas conocidas a principios de este mes, ¿consideras que es la definitiva?

 

Respuesta: Seguramente sí. Una primera precisión: si bien la mayoría de españoles desconfía, entre los vascos la opinión se invierte. En cualquier caso, ello no quiere decir que ETA desaparezca, ni tampoco la crispación social generada durante tantos años, ni los mecanismos  coactivos colectivos implantados por la autodenominada izquierda abertzale. No, la libertad no se restaura de un día para otro. No hay una receta mágica; sobre todo cuando los agresores no han renunciado a sus objetivos de siempre, estructuran con unos marcos muy bien definidos una patología colectiva totalitaria y se sienten estimulados y premiados.

 

P.: El nacionalismo vasco, aunque dividido entre moderados del PNV y radicales agrupados en Amaiur, aparentemente avanza posiciones. ¿Es la hora histórica del nacionalismo vasco? ¿Se le pasará? ¿Llegará un momento en que no condicione la agenda política española?

 

R.: La izquierda abertzale, especialmente, está avanzando resuelta y aceleradamente hacia sus objetivos. Y ello, tanto por méritos propios, como por errores y cesiones ajenas. Con la comprensión moral de ciertas izquierdas y la inhibición de otros muchos actores sociales, por cierto. Así, la situación del PNV se ha tornado dramática: pensaba que podía repartirse los papeles sine die con la izquierda abertzale. ETA sacudiría los árboles y el PNV recogería los frutos. Pero se está quedando sin árboles. La izquierda abertzale vive un momento álgido. Y la cuestión no es ya tanto que condicione la agenda política española, como que ponga en riesgo la mismísima pervivencia de la nación española.

 

P.: Ese avance, ¿se está dando también en Navarra?

 

R.: Lamentablemente, también, aunque no tan precipitadamente. Es un dato objetivo: el techo electoral nacionalista en Navarra se eleva, poco a poco, con cada convocatoria. Si miras hacia atrás, parece que el crecimiento es muy lento, apenas perceptible. Pero si extiendes la mirada en el tiempo, es incuestionable deducir que el voto nacionalista ya es superior a un tercio del electorado navarro; y sigue creciendo entre el más joven. Por el contrario, el voto españolista, navarrista o constitucionalista, se le llame como se quiera, se desgasta. En el caso del PSN/PSOE, en buena medida a resultas de la nefasta gestión de unos dirigentes incapaces. En el del centro derecha, con su incapacidad en responder, con una alternativa vital y cultural atractiva, la presión cotidiana del movimiento nacionalista; laminándose así el necesario recambio generacional.

 

P.: Según las revelaciones del presidente de los socialistas vascos, el polémico Jesús Eguiguren el PSOE y el Gobierno socialista venían manteniendo contactos con ETA desde hace años. ¿Lo siguen haciendo?

 

R.: El diario El País, con la publicación durante tres días de diversos materiales del próximo libro de este dirigente vasco, ha tratado de marcar el curso político futuro. Señores: el PSOE hizo lo que tenía que hacer. Con firmeza, ha logrado que ETA haya dejado de matar. A partir de ahora, lo que suceda será de la exclusiva responsabilidad del Partido Popular y de Mariano Rajoy en particular. Un caramelo muy indigesto. Una mina a los pies del PP. Es evidente que han dialogado, negociado o como quieran denominarlo. Y nada indica que hayan dejado de hacerlo: todo lo contrario. No parece plausible que ETA se haya movido unilateralmente. Si algo acredita su triste y larga historia es su inmovilismo y extrema cautela en la medición y control de los tiempos de cada cambio táctico impulsado por su dirección.

 

P.: Entonces, Eguiguren, ¿es un tipo “obsesionado por la paz”? ¿Sufre del “síndrome del sherpa”? ¿Es un aventurero…?

 

R.: ETA no se habría permitido jamás dialogar, no digamos ya negociar, con un interlocutor que careciera de competencias para ello. En semejante tesitura, Eguiguren, de haber actuado por su cuenta, habría perdido su posición en el PSE/PSOE, como poco, y, acaso, la vida…  Será la gran empresa de su vida, buscará un protagonismo enfermizo o mesiánico, se sentirá imprescindible…, pero en cualquier caso se ha convertido en un testigo cualificadísimo de estos acontecimientos- aparentemente esotéricos para la inmensa mayoría- que algún día podrá contar más detalle.

 

P.: Según tu opinión, si ETA se ha movido sin posibilidad de marcha atrás, ¿estamos cerca de la paz?

 

R.: De la extinción del terrorismo puro y duro de ETA, así lo creo. Pero el “conflicto” ideológico, político y social consiguiente, seguirá activo por muchos años. Y con una libertad y una capacidad de maniobra como nunca ha disfrutado el conjunto de la izquierda abertzale. No olvidemos, por otra parte, que amplios territorios y espacios sociales vascos y navarros han sido arrasados por la presión nacionalista que se ha servido de todos los medios a su alcance y sin límite ético alguno. Allí no parece fácil que nada ni nadie se regenere angelicalmente de manera espontánea. Por mucho que se hable de regeneración democrática y demás tópicos análogos, difícilmente puede regenerarse a quien no tiene interés alguno en ello, sino más bien, todo lo contrario.

 

P.: ETA se ha movido. Pero, ¿ha cambiado?

 

R.: Para nada. Está renunciando a unas tácticas concretas, las del terrorismo del plomo, en función de un frío análisis coste/beneficio; no como resultado de una autocrítica moral. Creen que con unos cambios tácticos saldrán ganando mucho más que de continuar como hasta ahora. Su moral/objetivo es la “construcción nacional” y la revolución. Lo ha sido, lo sigue siendo y así continuará. No puede ser de otra manera.

 

P.: Ya sabemos, más o menos, cómo se ha comportado el PSOE: en nombre del buenismo, les ha abierto la puerta de la política a cambio de dejar de matar. Aunque queda pendiente la cuestión de sus presos como asunto a resolver a corto plazo; parte del precio político pagado. ¿Qué podemos esperar del Partido Popular?

 

R.: Todo y nada. Me explico. Desde el Partido Popular se viene afirmando que no hablarán con ETA, ni con Bildu, ni con Amaiur. Por ello, han afirmado que, para no caer en una trampa de ETA y no deslegitimar la democracia, no participaría jamás en una “Mesa de partidos”; pues el lugar por excelencia para hablar de política es el Parlamento. Entonces, ¿por qué se ha entrevistado una delegación popular con Antonio Basagoiti al frente, con la formación abertzale Aralar el pasado 29 de noviembre en Vitoria en un encuentro bilateral? ¿Acaso ignoran la naturaleza de Aralar? Patxi Zabaleta, alma mater y su principal dirigente, ha declarado que su mayor deseo es reintegrarse en la izquierda abertzale. Y si saben algo de él, serán conscientes de que le habrá faltado tiempo para contarlo todo a sus aliados y antiguos camaradas de la que él mismo denomina “izquierda abertzale oficial”. Pero, ¿qué tiene que hablar el Partido Popular con Aralar fuera del Parlamento? Hablar con Patxi Zabaleta, ahora, es hablar con Amaiur. Es notorio quiénes mandan allí. Ni siquiera se molestan en ocultarlo…

 

P.: Entonces ese análisis político tan extendido como aceptado que asegura que el Partido Popular tiene que digerir, quiera o no quiera, el caramelo envenenado de la “cuestión vasca”, ¿es falso?

 

R.: En cierto modo. El mutismo de Mariano Rajoy, en esta materia, no puede responder a una falta de información. Seguro que es conocedor de la salud y estado real de la política antiterrorista del Gobierno saliente; en caso contrario ya lo hubiera denunciado contundentemente. Todo indica que buena parte de esa aparentemente desconocida “herencia”, ya está desvelada, al menos para él. Así, ese mutismo es análogo al que mantiene en otras áreas, complejas y dolorosas en su resolución, de su futura acción de gobierno. Su discurso público es poco concreto y, realmente, se desconoce cuál pueda ser su hoja de ruta al respecto; más allá de generalidades.

 

P.: Si Rajoy ignora a sus electores, quienes -no es temerario afirmarlo- son partidarios de una línea dura con ETA y todo su entramado, y aplica un programa “oculto” también en esta área, ¿qué podemos hacer los ciudadanos?

 

R.: Existe un termómetro que puede medir la evolución de la situación. Y es duro decirlo, pero es el comportamiento de las asociaciones de víctimas del terrorismo. Si denuncian al Gobierno futuro, será por motivos muy fundados. Entonces, lo que se puede y se debe hacer es resistir: apoyar a las víctimas, auspiciar y fortalecer al movimiento cívico que, por cierto, no goza de demasiada buena salud. Sabemos hasta la hartura que la Economía tiene la primacía. Pero no por ello la sociedad civil puede declinar su responsabilidad delegando en unos políticos que tratan a los ciudadanos como súbditos menores de edad...

 

P.: Te interrumpo, pues se afirma y se insiste mucho en que las víctimas deben opinar pero nada más…

 

R.: Una cosa es la discreción y otra el secretismo y la carencia de intención alguna de rendición de cuentas. Por ello, es muy fácil en determinadas circunstancias echar mano de las víctimas y luego, según conveniencia, apartarlas, esgrimiendo el argumento de que la resolución concreta de esos problemas corresponde a los políticos. Por sus obras les conoceréis… En todo caso, algo tendrá que hacer Rajoy para que Rodríguez Zapatero no pase a la Historia como el hombre que trajo la paz a España, y Rajoy el que la deshiciera. Si acerca a los presos de ETA a prisiones del País Vasco y Navarra, si empieza a aplicarles beneficios penitenciarios, ello indicaría que la “hoja de ruta” trazada por ETA y PSOE, la que sea y que en líneas generales desconocemos, sigue adelante, pues estaría consensuada de alguna manera con el PP tiempo atrás. Es paradójico, pero estamos en una situación en laque Jesús Eguiguren y Jaime Mayor Orejade cían la verdad. Y ambos han sido presentados por sus respectivos partidos como aventureros, tipos obsesionados, incluso alejados de la realidad… ¿La alternativa? ¿Ilegalizar Amaiur jugando firmemente? Ahí debe estar la sociedad para recordar a Rajoy su responsabilidad histórica: con las víctimas del terrorismo, con sus electores, con los intereses de la nación española, con su supervivencia.

 

P.: Te muestras un tanto pesimista. En contra de tu perspectiva, ¿no se desinflará progresivamente la presión nacionalista para alcanzarse un día la normalidad democrática? ¿No se cansarán de tanto batallar y se integrarán en un estilo de vida definitivamente burgués?

 

R.: ¿Pesimista? Si lo entiendes en su sentido literal, como optimista con buena información, creo que sí. Bueno, es una broma. Creo que la izquierda abertzale tratará de arrastrar al conjunto del nacionalismo vasco en una dirección rupturista. Plantearán como necesidad imperiosa –ya lo empiezan a hacer- la resolución del problema de “sus presos”. Pero también lanzarán uno o varios referéndums soberanistas y diversas estrategias de confrontación civil. Explorarán diversas tácticas orientadas a soltar amarras con el Estado español, diluyendo todavía más la conciencia nacional que todavía pervive. De no seguir ese camino, perderían su razón de ser. En esta triste aventura, suman ya muchos muertos entre los propios como para traicionar su memoria. Ahí están sus familiares para recordárselo y… ETA.

 

P.: Así las cosas, vivimos en un momento histórico…

 

R.: Seguramente. Ante semejante ofensiva, que presentará nuevas expresiones, el Gobierno no podrá mantenerse indeciso ni lento. Tendrá que responder a cada desafío, pues toda cesión o vacilación será una conquista irrenunciable del nacionalismo. Un momento histórico, por tanto. Acaso estemos ante un nuevo 98 y no seamos conscientes de ello. Tengo la sensación de que en esta dramática obra de teatro, unos actores, que buscan hundirlo, conocen muy bien su papel y lo que pueden esperar de la representación. Pero los otros actores parecen meros figurantes que ignoran el sentido de su presencia y por dónde sopla el aire. Me gustaría equivocarme, pero creo que a esta cansada nación le falta nervio y voluntad de supervivencia. Demasiada economía y muy poca memoria histórica; pero de la de verdad. En resumen: el terrorismo etarra ha sido derrotado “militarmente”, por emplear su jerga, viciada pero muy descriptiva, pero no moralmente. En esta España en descomposición territorial, declive demográfico, desinterés por el destino colectivo, están más cerca que nunca de conseguir sus objetivos. Los terroristas y sus amigos se sienten estimulados por los logros propios y premiados por las cesiones ajenas.

 

Entrevistador: Veremos, pues, cosas interesantes… Seguiremos atentos a lo que suceda. Muchas gracias, Fernando, y hasta otra.

 

Entrevista realizada por José Luis Orella

 

DiarioYa.es, 13 de diciembre de 2011

Entrevistamos a Gonzalo Sichar: la edición independiente al servicio del pensamiento libre y la transformación social.

Entrevistamos a Gonzalo Sichar: la edición independiente al servicio del pensamiento libre y la transformación social.

Una entrevista al editor Gonzalo Sichar Moreno, un agudo observador de la sociedad española desde su avanzada atalaya de Editorial SEPHA.

 

Gonzalo Sichar es “alma mater” de Editorial SEPHA (Sociología, Economía, Política, Historia, Antropología, Arte). Cuenta con una larga trayectoria profesional en la investigación social, la cooperación al desarrollo, el mundo universitario y, desde hace seis años, el dificilísimo mundo editorial. Todo ello le cualifica como un observador excepcional de las tendencias que recorren la fragmentada sociedad española.

 

Pregunta: Edición clásica, coedición con aportación pecuniaria del autor, ediciones personales, digitalización, novísimas descargas desde internet de e-books… Y nada menos que 74.521 títulos editados en 2009 en España (en 2008 lo fueron 86.330). No obstante, el peso de los grandes grupos editoriales, por medio de un cuasi monopolio de la distribución libraria, especialmente en los grandes centros comerciales, ¿no determina, en realidad, la imposición mayoritaria de un pensamiento “único” y la pérdida de todo sentido crítico por parte de los estratos más numerosos de la sociedad española?  

 

Respuesta: Efectivamente. La Cultura debiera ser el mejor ejemplo de la libertad de expresión en su sentido más amplio. Así lo entendieron los grandes dictadores y por eso la atacaron. El Arte expresa la visión del artista, la Literatura la opinión del autor. Pero en la actualidad el sector editorial está dominado por un oligopolio que inunda las librerías arrinconando a los editores independientes. Para colmo cada vez más otro oligopolio muy importante, el de los medios de comunicación, está muy relacionado con las principales editoriales, cuando no son propietarios. Eso provoca que los grandes grupos tengan dominado no sólo la presencia en las librerías sino también que acaparen casi todas las reseñas en prensa. En estas condiciones es muy difícil decir a la sociedad que existes.

 

P.: Si algo caracteriza a su editorial es el extraordinario pluralismo ideológico de sus autores; si bien existen unas preocupaciones evidentes que determinan la orientación de la editorial. Escritores trotskistas, falangistas, católicos “progres” y otros “conservadores”, críticos con los nacionalismos, ¡incluso autores cercanos a Arbil!... más una notable preocupación por el impacto de los diversos totalitarismos (antiguos y modernos) y la realidad poliédrica del mundo hispanoamericano. ¿No se está convirtiendo SEPHA, acaso sin pretenderlo inicialmente, en cierto modo, en un sorprendente caleidoscopio de la reflexión transformadora de un notable, vivo y heterogéneo grupo de autores españoles?

 

R.: Desde el inicio de este proyecto me propuse trazar una línea editorial totalmente independiente, tanto desde el plano económico como desde el ideológico, pero nunca pensé que llegara a una variedad tan extrema y por tanto yo mismo me he sorprendido del resultado. Mis primeros contactos procedían de la izquierda y por ello en los primeros libros hay una mayor presencia de autores de la izquierda, si bien de diferentes “gamas”. Para la izquierda militante el nacimiento de una nueva editorial que creía “suya” era una buena noticia. Por eso no aceptó que finalmente SEPHA fuera una editorial heterodoxa y sobre todo independiente. Desde algunas librerías y distribuidoras, tanto “alternativas” como “comerciales” me cerraron muchas puertas, hasta el punto de creer en algún momento que tendría que cerrar.

 

P.: ¿Podría clasificarse a SEPHA como una editorial que pretende dar voz a quienes carecen de ella pero tienen algo consistente que aportar a la sociedad?

 

R.: Ésa es la mejor definición que se puede hacer de esta editorial. Y están sin voz tanto los movimientos mayas en Guatemala, como los niños y sobretodo las niñas soldado, o los niños y especialmente las niñas de la calle, pero también los no nacionalistas en Cataluña, o los nacionalsindicalistas en toda España, por poner algunos ejemplos. Y todos ellos tienen cosas interesantes que decir aunque no compartamos muchas o ninguna de ellas. Mucha gente no ha soportado que también considere sin voz a escritores muy alejados de la izquierda. Una editorial con vocación social no debe ser el altavoz del editor sino de los autores sin voz. No quiero cumplir la máxima de que un editor es un escritor frustrado, que escriban ellos lo que quieran y no lo que a mí me hubiera gustado escribir y no supe.

 

P.: ¿Una editorial humanista, en suma?

 

R.: Exactamente. Y el humanismo, y mucho menos las Humanidades, no es ni de izquierdas ni de derechas. La dictadura que sufrió España desterró a muchos intelectuales (humanistas) y no sólo de izquierdas, pero más triste es que en tiempos de democracia se margine a algunos intelectuales por sus ideas políticas. En Sevilla, por ejemplo, PSOE e IU no permitieron que se celebrase un acto para el conocimiento de la obra literaria de Agustín de Foxá porque era de ideas falangistas. Eso va contra la libertad y contra la propia Literatura, algo a lo que todos los editores –independientemente de nuestros signos– nos deberíamos oponer. Detesto que izquierdistas de despacho pongan en duda mi vocación democrática porque haya publicado a ciertos autores, cuando yo sí he estado en el terreno luchando por la libertad, por ejemplo trabajando como observador de derechos humanos en Guatemala y publicando con una organización popular una investigación mía donde denunciaba más de 1.000 masacres cometidas en un 95% de los casos por el Ejército o paramilitares (y presentando el libro allí, delante de militares, y además continué viviendo en ese país).

 

P.: Lo “políticamente correcto” se impone desde el poder político y cultural dominantes, generando un tipo humano aparentemente satisfecho, consumista, nihilista, nada crítico con el poder y las modas, pero duramente cerrado a cualquier propuesta de cambio personal y social. SEPHA, desde su espacio, ¿pretende, además de ser un proyecto editorial viable, abrir una brecha en esa tendencia?

 

R.: Esa pretensión se ha ido acrecentando a medida que he visto que han tratado de cerrarme puertas los que creen que tienen el monopolio del concepto democrático y deciden qué ideas son democráticas y cuáles no. El novelista francés del siglo XIX Émile Herzog –conocido por el seudónimo de André Maurois– decía que es una verdad absoluta que la verdad es relativa. Este principio tan obvio veo que no lo aplica la izquierda. En esos ámbitos se ha criticado, a mi modo de ver con mucha razón, que los católicos se adueñaran de la “Verdad” y que decidiesen lo que era bueno y lo que era malo, pero ahora ellos hacen lo mismo y todo aquello que no es “progre” es “pecado”. Hay foros de Internet que pretenden contribuir a una “democracia directa” donde se pueden leer algunas críticas a SEPHA no sólo por publicar a algunos autores ultras (entendiéndose por ultra sólo a “ultraderechistas”, pues hemos publicado a muchos más autores de extrema izquierda de los que, por cierto, no se han quejado), sino también por publicar a antinacionalistas más comprometidos con la democracia que los nacionalistas excluyentes. Este posicionamiento de los “progres” es peligroso porque amplían el círculo de los “malditos” y ya sabemos aquello de Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista…” (por cierto frecuentemente atribuido a Bertolt Bretch, cuando quien lo escribió fue el pastor protestante Martin Niemöller, encarcelado por los nazis desde 1937 a 1945). Por eso yo no censuro a ningún autor por motivos ideológicos.

 

P.: Con un catálogo que supera los 100 títulos, en alguna ocasión, usted mismo ha calificado a SEPHA como “empresa social”. ¿Podría desarrollar ese concepto?

 

R.: Evidentemente una empresa debe buscar beneficios económicos porque sino sería una algo así como una ONG (que por cierto pongo tengo muchos reparos con este tipo de organizaciones, como expreso en mi libro Cosas que nunca diría de una ONG). Pero se puede buscar cierto beneficio –para entre otros cumplir el objetivo de la viabilidad– combinándolo con una función social, o tratar de maximizar el beneficio a costa de lo que sea. Un ejemplo: es más barato imprimir en China y traer los libros en barco que imprimir en España, pero yo ni me planteo imprimir allá porque temo que se incumplan derechos laborales y que incluso haya trabajo infantil de por medio. Otro ejemplo al alcance de todos (no sólo de los empresarios): SEPHA es cliente de Triodos Bank, un banco solidario. Queremos que nuestro beneficio económico no sirva para especulación financiera y por eso ahorramos en un banco que sólo trabaja en economía real apoyando iniciativas sociales, culturales y ecológicas.

 

P.: ¿Me permite una pregunta de carácter personal que, creemos, puede ser de interés para los lectores? ¿Dónde encuentra, Gonzalo Sichar, la fuerza para mantenerse firme en un mundo tan competitivo e implacable?

 

R.: Hay quienes creen que hay otra forma de hacer política y se embarcan en la osadía de crear un nuevo partido político (o mejor dicho, un partido político nuevo), otros creen que hay otra forma de hacer banca y crean un banco solidario. Yo tengo una firme convicción de que otro modo de llevar a cabo una editorial de contenido político es posible: mediante una editorial independiente tremendamente politizada pero absolutamente apartidista. Mi fuerza radica en esta convicción y en los ánimos recibidos por lectores, amigos y familiares (y lo digo en este orden de importancia porque cuanto más lejos te queda quien te da ánimos confías más en la objetividad del aplauso).

 

Muchas gracias.

 

Entrevista efectuada por Fernando José Vaquero Oroquieta

 

Dirección electrónica de interés:

http://www.editorialsepha.com

Revista digital Arbil, Nº. 125, agosto de 2010

Entrevistamos a José Antonio Ullate Fabo, autor de “Españoles que no pudieron serlo. La verdadera historia de la independencia de América”

Entrevistamos a José Antonio Ullate Fabo, autor de “Españoles que no pudieron serlo. La verdadera historia de la independencia de América”

 

El tercer libro de este autor navarro pretende ir más allá de los memorables intentos de Maeztu y Vizcarra. Si sus particulares defensas de la Hispanidad se centraron en las dimensiones cultural y religiosa del fenómeno, Ullate se atreve a revindicar como estructuralmente determinante de tan compleja realidad la que denomina “doctrina políticamente católica e históricamente española”.

 

José Antonio Ullate Fabo -padre de cuatro hijos, licenciado en Derecho, escritor prolífico, editor de Libros Gaudete, promotor de la virtual La librería católica, responsable del blog El brigante- nos sorprende con un nuevo libro, el tercero: “Españoles que no pudieron serlo. La verdadera historia de la independencia de América” (LibrosLibres, Madrid, 2009).

 

En una fría y blanca tarde de otoño, y en su acogedora casa situada entre montañas, no muy lejos Pamplona, charlamos sobre algunos de los asuntos que plantea su lectura.

 

Pregunta: Una cuestión previa: ¿Hispanoamérica o Latinoamérica?

 

Respuesta: Las palabras sirven para nombrar realidades. Hispanoamérica o América española es la parte de la vieja España en el nuevo continente. El término “Latinoamérica” se inventa precisamente para contribuir a erradicar la realidad española de América. América española es un término honrado y veraz, que refleja una realidad histórica y política. Latinoamérica es un vocablo ideológico al servicio de la negación de la verdad y de la historia. La difusión inducida de este término da muestra del desconocimiento de la historia de América, de su identidad.

 

P.: Otra segunda cuestión. España, Hispanoamérica y catolicismo: ¿inseparables?

 

R.: España nació en la península ibérica. Pero el ideal político de las Españas se fija en América. Por eso, después de 1492, tan España son las Españas ibéricas como las americanas. Podemos establecer una distinción geográfica, que no política, entre iberoespañoles e hispanoamericanos. Políticamente los primeros estuvimos siempre divididos en reinos, lo mismo que lo estuvieron los segundos.

La fe católica forma parte de la esencia política de España desde el primer momento. El tercer concilio de Toledo fija el ideal católico y español de la unidad católica, pero la vinculación entre filosofía política católica e hispanidad no se limita a ese punto. El principio de subsidiariedad, la primacía de la ley natural, la prelación de la costumbre, del fuero, la idea de bien común temporal por encima de la voluntad del príncipe son aspectos típicamente cristianos de la ordenación política que forman parte de la esencia histórica de España.

 

P.: Casi 200 años desde aquello. Pero, realmente, ¿hay algo que celebrar?

 

R.: Hace 200 años o un poco menos, comenzó una serie de guerras civiles entre españoles en América. No había naciones americanas –más que las de los indígenas, pero éstas no se reivindicaron, sólo se utilizaron al servicio del independentismo– y en su mayoría, los indios, los mestizos y los negros querían ser fieles a la corona española. Las profundas divisiones se dieron entre los blancos, los criollos, y sólo por motivos ideológicos. Las tristes circunstancias por las que atravesaba la corona española permitieron el triunfo de los sediciosos y a partir de ahí comienza la impía tarea de deshispanización de América promovida por los nuevos regímenes, que necesitan fundarse sobre el mito, o más claramente, sobre la mentira. El devenir de la España ibérica, lo que desde entonces se conoce como España a secas, no fue mucho más feliz. Yo no veo qué hay que celebrar en todo esto. Más bien me parece que es un buen momento para hacer un examen de conciencia desapasionado, para reflexionar sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.

 

P.: ¿Emancipación o guerra civil entre españoles?

 

R.: Emanciparse es sacudirse un yugo. Los españoles americanos no consideraron jamás la unión con la corona un yugo, sino un timbre de gloria. Se ha querido ver en el descontento de los criollos la causa de la independencia, pero eso es un absurdo. Desde el mismo comienzo de la presencia española en América se da ese descontento, que lo que busca es que no haya intermediarios peninsulares entre los americanos y la corona. Hay una cierta ojeriza al “europeo”, como la había en los reinos peninsulares hacia cualquier oficial que proviniera de otro reino. Los territorios españoles de América no se emanciparon jamás de España,  lo que sucedió fue la abolición de España en América tras una odiosa serie de guerras civiles.

 

P.: Vayamos al meollo del asunto. ¿Cuál es la tesis central de su nuevo libro?

 

“Españoles que no pudieron serlo” es una reflexión histórica sobre la independencia de la América española, desde el punto de vista de la filosofía política. Es un intento de explicación política de lo que sucedió, de por qué un imperio saltó por los aires sin que las justificaciones que a posteriori se quisieron dar, a un lado y a otro, bastasen para comprender algo que todavía hoy nos llena de estupor: que los pueblos hispanos rompieran su comunidad política. Para lo cual intento explicar previamente la naturaleza de la hispanidad a lo largo de la historia y las verdaderas causas de su disolución. Pero es también una sugerencia para el futuro de los pueblos hispánicos, basada en datos que siguen muy vivos y que nos reclaman la recomposición imaginativa de aquella comunidad.

 

P.: Como cuestión determinante de su tesis, habla de la“Doctrina políticamente católica e históricamente española”. ¿A qué se debe esa insistencia suya en la trascendencia del factor político?

 

R.: La clave está precisamente en la política. España se construye históricamente en torno a la doctrina del bien común temporal y se destruye por el abandono de esa doctrina. El absolutismo y el liberalismo son dos manifestaciones de la abolición de la politicidad natural.

 

 

P.: ¿Ha abandonado la política a la Iglesia católica o ha sido al revés?

 

R.: La Iglesia católica tiene una doctrina política y social, que forma parte de sus enseñanzas. Sin embargo, desde hace mucho tiempo una porción creciente de los católicos se ha desentendido de ella. Tan creciente que hoy prácticamente esa doctrina es una desconocida. No por eso deja de ser menos vigente, pues no sólo es la doctrina de la Iglesia, sino que no es más que la perfección de la filosofía política natural. Ese abandono, que ya era masivo a comienzos del siglo XX, está en la raíz de la actual subversión social. Jean Madiran llamó a esta tragedia la “herejía del siglo XX”, y lo es también de lo que llevamos del siglo XXI

 

P.: Permítame una provocación. Si su propuesta, en definitiva, es la restauración de una política católica, ¿habrá que reinventar alguna modalidad de democracia cristiana?

 

R.: Simpática, la provocación. Sobre todo si pensamos que la llamada democracia cristiana, tal como se ha realizado históricamente, parte de la aceptación de los presupuestos naturalistas de la política moderna y de la negación del bien común tal como lo entiende la filosofía social.

La situación actual es de tal alejamiento del orden político natural que, dejando aparte puntuales acciones reivindicativas, hoy la principal tarea de los católicos en política es la preparación de mentalidades para un cambio futuro. El apostolado de la buena doctrina, también política.

 

P.: Recordemos, ahora, los títulos de sus dos libros anteriores: La verdad sobre el Código Da Vinci” y El secreto masónico desvelado. Esoterismo de bajo perfil y alta carga mediática, la verdadera naturaleza de la masonería, revisión del concepto Hispanoamérica... ¿Existe un eje vertebrador de las temáticas aparentemente tan dispares que investiga en sus libros?

 

R.: Sí. Por dispares que parezcan –y que en realidad lo sean– las temáticas de mis trabajos, hay un “hilo rojo” que los une a todos: la convicción de que es urgente restaurar la inteligencia natural de las cosas. Para restaurar un modo de vivir conforme a la naturaleza y la ley de Dios, previamente habremos de reformar las inteligencias, para que vuelvan a aceptar ser obedientes a la realidad. La crisis actual, antes que moral, es intelectual.

 

P.: ¿Nos sorprenderá José Antonio Ullate, en un futuro próximo, con algún nuevo título?

 

R.: Con la ayuda de Dios, pronto volveremos a la carga, querido amigo.

 

 

Muchas gracias y, si Dios lo quiere, hasta pronto.

 

Revista digital Arbil, Nº. 124, febrero de 2010

In memoriam. Una entrevista a Julián Gómez del Castillo: la posición del Movimiento Cultural Cristiano

In memoriam. Una entrevista a Julián Gómez del Castillo: la posición del Movimiento Cultural Cristiano

El pasado 29 de octubre de 2006, Julián Gómez del Castillo entregó su alma al Padre. Testigo y protagonista de un largo y difícil periodo de la Iglesia española, militó hasta el final de sus días al servicio de la Iglesia y de los pobres. Uno de nuestros colaboradores lo entrevistó allá por mayo de 2003. Como homenaje a su memoria, hemos querido rescatar esa entrevista, publicada en el número 60 de nuestra revista digital, que valoramos como plenamente vigente.

Hemos entrevistado a Julián Gómez del Castillo, cofundador de la HOAC en 1946, segundo presidente de la Editorial ZYX, y del grupo iniciador del Movimiento Cultural Cristiano; una pujante realidad eclesial española muy presente en las calles españolas con su característico estilo militante y sus “Ediciones Voz de los sin Voz”.

Pregunta: Imagínese a un joven de 17 años. Padres separados, vive con la madre. Bautizado, hizo la primera comunión pero no contempla la posibilidad de confirmarse. Estudia en un colegio privado no católico. Su mayor estímulo es disfrutar el fin de semana a tope. Suele llevar un preservativo en un bolsillo del pantalón. Ahora, su principal dilema es decidir donde hacerse un tatuaje. Inteligente, consumidor habitual de cine y vídeo, pero apenas lee libros; estudiando únicamente para superar curso y no perder los privilegios caseros. No tiene claro qué estudios superiores realizará. No está comprometido en ninguna asociación. Si se lo presentaran en una reunión de amigos, y éste le preguntara “de qué vas”, ¿qué respondería?

 

Respuesta: De constructor de vida solidaria

 

P.: ¿Podría resumir, sintéticamente, el carisma de su movimiento?

 

R.: Servir a la promoción integral y colectiva, no al asistencialismo de los empobrecidos.

P.: Algunos movimientos sociales, aparentemente, han sido abandonados en buena medida por los católicos, caso del sindicalismo, el cooperativismo, etc. Esta apreciación, ¿es justa? ¿debería, el conjunto del catolicismo social, retomar la iniciativa en estos ámbitos sociales?

 

R.: Lo que ha sido abandonado es la actitud militante sustituyéndose con la cancerosa e interesada burocracia.

 

P.: El MCC, en sus publicaciones, denuncia con idéntico énfasis, tanto las injusticias económicas y estructurales norte-sur, como el daño del aborto. Esa capacidad de juicio, ¿le facilita el mantenimiento de espacios de encuentro con otras realidades y movimientos eclesiales?, ¿se identifica con algunas de esas realidades de forma especial?

R.: Con la Iglesia. Las demás realidades... son propias del mundo enriquecido a costa del empobrecido.

 

P.: ¿Mantiene, su movimiento, buenas relaciones con los obispos españoles? ¿Participa en las delegaciones diocesanas de apostolado seglar y pastoral obrera?

 

R.: La mayoría del MCC es universitaria. Amamos a la Iglesia, a toda y única Iglesia y, lógicamente, todo lo que hacemos colabora en su acción apostólica.

 

P.: ¿Cuáles son las raíces, a su juicio, de las constantes muestras de anticatolicismo militante practicado por determinados sectores políticos y mediáticos españoles?

R.: El sectarismo antirreligioso se ha dado en la derecha y en la izquierda españolas desde principios del siglo XX y se sigue dando. ¿Seguirá? En la medida que no se construya la justicia, seguirá.

P.: El MCC propugna generalmente, según vemos en su revista Autogestión, el “voto en blanco”. Con la mirada en los próximos comicios del 25 de mayo, ¿mantendrá de nuevo esa postura?, ¿también en el País Vasco y Navarra donde, además, se juega la libertad de media sociedad?

 

R.: Sí. Niego las siete palabras finales. Pero mientras más de 4.000 millones de personas pasen hambre provocada, 400 millones de niños sean esclavos y 1.500 millones sean parados o subempleados pediremos el voto en blanco.

 

P.: ¿Qué opinión les merece el colectivo Cristianos en el PSOE?

R.: Los datos que tenemos nos dan la impresión que no tienen maduro ni el cristianismo ni el socialismo, quizá sean socialdemócratas.

P.: El futuro parece jugarse, en buena medida, en la educación de las nuevas generaciones. ¿Cómo responder, desde la Iglesia a ese reto?

 

R.: Eso lo he oído en los últimos 60 años. Creemos que el gran problema de la evangelización del mundo enriquecido es la vivencia de la conversión y la solidaridad.

P.: En un mundo globalizado y de pensamiento único, cuyo destino se determina en restringidos círculos financieros y de poder político de alcance universal, ¿qué puede aportar la Doctrina Social de la Iglesia? ¿No parece, acaso, un instrumento obsoleto frente a las modernas modalidades de lucha y de resistencia anti-globalización?:

R.: No, si promovemos un cristianismo de conversión y solidaridad.

P.: La inmigración está evolucionando, pasando de ser una excepción a constituir una realidad generalizada en la sociedad española. ¿Cuáles son, a su juicio y en este contexto, los límites del principio de solidaridad?

 

R.: La solidaridad no debe tener límites, debe abarcar hasta “dar la vida”, lo demás son chapuzas burguesas.

 

P.: El Islam, ¿qué le sugiere? ¿confrontación, diálogo, asimilación, ecumenismo, multiculturalismo?

R.: Diálogo.

P.: Ante la guerra en Irak, ¿le parece justa y adecuada la postura de la Iglesia católica?

R.: Sí, pero además no toleremos que sirva para tapar las otras 72 guerras que hay.

Muchas gracias.

--------------

 

Pedimos a nuestros lectores que se unan con sus oraciones, y sus miradas puestas en este hombre, a las ya rezadas por todos los militantes del Movimiento Cultural Cristiano y sus amigos de todo el mundo, entre los que, modestamente, nos incluimos.

 

 

Link de interés:

http://www.solidaridad.net

Revista digital Arbil Nº 108, octubre de 2006

 

 

Una entrevista a Maribel Martínez Eder: realidad y potencial del asociacionismo de los televidentes.

Hemos entrevistado a Maribel Martínez Eder -pionera del asociacionismo de los telespectadores y radioyentes en España-, constante impulsora de la campaña “10 de mayo, un día 10 sin ver la televisión”.

 

Maribel Martínez Eder, presidenta de la Asociación Plaza del Castillo y portavoz de FIATYR, fue objeto hace algunos años, y junto a otros pioneros en este campo, de una ilícita campaña de desprestigio impulsada, desde programas sensacionalistas de Tele 5 por medio de grabaciones con “cámara oculta”, con el objetivo de desacreditar al movimiento social de los telespectadores y radioyentes. Habiendo iniciado su actividad en 1992, ha adquirido una gran experiencia en el medio; lo que la cualifica, sin duda, como una voz particularmente dotada en este ámbito aparentemente incontrolado.

 

Pregunta: ¿Cómo surgió su interés por el mundo de la televisión?

 

Respuesta: Desde niña sentí la necesidad de comprometerme activamente en la sociedad en la que he vivido; siempre pensando en servir a mi país, España. Fui presidente del Consejo Asesor de RTVE en 1987 representando a UPN (Unión del Pueblo Navarro),  y, nombrada por el gobierno del mismo partido miembro del Consejo Audiovisual de Navarra desde su constitución en 2001. Entre tanto, me propuse organizar y desarrollar, un movimiento que trabajara por la defensa del espectador, oyente, usuario de medios de comunicación, el más desprotegido de la Unión Europea. Siempre pensé que el de los medios de comunicación es uno de los ámbitos de más influencia y, por lo tanto, poder de nuestra sociedad; de hoy y del futuro: la considerada “Sociedad de la Información”.

 

 

P.: ¿Qué experiencias más gratas resaltaría de su larga experiencia?

 

R.: La experiencia más grata en lo personal es el reconocimiento social que supone el agradecimiento de la gente cuando conoce nuestra labor; lo más importante: el trabajo en beneficio de niños y adolescentes desprotegidos.

El  haber conseguido desmontar gran parte de la intoxicación interesada de las cadenas, para justificar algunos contenidos en nombre de la audiencia.

El rechazo generalizado hacia cierta forma de hacer televisión, hacia el  abuso de poder que se ejerce desde los medios.

En fin, haber creado doctrina en el ámbito de la representación del usuario ante los medios de comunicación.

 

P.: ¿Disfruta de buena salud el movimiento asociativo de televidentes y radioyentes?

 

 

R.: Creo que es un momento extraordinariamente positivo, con un amplio sector de la sociedad muy dispuesto al compromiso. Hay que decir que llevamos casi veinte años trabajando seriamente, haciéndonos expertos, estando presentes en todos los foros en España y en el extranjero, para que en el día de hoy esté comúnmente aceptado el considerar imprescindible la existencia de un contrapoder que contrarreste el poder inconmensurable de los propios medios: Publicidad, Prensa, Radio, Televisión. Y muy especialmente, la necesidad imperiosa de acercarse de forma crítica a los que tienen por soporte las pantallas: Videojuegos e Internet.

 

 

P.: Las administraciones públicas y los políticos, ¿son receptivos a las propuestas de su movimiento asociativo?

 

R.: Sinceramente, no todos tienen conciencia del poder que ostentan los medios de comunicación social, ni siquiera su influencia. Tampoco se suelen fiar demasiado de los expertos: exactamente igual que algunos tertulianos radiofónicos, creen que lo saben todo, sobre todo. Y otra cosa: la mayor parte de las personas que desde distintas áreas nos gobiernan, carecen del tiempo necesario para, por ejemplo, ver la televisión. Cuando les demostramos que, en los pulsos que les echan los responsables de las distintas cadenas,  por ejemplo, siempre les ganan, creen que exageramos; también cuando mostramos la realidad de un panorama, con frecuencia, desolador.

 

 

P.: ¿Y las diversas televisiones?

 

R. Es bastante habitual que algunas personas, conociendo nuestro trabajo, nos comentan que las cosas están fatal y consideren que es una especie de hazaña quijotesca muy noble, pero poco efectiva. Lo que no se pueden imaginar es lo que serían capaces de hacer si no actuáramos como verdaderos grupos de presión forzando y consiguiendo gran parte de las pocas o muchas mejoras que en todos los órdenes se van logrando. Sobre todo, creando un movimiento imparable, durante años en gran soledad, pero que es muy necesario hoy, e imprescindible en un futuro no tan lejano.

 

 

P.: ¿Cuáles son los principales problemas, a su juicio, que presentan las programaciones de las televisiones en España?

 

R.: Las programaciones son consecuencia de políticas audiovisuales equivocadas e incorrectas, a veces absurdas. En concreto, por estos aspectos fundamentales:

- El abuso de poder.

- El incumplimiento, en su caso, de la normativa vigente.

- La concentración: algunos rotativos y las revistas de crítica televisiva más importantes, tienen intereses en las distintas televisiones.

- La dejación de los sucesivos gobiernos, sin atreverse a “molestar” a los responsables: ni cumplen la ley en materia tan delicada como la protección del horario del menor por ejemplo, ni existe organismo capaz de hacérsela cumplir; una autoridad audiovisual independiente como la que opera en todos los países desarrollados del mundo.

- La existencia de en torno a mil cadenas sin licencia, emitiendo, selectivamente, pornografía dura en abierto.

- La perniciosa relación entre prensa amarilla y televisión basura, la más agresiva de Europa.

- La creación de contenidos (decenas de horas a la semana) a partir de la crónica negra diaria.

- La imposibilidad manifiesta de presentar la mínima referencia cultural en horas razonables.

- La violencia descarnada, utilizada como contenido necesario.

- La no correspondencia entre nuevas tecnologías y mejora de contenidos.

- La llamada “telerealidad”

- La presión publicitaria, etc., etc.

 

 

P.: Las televisiones, ¿son libres o dependen de intereses ajenos?

 

R.: Dependen de intereses ajenos: frecuentemente extranjeros; minorías muy poderosas, que consideran los medios como negocios convencionales que hay que rentabilizar de la manera más rápida posible, a costa de lo que sea. No es tan exagerado decir que algunos altos ejecutivos de multimedias ignoran aspectos fundamentales del universo audiovisual; tratan material tan delicado, que conforma los valores de nuestra vida y de la de nuestros hijos, como simple objeto de compra-venta. Que los medios de comunicación no son negocios convencionales cuyo único fin sea ganar dinero, es una teoría muy superada desde hace decenios para muchos especialistas; teoría que desconocen por completo algunos responsables políticos y mediáticos.

 

 

P.: El número de cadenas televisivas aumenta, pero sus contenidos, ¿mejoran con la competencia?, ¿y el pluralismo?

 

R.: Por desgracia no: los contenidos se multiplican pero estamos llegando a unos grados de vulgaridad, por ejemplo en la llamada “telerealidad” (invento nefasto), inimaginable hace relativamente pocos años. El pluralismo, tan deseable sobre todo en la televisión de titularidad pública, no se practica. Lo que percibimos a diario en  la mayor parte de las cadenas, es lo que se conoce como “pensamiento único”, que por cierto no suele ser ni único ni por supuesto, pensamiento. En el fondo, la expresión del relativismo más absoluto (si se me permite la expresión).

 

 

P.: Permitida. Las televisiones, según su criterio, ¿sufren el impacto de las nuevas tecnologías de comunicación alternativas, caso de Internet, etc.?

 

R. Sin duda sufren el impacto, aunque de momento no tienen demasiada conciencia de lo que se avecina; se contentan con fidelizar en torno a  un máximo de tres millones de espectadores, que son las cifras aproximadas que consiguen los programas que se emiten en horarios de máxima audiencia, incluida la televisión basura. Lejos quedan las cifras multimillonarias de hace, relativamente, poco tiempo: los ejemplos son abrumadores.

En cuanto al usuario de Internet, en general perteneciente a las nuevas generaciones, suele detestar la televisión (no hay más que acercarse a los numerosos blogs). Para contrarrestarlo, Algunas cadenas reaccionan intentando aproximarse a los contenidos de la red, aunque es como para temerse lo peor en el futuro: lo seguro es que no contemplen lo más extraordinario, como es el acceso al conocimiento (filtrado y contrastado), sino a los aspectos más escabrosos.

 

 

P.: ¿Qué podemos esperar de la futura Televisión Digital Terrestre?

 

R.: Creo que el sector por fuerza se tendrá que regular, algo sin duda beneficioso, ya que no se  podrá emitir en analógico a partir del año  2010, en que solo se emitirá con tecnología digital. Sin embargo, participando en el FORO de la T.D.T., siempre se me ha podido escuchar que el espectador la debe relacionar con la calidad, si no es así, va a ser un alumbramiento muy costoso, y sin ninguna seguridad de éxito a corto y medio plazo. La realidad, por dura que sea, es que la audiencia exigente ha huido de la televisión, no comprende que se tenga que pagar más para adaptar “decodificadores”, ni que tengan que existir multitud de cadenas para ofrecer más o menos lo mismo.

 

 

P.: Las televisiones locales, ¿constituyen una posibilidad de aumento de la calidad de contenidos y de cercanía al usuario?

 

R.: Siempre hemos apoyado  la televisión local por su proximidad, por su mayor exigencia y rigor en cuanto a la información, y la imposibilidad de ofrecer, en general, contenidos sensacionalistas; sin embargo la competencia es enorme: las cadenas nacionales, a pesar de presumir constantemente de cuentas de resultados brillantísimas, tiran los precios de la publicidad y la tarta no da para tanto. En el futuro no podrán sobrevivir, ¡quisiera equivocarme!, sin ayudas.

 

 

P.: Las asociaciones de FIATYR, ¿pueden calificarse de conservadoras? ¿y de confesionales?

 

R.: Como tales asociaciones, no somos confesionales, desde luego: puede integrarse en nuestra organización, cualquier espectador que desee realizar una labor positivamente crítica. Bien es verdad, que la mayor parte de las personas que iniciamos el movimiento, tenemos unos valores basados en el humanismo cristiano.

En cuanto a conservadores, nadie podrá considerar negativo éste término si se trata de conservar algo de lo  bueno que hemos heredado. Diré que pocas labores habrá tan modernas, actuales y progresivas como la que realizamos. En cualquier caso, y al margen de lo que se nos considere, nuestra principal función es reclamar el cumplimiento de la normativa vigente, (máxime en un país donde como, queda dicho, no existe autoridad audiovisual alguna), y representar los intereses y derechos del mayor número posible de usuarios en el ámbito de la comunicación.

Algo que nos llena de satisfacción es, la nuestra, ser la primera web recomendada por Google si se trata de localizar: telespectadores, radioyentes, usuarios de medios de comunicación.

 

 

P.: La libertad, la calidad y el pluralismo televisivo se juegan, seguramente, en la industria productora de contenidos. ¿Qué tendencia sigue este mercado?

 

R.: El negocio inmediato, la impaciencia para consolidar cualquier buen producto ante una audiencia educada a conciencia en el mal gusto desde hace veinte años, la escasez abrumadora de talento, creatividad, audacia, riesgo etc., la falta de compromiso, la irrupción en el panorama de gente muy joven con valores materialistas…, son entre otros, muy serios inconvenientes para desenvolverse con libertad, calidad y pluralismo. Hay muchos ejemplos que lo corroboran.

 

P.: ¿Qué objetivos pretende alcanzar con la campaña “10 de mayo, un día 10 sin ver la televisión”?

 

 

R.: “UN DÍA 10 SIN VER LA TELEVISIÓN a favor de una televisión de calidad” es una campaña que promovemos por octavo año consecutivo, y que deseamos hacer llegar a los espectadores, pidiéndoles, si la comparten, la máxima difusión. Se ruega dejar de ver la televisión durante las veinticuatro horas del próximo miércoles 10 de mayo de 2006.

Es una actividad participativa al alcance de todos, con la que se puede influir positivamente en políticas y contenidos televisivos que son el verdadero problema. Queremos dejar muy claro que la televisión es un medio, en si mismo maravilloso, extraordinariamente potente y atractivo, con  capacidad ilimitada  para divulgar conocimientos, máxime sabiendo que muchos niños y adolescentes  pasan más tiempo delante del televisor que en sus centros de estudio y tienen, además, una visión televisiva del mundo.

La campaña propiamente dicha está disponible en nuestra web. http://www.asociacionplazadelcastillo.org, y consta de las siguientes premisas:

  • Autoridad Audiovisual.
  • Medios de titularidad pública.
  • Protección del horario del menor.
  • Televisión basura. Telerrealidad.
  • Programación cinematográfica.
  • Presión publicitaria.
  • Fundamentación normativa.

 

 

P.: No hemos hablado de la radio. ¿Es mejor su situación que la descrita anteriormente?, ¿qué problemas destacaría de ese medio

 

R.: La Radiodifusión goza de una magnífica salud en España en líneas generales. En la mayor parte de los casos es, además, excelente, plural y rigurosa. En la radio tiene cabida natural la actualidad, la información, la cultura. Suelo decir que  el sensacionalismo es excepcional, justo lo contrario de lo que pasa en la televisión. Son millones  las  personas  que se informan a diario por un medio tan ágil; sin duda la mejor radio de Europa, donde apenas existe el fenómeno de la radiodifusión como nosotros lo conocemos.

No obstante, empieza a adolecer de leves defectos como por ejemplo la progresiva ubicación de contenidos publicitarios, sin duda muy rentables, se radian miles de horas dedicadas a la divulgación de ideas para conformar opinión en las incontables tertulias, género único y genuinamente radiofónico, de nuevo, exclusivo de nuestro país.

 

P.: Maribel Martínez Eder, considerando todo lo expresado, ante el futuro de las televisiones y radios, ¿es optimista o pesimista?

 

R.: Soy por naturaleza optimista y pienso que las cosas mejorarán, entre otras cuestiones, por la razón irrefutable de que en algunos aspectos es difícil que empeoren. En serio, la T.D.T. puede suponer un avance en muchos sentidos al aumentar la oferta y la calidad técnica.

En cualquier caso, estoy plenamente convencida de que debemos ser capaces de trasmitir la importancia de nuestro trabajo, comprometer a los responsables, conseguir apoyos y adhesiones.

De la misma manera es imprescindible organizar movimientos representativos y audaces en éste ámbito, canalizando las inquietudes de millones de ciudadanos, para conseguir beneficios incalculables en el día de hoy y muy especialmente de cara al futuro.

 

-          Muchas gracias.

 

-          Muchísimas gracias a  ustedes.

 

Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 104, abril de 2006

Entrevistamos a José Antonio Herrero Crespo: Grafite Ediciones, al servicio de la verdad histórica.

La veterana Grafite Ediciones, especializada en libro religioso católico, se ha lanzado a otra aventura editorial orientada hacia la Historia y la actualidad, con algunos títulos de notable impacto en el mercado español, como “Los mitos de la represión en la Guerra Civil española” (de Ángel David Martín Rubio) y “Los Catalanes en la Guerra de España” (de José María Fontana). A tales títulos, recientes novedades de su Biblioteca de Historia, se sumarán, entre otros, textos del historiador catalán César Alcalá. ¿A qué se debe tal innovación? Para comprenderla entrevistamos a su fundador e impulsor; a quien sometemos igualmente a otras cuestiones de interés general.

 

José Antonio Herrero Crespo, vizcaíno de raíces aragonesas, es el fundador de Grafite Ediciones, una empresa veterana en la edición de libros religiosos católicos. Viene presentando, en los últimos dos años, una colección de libros de investigación histórica, así como otros títulos de temas actuales. Nos gustaría conocer el sentido de esa innovación en el contexto de su experiencia en el difícil mundo editorial; así como su opinión en torno a diversas cuestiones de candente actualidad.

 

Pregunta: José Antonio Herrero Crespo no se ha dedicado siempre a la edición. Desde su anterior trabajo como bancario, ¿qué le impulsó a introducirse en este complejo y difícil circuito empresarial?

 

Respuesta: Hace ya 15 años (en 1991), estando cómodamente instalado en mi puesto de apoderado bancario con la misma insatisfacción interior que es habitual en la mayoría de los bancarios, sentí que Dios me brindaba una oportunidad de servir a la Iglesia en un sector totalmente desconocido para mí pero que me abría, a la vez, una puerta a un mundo que me parecía atrayente y en el que podría ocupar un puesto humilde pero también necesario. Así empezó mi andadura editorial en una pequeña editorial religiosa (Ediciones EGA) que estaba a punto de cerrar y que era propiedad de un viejo amigo mío. Ahí comencé una serie de colecciones (Hagadot, Trípode, Teshuvá, Juan Pablo II, etc.) con el deseo de divulgar la doctrina de la Iglesia en todos los campos posibles y llegar al mayor número de personas posible. En 1998 comencé, ahora en solitario, con GRAFITE  con el deseo de continuar lo empezado 7 años antes. Prácticamente desde mis comienzos, vi claro que no podía quedarme solo en el libro religioso, a pesar de lo necesario que es, sino que debía ampliar el campo a la historia, donde está recogida una verdad que hoy en día es tan atacada como la Iglesia católica, quizás porque en la historia ambas han ido siempre ligadas como hermanas siamesas: ESPAÑA. Así fue como me lancé a la publicación de libros de historia y tengo que reconocer que en ambos sectores (religioso e historia) siento que estoy cumpliendo un deber de cristiano.

 

P.: Después de consolidar, a lo largo de difíciles años, varias colecciones de libro religioso, contando con el capital de una larga lista de títulos, ¿qué le lleva a competir en el mercado editorial –también- con los títulos de su “Biblioteca de Historia” y otros centrados en diversas cuestiones de ética y actualidad social?

 

R.: Insisto en el final de mi respuesta anterior. Creo que todo cristiano, y especialmente los católicos, tenemos la obligación, en los tiempos que corren, de luchar por la VERDAD. Dice Jesucristo en el evangelio: “La Verdad os hará libres”. Nadie puede buscar, pues la libertad fuera de la Verdad, y esta verdad es el mismo Jesucristo, quien también dice: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Y a Jesucristo como centro lo encontramos tanto en la Iglesia católica, como a lo largo de la historia de España, y esto aunque diga lo contrario el mismísimo zETAp. Si nos fijamos en la historia de España, nos encontramos con hechos impresionantes, únicos, irrepetidos como haber sido la única nación del mundo a lo largo de la historia que se ha zafado de la ocupación musulmana (y esto nos costó casi 8 siglos) después de que estos intentaran arrasar con todos los vestigios cristianos que pudieron. Otro hecho que es impresionante y admirable es la obra evangelizadora llevada a cabo por los españoles en América, el Nuevo Mundo, donde ciertamente hubo desmanes y abusos pero éstos fueron atacados y corregidos por la Corona y por los religiosos que fueron desde el inicio a evangelizar las nuevas tierras. La recuperación de la identidad nacional después de casi ocho siglos de estar perdida y la obra llevada a cabo en  América quedarán para siempre en la historia como auténticas obras hercúleas de los españoles y auténtico ejemplo de cómo hacer las cosas bien, a pesar de la naturaleza humana.

 

P.: La orientación de las investigaciones históricas ya publicadas por Grafite y las programadas para los próximos meses, ¿no arrastran el riesgo, acaso, de sumarse a las pequeñas “editoriales malditas” que rondan, desde otras perspectivas ideológicas o vitales muy distintas, lo “políticamente incorrecto”?

 

R.: Bueno, GRAFITE, evidentemente, es una editorial pequeña, muy pequeña, y la verdad es la que es. La verdad nunca ha sido políticamente correcta, de hecho los cristianos anunciamos lo más políticamente incorrecto que puede haber, a JESUCRISTO, y además lo más maldito que ha habido: “y éste crucificado”. Creo que un baremo para ver si estamos en la verdad, defendiéndola y anunciándola, es la persecución. Si buscamos el éxito, el beneficio económico, el consolidar un mercado, podremos conseguirlo pero no estaremos siendo testigos de la Verdad, nos guste o no. La Verdad es Jesucristo en la cruz, a éste  y sólo a éste, Dios lo resucitó y le dio “el Nombre sobre todo nombre”. La historia de la Iglesia, desde su Fundador hasta hoy, nos enseña que todo el que ha trabajado por el Reino de Dios ha sufrido en su carne todo tipo de persecuciones, oprobios y fracasos, es decir: de sufrimientos. No tenemos más que ver los fundadores en todos los tiempos.
Si defender la Verdad me supone ser una “editorial maldita”, lo sentiré mucho pero es lo que hay...

 

P.: ¿Cómo calificaría su editorial?, ¿como una editorial católica o, acaso –pues existen matices importantes- como una editorial de católicos, al servicio del lector interesado en la verdad y en la realidad?

 

R.: La verdad está en la Iglesia católica. Los que están fuera de la Iglesia tienen una parte de la verdad, en la medida que está en comunión con la Iglesia católica. Pero la verdad, está en plenitud, en la Iglesia católica y ésta está al servicio de todos los hombres, como Jesucristo murió por todos los hombres. Por eso siempre he querido hacer una editorial católica al servicio de todos los hombres, convencido que solamente en la fe católica todo hombre podrá encontrar la solución a su problema existencial.

 

P.: ¿Goza de buena salud el sector editorial del libro católico? ¿no se edita, acaso, un excesivo número de títulos?

 

R.: Nos ha llegado la crisis, como a todo el mundo. Efectivamente, en mi opinión se editan demasiados títulos, creo que se debe a que en gran medida nos hemos encontrado en la necesidad de sacar novedades para que no nos lleguen a bloquear las devoluciones que hay, y esto es en todo el sector editorial. Por otro lado, vemos que la Iglesia católica cada vez es más criticada y menos punto de referencia. Creo que es un tema complejo. No estamos unidos, muchas veces se busca más lo que “se vende” porque “la gente lo quiere” que lo que de verdad la gente necesita. Buscamos cubrirnos las espaldas en el terreno económico y, sin darnos cuenta, ponemos en un lugar secundario nuestra misión principal: Anunciar a Jesucristo. Acercar su mensaje a los hombres de esta sociedad ganada por el relativismo y el hedonismo. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar en esta labor? Creo que la llamada “teología de la liberación” y especialmente el desarrollo que ha tenido por parte de sus adeptos ha hecho mucho daño a la Iglesia porque se ha cargado al Siervo de Yahvé y lo ha sustituido por la revolución, ha cambiado el amor por el odio... ha hecho mucho daño y desgraciadamente tiene muchísimos adeptos, buscados en muchos casos porque son “los que más venden”. ¿Buena salud? Sinceramente, no lo sé, creo que el mayor mal que padece el libro católico es que refleja la propia división que hoy día existe en la Iglesia.

 

P.: Los pequeños editores se quejan, sea cual sea su orientación, de las dificultades que presenta el actual mercado: altos costes de edición y distribución, prácticas semimonopolísticas de los grandes grupos editoriales, escasas –por no decir nulas- ayudas institucionales salvo privilegiadas excepciones, un número relativamente escaso de lectores... No obstante, cada año salen al mercado español 60.000 nuevos títulos. ¿Qué reflexiones podría ofrecernos, al respecto, desde su experiencia como editor?

 

R.: En primer lugar, quiero dejar claro que las ayudas son buenas siempre que no vengan en detrimento de nuestra independencia. Esto es lo primero, por encima de todo, para poder ser fieles a nuestra misión de difusores de la doctrina católica, ser testigos de la Verdad. Esto nos lleva a tener que actuar en gran medida como francotiradores, con la exigencia lógica de tener que editar novedades muchas veces para cubrir devoluciones mirando la cantidad muchas veces a costa de la calidad. Creo que el mundo editorial católico ganaría coordinando esfuerzos, uniéndonos editoriales aportando cada uno lo mejor de sí, lo que nos permitiría seleccionar las publicaciones en función de su calidad y no sólo de su posible venta. Entre todos esos títulos publicados, ¿cuántos son realmente buenos y necesarios para los lectores? Aquí quiero hacer una reflexión que quizás sea una utopía, no sé... Creo que sería bueno para las editoriales católicas, seamos religiosos o seglares, contar el Nihil Obstat de la Conferencia Episcopal para ejercer como editores católicos. Y el que no tenga esta autorización que se llame editor “religioso”, si quiere pero no “católico”. Creo que sería bueno para evitar publicaciones que han hecho más mal que bien y que solamente han servido para crear malos ambientes y una imagen de división, que quizás sea real, pero que no hay por qué airear.

 

P.: Daremos un giro a la entrevista hacia el contexto en el que nace, desde nuestro criterio, Grafite Ediciones. Existen diversos indicios que apuntan –tal vez- hacia una revitalización del histórico catolicismo social español, aunque con fórmulas distintas de las manifestadas en el pasado: los éxitos en audiencia de COPE, extensión de Popular TV, notable sucesión de diversos congresos de laicos católicos, nuevos medios informativos, diversas manifestaciones convocadas por entidades pro-vida y pro-familia, nuevos proyectos editoriales… Todo ello, a su juicio, ¿es una simple reacción defensiva o la expresión de una auténtica renovación del catolicismo social en sintonía con la histórica convocatoria del fallecido Juan Pablo II a una Nueva Evangelización, que también ha hecho propia Benedicto XVI?

 

R.: Y no nos olvidemos del semanario ALBA y todo el Grupo Intereconomía, en mi opinión la réplica perfecta desde el mundo católico al Grupo Prysa y su nefasta influencia en los medios audiovisuales, ni dejemos de lado Radio María, con una labor importantísima en la difusión de la vida espiritual y de la vida de oración, además de otros ámbitos de la vida social. Todo esto, además de los éxitos de convocatorias ya reseñados son el fruto de un papado, el de Juan Pablo II, el Grande, quien en sus casi 26 años de papado consiguió, gracias a su fe y ardor apostólico, que los católicos pasáramos de ser seres acobardados y avergonzados de nuestra fe, a estar orgullosos de ella, agradecidos a Dios por ser llamados a la Iglesia católica y dispuestos a manifestar públicamente quiénes somos y dónde estamos. Ahora nos falta llevar adelante, de una manera sistemática, la Nueva Evangelización a la que nos llamó el Papa Juan Pablo II y ésta empieza por nuestra propia conversión, por examinarse cada uno a sí mismo de cual es su fe y hasta dónde está dispuesto a llegar por ella, independientemente de que estemos solos o acompañados (Jesucristo murió solo y abandonado en la cruz y allí salvó al primero de los hombres: un malhechor) El primer paso está dado y ahí estamos consolidándonos, ahora hay que continuar en la labor y para ello tenemos dos grandes papas en estos últimos años: Juan Pablo II y Benedicto XVI. Creo que no somos totalmente conscientes de hasta qué punto Dios nos está bendiciendo y llamándonos a seguir adelante sin miedo (aquel famoso “no tengáis miedo” de Juan Pablo II en el comienzo de su pontificado cambió a los católicos del mundo) en todo el mundo pero especialmente en Europa y como no, con mayor dedicación en España, donde se está abandonando los valores históricos que han sido propios de los españoles desde el siglo I y que han estado siempre ligados a nuestra historia: los valores cristianos. Ojalá vuelva a salir un pueblo dispuesto a dar la vida por su fe.

 

P.: Los denominados “nuevos carismas eclesiales”, ¿están desempeñando un papel relevante en ese aparente movimiento de renovación de la Iglesia española? ¿Qué aportaciones, de los mismos, subrayaría en particular?

 

R.: Sinceramente, creo que estos “nuevos carismas eclesiales” son una auténtica primavera para la Iglesia, y por lo tanto para la sociedad española. Fíjese que, entre todos ellos, ocupan todas las parcelas de la vida social y espiritual. Seremos fuertes en la medida que estemos unidos todos en la vida de la Iglesia: Tenemos una misma fe, aunque la vivamos con matices distintos. Por eso es importante que estemos unidos en la comunión con el Papa, cabeza de la Iglesia y Vicario de Cristo. En él se confirma nuestra fe y nuestra comunión y con él volveremos a ser fuertes. Dicho esto, diré que con los grupos con los que tengo alguna relación conforman un mosaico precioso como la misma Iglesia:
El Opus Dei, un verdadero fruto de la fe de los mártires de la guerra civil, auténtica cruzada en boca del papa Pío XI, nos muestra una vida espiritual intensa que se manifiesta en unas actividades personales de sus miembros que buscan la santidad en su lugar de trabajo. Es una gente que destaca allá donde están. Los focolares son acogedores, abiertos, y muestran la fe abierta, sin exigencia, que muestra el amor a los hombres de toda clase. Comunión y Liberación ha hecho una gran labor en el mundo académico, haciendo presente a la Iglesia en los ambientes más selectos del mundo intelectual. Las comunidades Neocatecumenales, auténtica explosión post conciliar, han llevado  una fe fresca entre los más alejados, entre los desheredados de la sociedad. Empezaron en las chabolas de Madrid y han llevado a Jesucristo al hombre para que tenga un encuentro con él en lo más oculto de cada uno. En cada hombre hay un ladrón crucificado a quien Jesucristo le está diciendo: “hoy estarás conmigo en el paraíso”, ahí en medio de su sufrimiento; acercan la liturgia a personas que sería impensable que pudieran disfrutar de la liturgia de la Iglesia Quizás todos están en todos los terrenos, pero creo que cada uno tiene su “punto” específico y entre todos forman una parte importante de este mosaico precioso: La Iglesia católica.

 

P.: Ya hemos mencionado, de alguna manera en una pregunta anterior, a un influyente mito de la posmodernidad, conforme al que lo “políticamente correcto” se impone desde el poder político y cultural dominantes, generando un tipo humano satisfecho, consumista, nihilista, para nada crítico con esos poderes y las asfixiantes modas; pero muy cerrado a cualquier propuesta de carácter transcendente y realmente humana. En estas circunstancias, ¿puede, la Iglesia católica, constituirse en alternativa real a esta mentalidad, con una presencia social activa, o debe replegarse a la práctica litúrgica y sacramental? ¿Mantiene capacidad de diálogo y propuesta con los hombres y mujeres de hoy?

 

R.: Lo primero que quiero decir, es que no creo que la Iglesia deba dialogar con nadie. Dialogar, supone hablar en igualdad de condiciones, dando el mismo valor a todos los argumentos. La Iglesia debe anunciar la verdad, la llamen dogmática, inquisitorial o como quiera que la llamen, la Iglesia debe anunciar la verdad: Jesucristo. Con todos los razonamientos del mundo, con toda la base científica del mundo, que la tenemos, pero no para llegar a ningún acuerdo, que es el fin del diálogo. ¿Qué diálogo puede haber en temas como el aborto, la eutanasia, el divorcio, el terrorismo, la clonación, las uniones (que no matrimonios) de homosexuales, el laicismo? ¿Qué diálogo puede haber ahí? Ahí solo puede haber respuestas enérgicas, contundentes, sin miedo al qué dirán. ¿Qué se busca desde el poder? Quitar a los hombres problemas, darles el “panem et circenses” que pueda evadirles de los problemas cotidianos, aunque sea a base de asesinar (aborto), romper familias (divorcio), dar a cada uno lo primero que se le ocurre pedir (uniones de homosexuales, equiparación del Islam a la religión católica), a costa de lo que sea; el gobierno no quiere tener problemas y punto. La oposición está para darle problemas al gobierno y nada más. El Partido Popular estuvo ocho años en el gobierno, ¿en qué legisló apoyándose en la Iglesia católica?: En nada absolutamente. ¿Qué hará cuando vuelva al poder para arreglar los desaguisados socialistas de estos dos años (Dios mío han desecho en dos años más que sus anteriores correligionarios en trece), qué harán, digo?: Nada, porque no quieren problemas y buscan por encima de todo votos que les permitan seguir en el poder ¿No continuó el PP con la mayor falacia creada por el PSOE en sus años de gobierno, hasta el ínclito zETAp: “Estado del Bienestar”, que ni era Estado, ni daba “bienestar”? Es por eso que, en mi opinión, ahora más que nunca, necesitamos que la Iglesia, gente de Iglesia, se convierta en alternativa real a esta situación, personas que defiendan en la arena política la verdad, independientemente de los votos y del “éxito” que se pueda tener, personas que busquen y defiendan el “Estado confesional católico” (sé que esto es políticamente incorrecto y sin embargo, creo que es la única forma de que España vuelva a encontrar el sentido de su existencia: Que la doctrina de la Iglesia católica, esté influyendo en el contenido y el espíritu de sus leyes). Para esto es importantísima la práctica litúrgica y sacramental, fuente y cima de la vida eclesial, donde el creyente encuentra la fuerza para seguir adelante, ya que la vida cristiana, en estos tiempos, es una vida de auténtico martirio. Así, pues, todo esto es necesario, especialmente en los tiempos que nos está tocando vivir.

 

P.: Usted es un buen conocedor de las realidades humanas católicas en los continentes americanos. ¿Qué aspectos, positivos y negativos, destacaría?

 

R.: Hay una mezcla de situaciones. Por un lado, la fe intensa, aunque sea de religiosidad natural, que hay en el pueblo americano es el fruto de la labor llevada a cabo por grupos de religiosos y laicos españoles durante tres siglos y ahí está el futuro de la Iglesia. Por otro lado, se ve una influencia cada vez más fuerte del mundo “gringo”, con su “bienestar” (otra vez el dichoso bienestar) que está llevando a muchos latinoamericanos a olvidarse de historia más reciente; también se vive el inmenso daño que han hecho la Teología de la Liberación, con un marcado odio a todo lo español, a los que tiene poder económico, a los gringos, etc. Necesitamos volver a evangelizar con fuerza para contrarrestar estas influencias tan nefastas, así como la influencia que tuvo la masonería ya desde su proceso de emancipación de España, que realmente no les sirvió para nada más que para acrecentar las diferencias sociales existentes. Tenemos que volver a evangelizar América, tierra entrañable para todos los españoles (al menos es mi sentimiento en esas tierras cada vez que las piso)

 

P.: ¿Qué reflexiones, brevemente, le provocan la palabra “política”?

 

R.: Un servicio al pueblo convertido en refugio de mediocres, cueva de ladrones, donde van a “hacer carrera” los que no sirven para otra cosa y que los católicos también tenemos que redimir.

 

P.: Terminaremos con una pregunta de carácter personal, al igual que en la mayoría de esta serie de entrevistas mensuales que venimos ofreciendo a nuestros lectores. ¿Dónde encuentra, José Antonio Herrero Crespo, la fuerza necesaria para mantenerse fiel a su vivencia religiosa en un mundo progresivamente hostil a toda expresión social que afirme positivamente la posibilidad real de una vivencia trascendente?

 

R.: Cada vez que me miro al espejo, veo a una persona débil, pecador, infiel a Jesucristo y cada vez que veo el crucifijo que tengo en la habitación veo a la persona que me perdona cada día, que se entrega por mí hasta dar su vida, que me quiere más que a nada y que me permite, gratuitamente, ser testigo de esto. Cada día soy consciente que en mí se cumple lo que dice San Pablo: “Llevamos este tesoro en vasos de barro para que se manifieste que lo sublime de este amor viene de Dios y no viene de nosotros”. Hay momentos duros, de soledad, de experimentar el fracaso, de no ver salida pero ahí es donde aparece la Cruz de Jesucristo como único camino de vida y salvación y eso ayuda a esperar en Dios, a clamar a Él. A mí vino a rescatarme el Camino Neocatecumenal hace ya treinta y cinco años, ahí me he encontrado con la Iglesia, la práctica de los sacramentos, el Amor infinito de Dios derramado en su Hijo para todos los hombres. Yo, como Jeremías, aunque quisiera no podría hacer otra cosa. Cada día en medio de mi debilidad tengo que decir: “Me sedujiste Señor y yo me dejé seducir, me has agarrado y me has vencido” Esto me ha ayudado y me sigue ayudando en mi familia, en mi trabajo, en mi vida diaria y esto es lo que todo hombre necesita saber y experimentar: Que Dios nos quiere inmensamente a todos nosotros, nos quiere tanto que ha entregado a su Hijo para que veamos que la muerte ha sido vencida y esto tengo que decirlo y mostrarlo pese a quien pese y caiga quien caiga. Es la posibilidad de empezar a vivir aquí la trascendencia, la vida eterna.

 

Muchas gracias.

 

 

 

Direcciones electrónicas de interés:
http://www.grafite-ediciones.com/

 

 

Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 103, marzo de 2006

 

Entrevistamos a Juan Manuel Burgos: la filosofía personalista ante los retos del hoy.

Juan Manuel Burgos encabeza una de las dos entidades españolas que se arrogan la etiqueta de “personalista”. Interesados en Arbil, en conocer sus ideas, proyectos y algunos de sus puntos de vista sobre aspectos de la realidad, accede a mantener una entrevista con nosotros.

 

Entrevistamos a Juan Manuel Burgos, doctor en Ciencias Físicas y en Filosofía. Ha sido docente en diversas universidades de Roma y Madrid y actualmente es profesor en el Instituto Juan Pablo II y en la Universidad Complutense de Madrid. Fundador y presidente de la Asociación Española de Personalismo (AEP), es autor de varios libros. Se pueden mencionar entre otros El personalismo (2ª ed. Palabra, Madrid, 2003); Antropología: una guía para la existencia (2ª ed. Palabra, Madrid, 2005); Diagnóstico sobre la familia (Palabra, Madrid, 2004) y Para comprender a Jacques Maritain (Mounier, 2006).

 

Pregunta: ¿Cómo definir al personalismo?, ¿escuela filosófica, movimiento, estilo de vida?
               

 

Respuesta: Creo que hay diversos tipos de personalismo o de relacionarse con el personalismo que abarcan todas esas posibilidades. Personalmente lo concibo y me interesa como una escuela filosófica.

 

 

P.: En su página web afirman que la AEP pretende “promover, difundir, profundizar u desarrollar la filosofía personalista en nuestro país. Se trata de la primera asociación de estas características que se crea en España y en Europa”. Entonces, ¿tienen acaso algún problema con el Instituto Emmanuel Mounier? O, tal vez, ¿son dos maneras distintas de “hacer filosofía”?

 

R.: No tenemos ningún problema con el Instituto Emmanuel Mounier; mantenemos buenas relaciones pero tenemos planteamientos distintos dentro de un fondo común. Como su propio nombre indica ese Instituto se basa principalmente en la figura de Mounier y, también según el estilo de Mounier, plantea un personalismo como estilo de vida y como movimiento. La AEP tiene un planteamiento diferente. Por un lado, pretende estudiar el personalismo en general, no el de un autor específico. Por otro, queremos ser fundamentalmente una institución académica que se dedique al desarrollo, profundización y difusión de la corriente filosófica. Estamos seguros de que, por las ideas que defiende el personalismo, este trabajo acabará influyendo en la sociedad, pero no buscamos esa influencia de modo directo –mediante actividades colectivas o acciones sociales- excepto en el mundo cultural y a través de una tarea filosófica.

 

P.: El personalismo, nutrido de la savia de la Iglesia católica, ha proporcionado filósofos de primera fila (Mounier, Maritain…). ¿Mantiene, hoy día, su atractivo y su capacidad de propuesta? ¿Existe una filosofía personalista entre protestantes y judíos? ¿Y, acaso, algún autor o fenómeno análogo en el mundo musulmán?

 

R.: La cosecha de filósofos personalistas con una fuerte convicción personal católica es realmente llamativa: además de los que ha mencionado se puede señalar a Dietrich von Hildebrand, Romano Guardini, Gabriel Marcel, Maurice Nédoncelle, Julián Marías, Edith Stein, Karol Wojtyla, Luigi Pareyson y un largo etcétera. No sé si exagero pero dudo mucho que haya otra época de la historia en las que se encuentre un ramillete de filósofos cristianos tan impresionante. Hay, por supuesto, personalistas protestantes, aunque menos: Ricoeur es, probablemente, el caso más claro. Y hay un grupo importante de personalistas judíos agrupados en torno a la filosofía del diálogo con representantes tan significativos como Buber o Lévinas. No conozco a ninguno en el mundo musulmán. Respecto al atractivo y capacidad de propuesta del personalismo creo que no solo la mantiene sino que la está incrementando. Señalaré tres datos simplemente a modo de ejemplo: la explosión de publicaciones de y sobre el personalismo en España, que alcanza a más de 100 títulos en los últimos 5 o 6 años; el proceso de consolidación de la bioética personalista, con una federación internacional de asociaciones de este tipo y la acogida que están teniendo las actividades que realizamos desde la AEP; por ejemplo el reciente congreso sobre la “Filosofía personalista de Karol Wojyla”, realizado en la Universidad Complutense de Madrid, ha tenido unas 40 comunicaciones, más de 200 participantes y buena cobertura en los medios de comunicación.

 

P.: Al personalismo, desde determinados medios académicos, se le imputa cierta falta de precisión conceptual y el permanecer –de alguna manera- esclerotizado. ¿Le parecen justas esas  acusaciones?

 

R.: Pienso que hay una parte de verdad en la primera “acusación” que, a mi modo de ver, tiene su raíz en la juventud del personalismo no en su potencial intelectual, que es inmenso. En cierto sentido, se puede decir que esta corriente filosófica acaba de nacer pues tiene apenas 50 años. Hasta ahora ha aportado numerosísimas ideas, pero no siempre se ha trabajado adecuadamente en la fundamentación, en la sistematización, y en la aplicación a terrenos cercanos a la antropología como la educación, bioética, empresa, etc. Tanto la juventud de esta filosofía como la amplitud de las ideas aportadas hace que algunos conceptos o estructuras, si bien son muy sugerentes, necesiten elaboración. El objetivo que nos proponemos en la AEP es justamente trabajar en esa dirección y de ahí nuestra orientación básicamente científica. Hay que señalar, de todos modos, que esta crítica se suele basar también en una identificación incorrecta entre personalismo y pensamiento de Mounier. Mounier murió joven y no le dio tiempo a sistematizar su filosofía. En otros autores, más recientes, como Karol Wojtyla, ya hay un personalismo mucho más elaborado. Respecto al segundo punto, que el personalismo esté esclerotizado, es la primera vez que lo oigo.

 

P.: En la reciente Historia de España, encontramos a personalistas en grupos demócrata cristianos, entre los socialistas, incluso en los comunistas. Algunos personalistas protagonizaron, también, un cuestionado diálogo cristianismo–marxismo que llevó a que terminaran recalando en partidos marxistas, abandonando su catolicismo original. El personalismo cristiano, hoy día, ¿ha quedado relegado en el protagonismo social y político de las ideas?

 

R.: Bueno, ser personalista no es garantía absoluta de nada; se trata de una filosofía, no de doctrina eclesiástica, pero si comparamos los problemas que puede haber planteado el personalismo como filosofía al cristianismo con cualquier otra corriente filosófica contemporánea creo que queda todo dicho. Esto, sin contar con la contribución positiva que ha realizado, que es la fundamental y que ha sido inmensa. Respecto a la influencia del personalismo, me parece que estamos en un momento de transición. El personalismo influyó bastante en Europa en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial (Constituciones europeas, Declaración Universal de los Derechos Humanos, etc.), después perdió muchas posiciones. Ahora, en algunos países, y de modo transversal en buena parte de los intelectuales católicos está ganando importancia. En España el personalismo nunca ha sido relevante porque en la época franquista fue o ignorado o criticado o ambas cosas. Maritain, por ejemplo, fue muy criticado en esa época, pero nunca publicado. El personalismo tuvo después un pequeño auge en la transición y luego volvió a desaparecer ante el empuje del marxismo y otras corrientes ideológicas. Personalmente pienso que ahora tiene su gran oportunidad pues puede aportar muchas ideas frescas y sugerentes para elaborar una antropología moderna y sistemática pero respetuosa de la dignidad humana y compatible con una visión trascendente y cristiana del mundo.

 

P.: No parece que la Filosofía disfrute de buena salud en España. ¿Comparte este juicio? ¿Qué propone para modificar su declive actual?

 

R.: El problema fundamental, a mi juicio, es la difusión del pensamiento débil entendido como el miedo por parte de los filósofos a proponer doctrinas fuertes y sistemáticas sobre los diversos aspectos de la realidad y, en particular, del hombre. Consecuencia de ese miedo es una huida hacia el comentario erudito, la exposición del pensamiento de otros, o el estudio academicista. Y el problema es que la filosofía así entendida tiene muy poco interés. ¿A qué joven le puede interesar la valoración que un autor hace sobre el estudio de otro autor en el que compara una opinión de Hegel sobre Kant? A muy poca gente. No es que ese estudio no pueda tener su valor, evidentemente. Pero la filosofía interesa primordialmente no porque comenta opiniones y opiniones sobre opiniones sino porque propone una visión, porque explica cómo es el mundo. Todo lo demás debe estar al servicio de ese objetivo. Y eso, hoy en día, se da muy poco en el mundo filosófico. Todo se reduce al comentario o a exposiciones que no comprometen. Justamente, por eso, pienso que el personalismo tiene una oportunidad. Al proponer una visión fuerte del hombre en un mundo desestructurado resulta atractivo porque ofrece lo que la gente busca: un instrumento para comprender la realidad y para comprender no sólo qué somos sino quienes somos.

 

P.: Algunos pensadores juzgan a la juventud española actual como la más conformista de la Historia colectiva. Se constata, por otra parte, la existencia de un “poder” planetario que determina lo “políticamente correcto” por medio de un modelo vital relativista-consumista que conduce a un individualismo extremo que debilita al hombre. ¿Pueden, maestros y filósofos, colaborar en la tarea de tratar de romper esta dinámica?; ¿puede, la Iglesia católica, ser una alternativa a esta mentalidad o debe replegarse a su medio más íntimo?

 

R.: Creo que ese juicio no va muy descaminado y que, en consecuencia, la tarea y responsabilidad de maestros y filósofos es la de esforzarse al máximo para tratar de romper esa dinámica nefasta, especialmente a medio y largo plazo. No soy experto en educación y, por lo tanto, no puedo proponer medios concretos pero pienso que habría que proponer a los jóvenes una buena mezcla de propuestas atractivas en el marco de una disciplina exigente. Si no se exige, la gente se hace floja e indolente y, al cabo, egoísta y no comprometida, en parte por ignorancia, en parte por incapacidad. Pero esa exigencia no puede requerirse porque sí –de un modo voluntarista o tiránico- sino en el marco de proyectos atractivos que le den sentido. Este planteamiento exige mucho esfuerzo por parte de los educadores pero creo que es la única vía válida hoy en día. Y me parece también aplicable a la Iglesia, pues al fin y al cabo, los jóvenes cristianos viven en el mismo mundo que los no cristianos y, por lo tanto, están sujetos a los mismos problemas. Sí cabe –es más, creo que es necesario- que la Iglesia elabore discursos diferenciados para quienes son cristianos y para quienes no lo son, pero sin plegarse nunca a posiciones intimistas o endogámicas que son contrarias a su misión universal y que generan mecanismos destructores y empequeñecedores.

 

P.: ¿Considera, Juan Manuel Burgos, que todavía están vivas las raíces cristianas de Europa? El neojacobinismo y el anticatolicismo militante de algunos sectores sociales españoles y europeos, ¿qué opinión le merecen?

 

R.: Las raíces cristianas de Europa están todavía muy vivas pues no en vano tienen 2000 años y se puede apreciar, por ejemplo, en todos los problemas que están planteando cada vez con mayor intensidad los musulmanes. No consiguen adaptarse a los valores europeos en parte, justamente, porque proceden de valores cristianos secularizados en el buen sentido de la expresión, por ejemplo, la separación entre religión y política. Por eso, el anticatolicismo presente en parte de la sociedad europea y española me parece ofensivo, ignorante y estúpido. Ofensivo porque no respeta las opiniones de los demás; ignorante porque no es consciente de las raíces de las que se nutren los valores de la sociedad occidental en la que viven y estúpido porque no se dan cuenta (o si se la dan no les importa) de que en la medida en que debilitan al catolicismo fomentan en Europa una sociedad caótica y amoral sin puntos de referencia.

 

P.: ¿Qué opina acerca de la reciente “guerra de las viñetas”?

 

R.: La “guerra de las viñetas”, de hecho, ha sido una manipulación política coordinado con mucha premeditación por líderes islámicos. Que, cinco o seis meses después de publicar unas caricaturas sobre Mahoma en una revista desconocida de Dinamarca, se esté manifestando gente en sitios tan diversos como Pakistán, Indonesia o Nigeria no puede ser mera casualidad. Pero yendo al contenido me parece básicamente indignante por parte del Islam. Puede que haya habido una falta de respeto por parte de esa revista (no he visto las viñetas) y Europa, sin duda, debe mejorar en el respeto de las convicciones religiosas (comenzando por el cristianismo). Pero las dos varas de medir tan diferentes (para sí y para los demás) que usan el Islam cada vez resultan más inaceptables. No es posible publicar viñetas sobre Mahoma pero sí se puede asesinar a sacerdotes o cristianos y quemar Iglesias en Turquía o Nigeria o impedir toda mínima manifestación religiosa no islámica en Arabia Saudí. Creo que el Islam actual no sólo no entiende la tolerancia sino que le importa muy poco y, por eso, en la “guerra de las viñetas” yo veo sobre todo un ejercicio de fuerza por su parte y un plegamiento de algunos ante esa fuerza que, sin embargo, no valen para los cristianos porque nosotros no ponemos bombas y, por lo tanto, no damos miedo.

 

P.: ¿Qué nos podría decir del personalismo de Karol Wojtyla?

 

R.: El personalismo de Wojtyla es una brillante construcción intelectual surgida de una doble intuición, que la filosofía de Tomás de Aquino tiene hoy todavía mucho que decir pero no todo y que el pensamiento moderno ha dicho también muchas cosas interesantes. Es así, básicamente una síntesis entre fenomenología y tomismo construida en torno a un concepto de persona renovado y refundado que insiste en su carácter irreductible y originario: cada persona es un ser único. Esta brillante antropología –muy definida conceptualmente como se puede comprobar mediante la lectura de Persona y acción- es una base solidísima para desarrollar una filosofía personalista y, en consecuencia, para crear cultura favorable a una visión trascendente del hombre.

 

P.: ¿Qué proyectos contempla para el futuro la Asociación Española de Personalismo?

 

R.: La buena acogida que están teniendo nuestras iniciativas nos estimula a lanzar nuevos proyectos, si bien tenemos que medir nuestras fuerzas pues somos una asociación muy joven (apenas 2 años). Los proyectos más inmediatos que prevemos son: organizar cursos sobre personalismo; crear un foro personalista bianual y seguir con los Congresos Internacionales sobre autores personalistas relevantes.

 

P.: Terminaremos, si nos lo permite, con una pregunta de carácter personal con la que cerramos estas entrevistas. ¿Dónde se apoya, Juan Manuel Burgos, para mantenerse fiel a sus convicciones en un mundo progresivamente hostil a toda expresión social que afirme positivamente la posibilidad real de una vivencia trascendente y realmente humana?

 

R.: Me apoyo en mi fe cristiana y en mi propia experiencia interior. Ambas me dicen que, dentro de los fallos propios a todo hombre, el camino que sigo es correcto y puede servir de ayuda a muchas otras personas. Por lo que respecta al personalismo, hay, además, otro aspecto puramente filosófico. Me gusta la filosofía y el personalismo me parece su mejor expresión en la actualidad. Por eso me dedico a esta corriente filosófica.

 

- Muchas gracias.

 

 

 

 

Direcciones electrónicas de interés:
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Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 102, febrero de 2006