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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

Conferencias y seminarios

Cómo ser de derechas y no morir en el intento.

Cómo ser de derechas y no morir en el intento.

Fragmentación; voluntarismo; falta de constancia; individualismo; predominio de la crítica destructiva sobre la propuesta; la acción antes que la reflexión; pasotismo y resignación por encima de la militancia; constatación de que ningún partido político, entre los parlamentarios, asume netamente nuestros valores consustanciales... Hablamos de nuestra derecha. Una mirada personal al tema.

 

Otra actividad de Fundación Leyre.

 

El pasado 13 de junio de 2006 se celebró, en los locales de la Fundación Leyre de Pamplona (http://www.fundacionleyre.com), una nueva sesión de los “Talleres de realidad”. Presentada por D. José Basaburua (Licenciado en Derecho y coautor del libro “La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas”), se analizaron diversas expresiones y perspectivas de la llamada “derecha” social y política bajo el título, algo provocador y desenfadado de “Cómo ser de derechas y no morir en el intento”.

 

A continuación reproducimos las líneas generales de su intervención.

 

Intervención.

 

El título está tomado -con la amable autorización de su administrador- de una web homónima (http://prevostmazp.blogspot.com/) que se presenta de la siguiente manera:

 

“Sal ya del armario, di que eres de derechas”. Ése ha sido hasta ahora, y será, el lema de esta bitácora. Hayas salido o no del dichoso armario, bienvenido a este blog. Es diario, personal de IV ciudadanos de derechas, liberales, y más que nada, enemigos de los liberticidas. Hay noticias, fotos, pero sobre todo humor, fundamental para sobrellevar el día a día”. 

 

De derechas, ¿todavía?

 

De la lectura del párrafo anterior, verdadero programa y termómetro mental de todo un sector social español, se deduce una primera conclusión: para tal ámbito humano, que precisa fuertes “agarraderos” vitales y un ejercicio explícito de voluntad al objeto de mantener la propia identidad, la realidad es, por definición, hostil. Y ello es así pues partimos de una constatación: nuestra sociedad no es de derechas.

 

Lo “políticamente correcto” se ha impuesto en TODOS los ámbitos de la vida, con diversas proyecciones en las dimensiones de la afectividad, la religiosidad, la ética civil, el disfrute del ocio, la participación política, la historiografía, la concepción de la Ciencia… En definitiva, una auténtica y completa cosmovisión construida desde una calculada e impuesta artificialmente “escala de antivalores”.

 

La derecha marcha por las sendas actuales, por tanto, contra corriente. Y se siente en inferioridad de condiciones, acomplejada y a la defensiva. En resumen: somos una minoría marginada, criticada y vigilada.

 

Volvamos a la web con la que iniciábamos estas sencillas reflexiones. En ella se proporcionan las direcciones electrónicas de decenas de blogs y enlaces de interés; la mayoría de ellos bitácoras gestionadas por uno o unos pocos entusiastas y muchas de ellas agrupadas en algunas “redes” internautas, denominadas: “movimiento anti ZP”, “red liberal”, “red popular”, “red catalana”, “blogs pro Rajoy”…

 

Al igual que la mencionada, algunas tienen títulos memorables: Monclovitas; Los brother del Zapatazo; Liberalismo a tutiplén; Es la Libertad de Expresión, idiotas; No hay ZP que 100 años dure; Soy de Derechas ¿Algún problema?; El desgobierno de ZP; Amor, Patria y Libertad; Alianza de Mamones; Opiniones de un extraño; Anti ZetaPé; Políticamente incorrecto; Crónicas del Gulag; El país de las mentiras; Nunca caminaremos solos; ZaPatiesta; Pelayo rey el conquistador; País de zánganos; Latigazos Liberales; Archipiélago liberal; Despertaferro; Crónicas de un bobo solemne; Bitácora de Zeporro; Una máquina de Coca-Cola en el Reichstag; Liberales Irredentos… Sin duda, la nuestra, la de la derecha, es tal y como se titula otra de ellas, una “Dura historia”... pero con sentido del humor. Que no es poco.

 

Primer aspecto positivo a resaltar: existe vida en la derecha, por tanto. Al menos en internet. La “red de redes” es un medio en el que los de derechas nos movemos como pez en agua. Somos, casi, los amos. En sentido metafórico, evidentemente. Pero esta amplia y plural realidad contrasta con otros ámbitos de la presencia social de la derecha anónima y superdiscreta, ¿por qué? Por reunir este medio, pensamos, unas características que permiten el despliegue de algunas de las notas definitorias -para bien y para mal- de nuestra derecha política y social: anonimato, empleo de pocos medios, notables posibilidades de difusión, caracterizarse como un instrumento de contacto pese a la dispersión geográfica, su inmediatez, el ejercicio de una libertad de expresión sin restricciones… Resumamos: un medio que permite el desarrollo de una extraordinaria combinación de activismo, entusiasmo y… semiclandestinidad.

 

Pero, ¿cómo podemos caracterizar, ya, a la misma derecha? Con buena parte de las siguientes notas: fragmentación; voluntarismo; falta de constancia; individualismo; predominio de la crítica destructiva sobre la propuesta; preferencia de la acción sobre la reflexión; importantes vetas de pasotismo y resignación por encima de las de una militancia responsable; constatación de que ningún partido político, entre los parlamentarios, asume netamente los valores consustanciales de la derecha…

 

Apuntes para una definición del ser y estar de la derecha social y política.

 

1.- Ante las dificultades existentes para la definición de lo que significa –hoy- la “derecha”, hay que partir de su realidad marcada por una nota evidente: su pluralismo, sin que consideremos pertinente entrar en discusiones puristas y legitimadoras de la “marca”. Son muy diversas las sensibilidades que la integran: la tradicionalista, la populista, la nacional, la conservadora, la democristiana, la liberal. No existe, pues, una única derecha; y sí una derecha plural, diversas maneras de vivir y entender la derecha. Diversas familias doctrinales, por tanto.

 

2.- ¿Dónde situar los límites naturales, mentales y doctrinarios de lo admisible en ese amplio espectro? Podemos establecer los siguientes: el totalitarismo, por un extremo, la socialdemocracia y el liberalismo progresista (en cuyo seno anidan peligrosas semillas de los otros totalitarismos), por el opuesto.

 

3.- Una precisión: no es lo mismo “derecha sociológica” que “derecha política”; de hecho no coinciden exactamente. La primera se puede, incluso, cuantificar, pues integra la mayor parte de la vida asociativa de la Iglesia, de los movimientos en defensa de la vida, la familia, la libertad de enseñanza… Se la puede reconocer en numerosas obras sociales (colegios, cooperativas, centros deportivos, iniciativas empresariales y cooperativismo…). Pero esa heterogénea realidad social ¿se corresponde por completo con algún partido político concreto? Evidentemente, no. Una expresión palpitante de esa falta de correspondencia es la polémica existente hoy día –de manera más o menos soterrada- acerca de la necesidad o no de un partido netamente conservador diferenciado del Partido Popular.

 

4.- “Ésta es la derecha”, se ha afirmado durante siglos; lo que venía a significar que una acción humana es ajustada a la realidad, algo adecuado, que corresponde a la naturaleza de las cosas. Y, ya situemos los orígenes históricos de la derecha en la bancada monárquica de la Cámara francesa o en la Reforma católica, existe un núcleo común a todas las derechas: una política y vivencia de VALORES (familia, valoración de la libertad personal, social y económica) apoyada en una concepción SACRA de la vida y el mundo; el pleno desarrollo del principio “más sociedad, menos Estado”; una valoración positiva de la propia tradición; cierto pesimismo antropológico/realismo; una concepción contrarrevolucionaria; la defensa y promoción de la unidad nacional.

 

5.- Para ser de derechas, ¿hay que ser católico? O, dándole la vuelta a la pregunta, ¿ser católico equivale a ser de derechas? En ambos casos no. Existen derechistas agnósticos, paganos, católicos por concepción filosófica o estética, protestantes; y encontramos católicos en el PSOE, IU, los nacionalismos… Pero estamos en España. Y España es inconcebible sin la tradición católica que la hizo; de modo que, también mirando al futuro, tal tradición debe ser contemplada y asumida de manera creativa, consciente y positiva.

 

6.- Vienen desarrollándose, en los últimos años en España pero también en otros entornos nacionales, nuevas formulaciones políticas, tanto doctrinal como organizativas (“movimientos transversales”, “política de los valores”), en las que, pese a no reclamarse derechistas, podemos sentirnos muy cómodos en ellas. Una realidad que no puede olvidarse y que, al contrario, debemos conocer con el objetivo de buscar una confluencia sectorial o política expresas.

 

7.- La cosmovisión derechista implican un ser y un estilo. Ser: que concretamos en una ética personal y social. Estilo: una presencia coherente en el mundo que puede estar acompañada de una estética. ¿Cómo unificar ambas dimensiones? Por medio de las virtudes de la honradez y patriotismo; dos virtudes “pasadas de moda” y que nos exponen a que nos den “tortas” por todos los lados y se nos asegure, por activa y por pasiva, que “estamos en la luna”. Pues no. Estamos en la tierra y con los pies en el suelo. Y muy en el suelo. Es más. Si algo es la derecha es REALISTA; no en el significado de “monárquico” (soy de derechas y republicano, ¿pasa algo?), sino en el de presentar un buen ajuste a la realidad y la naturaleza de la persona, la sociedad y el mundo. La derecha no es utópica. Bastantes utopías han masacrado a la humanidad, especialmente a lo largo del siglo XX, con el concurso y entusiasmo de las izquierdas.

 

8.- Si estamos en un escenario que no es exactamente el nuestro, si debemos actuar a la defensiva, ¿existen recetas mágicas que nos permitan transitar con facilidad por el mismo? No. Además, ese tránsito, no olvidemos la valoración positiva de lo difícil y lo heroico por la derecha, no debe eludirse. Pero existen algunas fórmulas que ayudan; verdaderas propuestas para una resistencia efectiva y humana: apoyarse en una compañía (asociación activa); cuidar la formación (especialmente, la lectura); práctica de un ocio creativo y militante; el recurso a Internet (que jamás debe degenerar en un fin en sí mismo); una militancia política; un empleo consciente y permanente del lenguaje como gimnasia mental y frente de batalla; una vivencia religiosa/ética que sustente toda la vida, incluida la militancia política.

 

9.- Una serie de interrogantes atraviesan nuestros ambientes: el Partido Popular, ¿defiende la identidad católica y al segmento de electorado derechista?; ¿es un partido con incidencia social o una mera oficina electoral?; ¿existe alternativa al “voto útil”?;  ¿es el Partido Popular/Unión del Pueblo Navarro la “casa común” de la “derecha plural”? O, dándole la vuelta, el movimiento social derechista, ¿sabe hacerse valer ante el PP y los poderes públicos? A este conjunto de preguntas se han dado, básicamente, tres respuestas. Veámoslas brevemente.

1. No existe otra alternativa realista: pese a sus evidentes defectos, el PP es la casa común en la que los católicos sociales pueden sentirse más o menos representados. Además, sus políticas permiten el desarrollo de espacios de libertad que, desde otras opciones políticas, se niegan a la mismísima sociedad de la que formamos parte de una manera particularmente activa.

2.- No. Entrar en el Partido Popular es la manera de neutralizar los impulsos militantes y las sinergias de la derecha. En consecuencia, habría que trabajar fuera de PP/UPN, en el seno de unos crecientes movimientos sociales, y esperar mejores tiempos para la acción política expresa.

3.- No, pero en lugar de esperar hay que tomar la iniciativa y organizar, ya, un partido político claramente de derechas que agrupe a todas las sensibilidades derechistas que ya no se reconocen en PP/UPN.

Por nuestra parte, consideramos que, en las actuales circunstancias históricas y ante las tentaciones de disolución de nuestra identidad o de la formación de un partido netamente derechista, el Partido Popular/Unión del Pueblo Navarro son “casa común” de la “derecha plural”. Conscientes de muchas de sus carencias, tal concepción exige trabajar en varias direcciones: que la identidad católica social y el segmento de electorado derechista encuentren mayor acomodo y aceptación de sus propuestas (ganar presencia y representatividad real en PP/UPN); y transformar progresivamente este partido, desde dentro y desde los movimientos sociales autónomos, en estructuras operativas que faciliten e impulsen las presencias sociales vivas. Casi nada.

 

10.- Una propuesta de futuro, en unas líneas, desde la perspectiva anterior, para la derecha social española: trabajar hacia el fortalecimiento de un movimiento social estructurado que actúe sectorialmente y en diálogo con los partidos políticos y los poderes públicos –por sí o por medio de las plataformas transversales- haciendo valer su potencial electoral. Y son olvidar una tarea decisiva: generar una nueva clase política que se alimente de la vida social, la conozca, y la apoye. Y que le rinda cuentas. Demócratas, más que nadie: ni burocracias, ni caudillismos incondicionales.

 

11.- Una pregunta a la que cada uno debe responder: ¿qué es anterior y más importante, la política o la religión? Si respondemos que la política, en tal caso, la absolutizamos, convirtiéndola así en ideología (al igual que las sectas progresistas), con el consiguiente riesgo de dividir y limitar la realidad, al interpretarla. Una propuesta, por tanto, para creyentes, agnósticos y ateos: desacralizar la política; anteponer los valores de la persona, la razón y la libertad a las tentaciones de la política descarnada y de la ideología. En definitiva: concebir a la política como un medio; nunca un fin en sí mismo. Pero sin olvidar que la política puede determinar a la CULTURA social; de modo que no puede reducirse a una mera gestión macroeconómica y poco más. Una política al servicio de la sociedad y sus valores creativos y positivos.

 

Cuestiones pendientes.

 

Existen diversas cuestiones doctrinales, históricas y culturales que, a lo largo de la historia, han ejercido una atracción muy relevante en el devenir y los conflictos de las derechas española.

Únicamente las mencionaré, lo que en absoluto indica que deban ignorarse o darse por sentadas: confesionalidad del Estado; derecha versus revolución; democracia y revolución; derecha y liberalismo; ¿liberalismo político ≠ liberalismo moral?; posibilidad de una derecha revolucionaria; ¿ha existido una izquierda patriótica?; el patriotismo ¿patrimonio de la derecha?

 

Anexo. Propuestas de trabajo en equipo.

 

Dos propuestas de ejercicios en grupo para el debate, la reflexión y la participación. Objetivo: una tormenta de ideas que faciliten la toma de una conciencia crítica y creativa en el actual contexto histórico.

 

1.- Ejercicio de agudeza visual, que diría Forges: ¿Cómo identificar a un derechista acomplejado o desorientado (sin que nadie se ofenda, por favor)?

Cuando emplea alguna de estas expresiones:

+ “El discurso izquierdas/derechas está superado”.

+ “Defiendo una política de valores: y los valores están en todas partes. Hay de todo en todas partes”.

+ “Soy liberal, moderado… ¿de derechas, yo?, ¡que va!”

+ Y una expresión que apenas se utiliza: “soy apolítico”.

 

¿Son razonables tales afirmaciones? Temas de fondo a discutir y sopesar, entre otros: valor de los conceptos y los términos, la batalla cultural actual, valores y política, valores y antivalores, lo común de la ética cívica actual y la derecha, ¿es mala la política?, la crisis de las ideologías, diferencias entre ideologías y doctrinas.

 

2.- Psicodrama.

En tu lugar de trabajo, el “sociata” más plasta te aborda, amablemente y con la delicadeza que caracteriza a quien se cree en la “cresta de la ola” y te suelta, delante de afines y acomplejados: “¡explícame por qué los de Jiménez Losantos estáis en contra de la libertad y de que los homosexuales se casen y adopten niños! ¿Es que no tienen derechos como tú?”

 

Algunas posibles respuestas. Véanse los aspectos favorables y desfavorables de cada una de ellas. Una posible técnica: dividirse en dos grupos que defiendan, consecutivamente, una valoración positiva y negativa de cada respuesta.

a) “No confundas libertad con libertinaje. El ejercicio de la libertad requiere unos límites que, especialmente en el caso de los más débiles, deben ser protegidos. Nos referimos, particularmente, a los niños. A situaciones distintas debe responderse con regulaciones y respuestas jurídicas y sociales diferentes. Etc., etc.”

b) “¿Realmente sabes lo que opino? No me juzgues y déjame en paz. Y no me digas qué dice el Boletín Oficial del Estado (por El País)”.

c) “Aquí el único intolerante eres tú. En la Edad Media sería el primero en ocupar las filas de mirones entusiasmados de las piras incendiarias de herejes. ¿Has captado, tío?”

d) “En realidad deberías exigir el derecho a casarte con tu perro. Y redactar ya un buen testamento para que el pobre no quede desatendido a tu temprana muerte…”

e) Con una sonrisa, faltaría más: “Vete a la m…”

f) “Nos vamos a comer, hablamos de la vida de verdad, del trabajo, de los problemas de tus hijos y, a lo mejor, entramos en ese tema”.

Tomar conciencia de lo que somos, de lo que podemos ser, de nuestra capacidad de transformación. Y seguir trabajando. O empezar, según los casos. O hacerlo MUCHO mejor.

Revista digital Arbil, número 106, agosto de 2006

Conferencia en Zaragoza: “Orígenes del yihadismo marroquí y su proyección en Europa”.

El viernes, 10 de marzo de 2006, a las 20’00 horas, charla-debate en Zaragoza con la participación de Frrnando José Vaquero Oroquieta, escritor y Licenciado en Derecho.

 

Presentación a cargo de D. Patricio Borobio. Consejero Nacional de la Asociación Católica de Propagandistas.

 

Organizan: Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y Foro Arbil.

 

-       Lugar: Sala de Conferencias de Acción Social Católica (C/. D. Jaime, 33, pral.1º, 50001 – Zaragoza).

 

1.- Introducción.

 

Partiremos de desmitificar al supuesto “islam tolerante y abierto” que caracterizaría a Marruecos; tópico alimentado por la atracción que experimentan muchos occidentales por las cofradías sufíes, tan admiradas por la decadente New Age occidental, muy presentes allí, y por el papel conciliador jugado por el monarca, Comendador de los Creyentes.

 

El sufismo, de tanta influencia en el islam popular marroquí, no es una tendencia política. Espiritualista y tradicional, propone al musulmán una experiencia personal religiosa; llegándose, incluso, a un discutido misticismo sufí. Sus posturas políticas, cuando las tienen, son generalmente conservadoras, pero sin propugnar alternativas concretas. En época colonial, muchos sufíes encabezaron la resistencia frente a las respectivas potencias europeas. Marruecos fue un claro ejemplo de ello.

 

                Hassan II jugó inteligentemente muchas y diversas bazas políticas a lo largo de su reinado. Así, por ejemplo, en el plano interno potenció la presencia de grupos islamistas en las universidades al objeto de frenar a los entonces pujantes grupos de la extrema izquierda marxista-leninista; hoy prácticamente desaparecidos por completo. Por otra parte, trató de dividir al islam marroquí importando, especialmente desde la irrupción del rebelde Abdessalam Yassine, docentes extranjeros de religión islámica. De esta manera, el islam nacional sería contrarrestado por otras escuelas islámicas, lo que, en última instancia, reforzaría la carga de legitimidad religiosa del monarca.

 

Apenas hay cristianos en Marruecos, las conversiones al cristianismo se realizan en Francia. Y la legislación marroquí sigue penado duras penas para la apostasía.

 

Durante décadas se había considerado a nuestro vecino del sur, Marruecos, como un territorio inmune al yihadismo terrorista que eclosionaba en otros espacios geográficos musulmanes y, también, fuera del mismo.

 

Los atentados de Casablanca del 16 de mayo de 2003 (14 terroristas suicidas provocan la muerte de 45 personas y heridas en más de 60 en diversos atentados) y del 11-M de 2004, en España, nos han despertado abruptamente del sueño: la mayoría de sus autores eran marroquíes de procedencia social y de formación profesional e intelectual muy dispares.

 

2.- La reislamización marroquí.

 

En el proceso de islamización creciente de la sociedad marroquí deben destacarse las siguientes circunstancias.

 

2.1.               El antecedente más relevante del actual islamismo político lo encontramos en la formación fundada en 1969, entre otros, por Abdelkrim Mouti: Chabiba Islamiya (Juventud Islámica), cuya principal finalidad era la de contrarrestar a la extrema izquierda. Se fragmentó posteriormente en varios grupos, alguno de los cuales practicó el terrorismo. Los más moderados confluyeron en 1997, con otras formaciones, en el emergente Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), fundado inicialmente por un antiguo hombre del régimen, Adbelkrim El Khatib.
 
2.2.               El movimiento islamista Al Adl Wal Ihssane (Justicia y Espiritualidad) fue fundado en 1987 por Abdessalam Yassine, habiendo permanecido encarcelado o en arresto domiciliario durante casi tres décadas; si bien inició sus actividades públicas ya en 1973. Su hija, Nadia Yassine, es el rostro amable del movimiento, prodigando entrevistas a medios de comunicación de todo el mundo, en las que expone sin tapujos sus pretensiones: islamización de la sociedad, modernización y justicia social, eliminación del papel religioso del monarca, etc. Aunque ilegal, disfruta de bastante tolerancia, controlando según expertos, varios cientos de asociaciones sociales de todo tipo. No se trata de un movimiento propiamente político, empeñándose ante todo en labores sociales de islamización de la sociedad mediante su presencia en mezquitas, dispensarios, obras caritativas, asociaciones universitarias, etc. Afirman rechazar cualquier tipo de terrorismo, asegurando que los yihadistas no son buenos musulmanes. En cualquier caso, la reislamización de la sociedad marroquí sería incomprensible sin el activo papel de este movimiento polifacético y eminentemente popular.

 

2.3.               Otro movimiento que también jugó, por aquellos años, un papel relevante en la islamización marroquí fue Jamaat Addawa Wa Attablich (Sociedad para la Propagación y la Predicación del Islam), fundada por el paquistaní Mohamed Ilias, de línea igualmente islamista.

 

2.4.               En 1982, de la mano de Azzedine El Araqui, ministro del gobernante Istiqlal, se eliminó buena parte de la enseñanza de Filosofía, introduciendo numerosos Departamentos de Estudios Islámicos. Para ello se contrataron docentes procedentes fundamentalmente de Arabia Saudita (formados en el wahabismo) y de Egipto (en línea con los Hermanos Musulmanes). Todo ello produjo, años después, efectos imprevistos. No fue posible frenar la reislamización liderada por Yassine. Además, los islamistas, desplazaron a los marxistas, ocupando las universidades, la sanidad e incluso la abogacía.

 

2.5.               La guerra de Afganistán supuso la oportunidad para que varios cientos de marroquíes participaran en la yihad. Otros también, lo harían, en Bosnia y Chechenia. No menos de 400 de tales excombatientes se encuentran en libertad y en paradero desconocido. Unos 30 estarían encarcelados en Guantánamo. Esa es la conexión que explica la existencia de células yihadistas marroquíes vinculadas a Al Qaeda.

 

3.- Fuentes teológicas del yihadismo marroquí.

 

El yihadismo marroquí se nutre, pues, de tres fuentes doctrinales, como su expresión más radical:

 

1)                   El islam autóctono que encarna el citado Abdessalam Yassine. Rechaza el terrorismo pero lidera una reislamización apoyada en su extraordinaria labor social, subsidiaria de las enormes carencias estatales en servicios.

 

2)                   El movimiento de los Hermanos Musulmanes, fundado por el egipcio Hassan Al Banna (1906–1949), es una organización muy estructurada y activista, que arraigó inicialmente en Egipto; pero también en Siria, Palestina y otros países musulmanes. A su entender, la Umma (Comunidad de los Creyentes) es una sola nación que debe retornar a las enseñanzas originales del islam si quiere recuperar su grandeza. A su muerte le sucedió Sayed Qutb, ahorcado en 1966 por subversión. Consideran que el islam contiene un completo repertorio de soluciones a los grandes problemas de toda época. Aseguran que para la aplicación de su programa islamista es inevitable una revolución política. Los Hermanos Musulmanes fueron perseguidos, en Egipto, por Nasser y sus sucesores. En Siria también sufrieron una gran persecución de la mano del fallecido presidente Assad y su partido socialista panárabe Baas. Los Hermanos Musulmanes desautorizan, como regla general, el terrorismo, particularmente el perpetrado el 11-S y el 11-M. No obstante, pueden llegar a justificar, y de hecho se muestran muy comprensivos, con los actos terroristas perpetrados contra intereses israelíes; pues consideran que se trata de actos de legítima defensa en un contexto de injusta opresión generalizada.

 

De los Hermanos Musulmanes nació otra corriente más radical, si cabe. Nos referimos a Takfir wal Hijra (Excomunión y exilio). Se trata de una escuela que se fundó hacia 1975 de la mano del ingeniero egipcio Choukri Ahmed Mustapha, discípulo radical del mencionado Sayed Qutb. Este grupo propone abandonar la actual sociedad descreída y sustituirla por la sociedad de los salaf (antepasados, quienes, idealizados, encarnarían el auténtico y primigenio islam). Prohíben que sus miembros se integren en la función pública, el servicio militar o en la enseñanza pública. Tampoco participan en las mezquitas oficiales, por lo que acuden a las clandestinas en grupos de una docena como máximo de miembros dirigidas por un emir, al fin de salvaguardar su clandestinidad. Este grupo, nacido inicialmente en Egipto, se extendió por el norte de África y también entre las comunidades musulmanas de Europa, propiciando la creación de auténticas “islas musulmanas” que prefiguran, de alguna manera, la futura sociedad de los salaf. En cualquier caso, se trata de una interpretación más radical de la corriente de la que inicialmente surgió.

 

3)                   El wahabismo nace en la península arábiga en el seno de la escuela jurídica  hanbalí, la más rigurosa del sunismo, de la mano de Mohamed Ibn Abdul Wahhab (1703–1787). Coaligado con la familia Saud, se implanta ya en sus orígenes en el territorio que ocupado actualmente por Arabia Saudita. Sus creencias principales son: sólo Alá es digno de adoración; las visitas a tumbas de sabios y santos musulmanes son ajenas al verdadero islam (de lo que se deriva su profundo rechazo de las prácticas sufíes); la introducción de nombres de santos musulmanes en las oraciones equivaldría a incredulidad; cualquier creencia ajena al Corán, la Sunna, o a las deducciones de la razón, equivale a la incredulidad, lo que debe ser castigado con la muerte; cualquier interpretación esotérica también se asimila a la incredulidad.

 

El wahhabismo entronca en la gran corriente salafiya que promueve la renovación islámica; de la que surgen los diversos movimientos reformistas. De esta forma, reformismo, integrismo, radicalismo, fundamentalismo y yihadismo, sin ser conceptos análogos, en buena medida coinciden. Los reformistas afirman que únicamente la aplicación de la sharia (ley islámica que regula vida pública y privada de todo musulmán, política y sociedad) garantiza el orden moral de la comunidad de los creyentes. Así, todo gobierno sería contrario al espíritu musulmán, mayormente los de inspiración occidental. Por su parte, sí serían auténticos gobiernos islámicos los de los cuatro primeros califas, conocidos como “los que caminan por el camino recto”.

 

El wahabismo también ha generado sus propias expresiones radicales. No obstante, predomina un sector mayoritario, dentro del rigorismo que le caracteriza en cualquier caso, y vinculado a la Casa Real saudí, que rechaza al terrorismo yihadista, frente a otro sector muy radical, el yihadista. El rostro más conocido de este último es, sin duda, el de Osama Ben Laden, si bien existe todo un plantel de predicadores por todo el mundo que, desde análogos postulados, llegan incluso a desautorizar a las autoridades wahabitas oficiales.

 

Por lo que se refiere a Marruecos, Takieddine Al Hilali fundó una organización wahabita, ya en la década de los 70 del pasado siglo, denominada Dour Al Quran (Casa del Corán). También pervive otra organización wahabita marroquí fundada por Mohamed Maghraoui: la Asociación para la Predicación del Corán y la Sunna. De tales grupos nacieron, a su vez, otros más radicalizados, formando parte de los mismos tanto propagandistas y oradores muy populares en algunas mezquitas de las grandes ciudades de Marruecos, como grupos terroristas de la constelación yihadista.

 

4.- El islamismo en la política activa: el PJD.

 

Y no olvidemos el último factor relevante del islamismo marroquí: su irrupción, voluntariamente frenada, en la política institucional de la mano del Partido por la Justicia y el Desarrollo (PJD), cuyo modelo es el homónimo turco del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, y que, para muchos observadores, ya sería, incluso, la primera fuerza política. Este partido afirma aceptar el juego democrático y rechaza ser calificado como islamista, aunque sí reconoce basarse en presupuestos musulmanes. No es una entidad homogénea. Fundado por un antiguo ministro de Hassan II, coexiste en su seno también una corriente mayoritaria más radical, propiamente islamista, el Movimiento de la Unificación y la Reforma (MUR). No obstante, defiende una democracia islámica, moderna, sin cuestionar la figura del monarca; lo que le diferencia de las posiciones de Abdessalam Yassine. Incluso algunos observadores lo califican más como un partido conservador y nacionalista que propiamente islamista radical.
               
                El PJD mantiene su propia organización sindical, la Unión Nacional Marroquí del Trabajo (UNMT), especialmente potente en enseñanza, sanidad y administración pública.

 

                Por su parte, la histórica Unión Nacional de Estudiantes de Marruecos (UNEM) ya está controlada por militantes islamistas. Incluso los colectivos de abogados más influyentes y activos de Marruecos comparten los mismos presupuestos doctrinales.

 

5.- El Grupo Islámico Combatiente Marroquí.

 

                En la historia del terrorismo marroquí, destacaremos tres entidades.

 

1)       Chabiba Islamiya (Juventud Islámica), cuya principal finalidad era la de contrarrestar a la extrema izquierda. Se fragmentó posteriormente en varios grupos, alguno de los cuales practicó el terrorismo.

 

2)      El grupo Asserate Al-Moustakine (El Camino Recto), que perpetró hacia el año 2002 dos decenas de asesinatos sectarios en Marruecos, hasta su desarticulación policial, habría estado formado, según diversos autores y fuentes periodísticas, por militantes takfiros.

 

3)       Tal vez, el grupo terrorista marroquí más conocido sea el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), supuestamente implicado en los atentados de Casablanca y Madrid. No está del todo aclarada su génesis. Para unos es fruto de la experiencia yihadista afgana. Para otros es un producto de la escuela tafkir. Incluso se ha afirmado que es un grupo muy infiltrado por determinados servicios de información estatales. En cualquier caso, ha sido su manifestación más mortífera y partícipe de las tramas diseñadas por Osama Ben Laden. Un dato importante: Richard Labévière, redactor jefe de Radio France International, ha afirmado que la mayoría de implicados en los atentados del 11-M en España participaban del credo tafkir. El GICM se trata de uno de los fenómenos terroristas más sorprendentes, pues fue desarticulado completamente en Marruecos a raíz de los atentados que perpetró en Casablanca el 16 de mayo de 2003 (14 terroristas suicidas provocan la muerte de 45 personas y heridas en más de 60 en diversos atentados) y que eran su primera acción; lo que además contribuyó a frenar el crecimiento del PJD, pues limitó su presencia electoral a un tercio de circunscripciones electorales al objeto de no alarmar a los “poderes fácticos”. Todo ello alimentó cierta leyenda en torno a la posible infiltración con carácter provocador de algún servicio secreto estatal. En cualquier caso, al parecer, sobrevivió su estructura en Europa, que serviría, solapándose de diversas redes puramente delictivas (tráfico de drogas, dinero, personas), de base para los atentados del 11-M en Madrid, captación de combatientes para la yihad en Irak (más de 80 sólo en España), y diversas tareas de aprovisionamiento, financiación, etc. El 19 de diciembre de 2005, el periodista José María Irujo publicó en el diario El País un extenso reportaje en torno a la naturaleza y presencia en España del grupo Takfir wal Hijra, destacando especialmente la apertura de 6 de sus mezquitas (4 en Barcelona y 2 en Valencia); así como que la mayor parte de los autores de los atentados del 11-M compartían ese credo. Irujo afirmaba, igualmente, que informes de los servicios secretos franceses definen al grupo, nada menos, que como «el núcleo logístico de la mayoría de los grupos terroristas islamistas que actúan en Europa».
6.- Conclusiones.

 

En base a todas las informaciones disponibles sobre la realidad del islam español apuntan hacia su extraordinaria fragmentación interna y a la existencia de luchas intestinas por su control. Esa situación no facilita la inmunidad de este heterogéneo cuerpo social frente a las doctrinas más radicales del islamismo; a lo que se le suma la movilidad física de muchos inmigrantes, el carácter étnico de algunas de esas entidades y su notable hermetismo.

 

No puede hablarse de un único islamismo marroquí, del que nacen como expresiones especialmente radicales los grupos yihadistas: diversas escuelas; expresiones puramente religiosas junto a otras sociales e, incluso, explícitamente políticas. Se entremezclan, pero en ocasiones las discrepancias son extremas, hasta llegar a “excomuniones” y enfrentamientos.

 

La realidad marroquí del islamismo nacional, por tanto, es cambiante y en buena parte inédita para Occidente. Pero, en cualquier caso, presenta suficientes interrogantes y potenciales riesgos para la estabilidad política de su área geopolítica, a causa de su posible impacto en la orilla sur del Mediterráneo y en el flanco sur de Europa, por lo que conviene seguirla muy de cerca.

 

Conclusiones: “Valores de fondo presentes en los partidos políticos navarros”.

Navarra se encuentra plenamente inmersa en el proceso planetario de la globalización. Ello acarrea, fundamentalmente, un cambio de mentalidades, unos nuevos valores, una nueva conciencia. En definitiva: somos testigos de un verdadero cambio antropológico que nos afecta muy de cerca.

 

La Navarra que hemos heredado es fruto de unos valores muy definidos: así, la experiencia cristiana modeló un tipo humano arraigado en la familia, las tradiciones, la colaboración comunitaria, la identidad política, la articulación en la empresa española. Solidaridad, responsabilidad, libertad, subsidiariedad…, unos valores constructivos sin los que una sociedad no puede desarrollarse sanamente y que Navarra encarnó vivamente.

 

Estos valores, todavía operativos en muchos navarros, compiten o se modulan con otros valores, en muchas ocasiones antagónicos, acordes, en cualquier caso, con este proceso de la globalización cuyas raíces podemos encontrarlas en la Ilustración, el racionalismo, el naturalismo, los socialismos utópico y el marxista, el pensamiento libertario en sus múltiples proyecciones y elaboraciones… La utopía y la ideología, entendidas como la voluntad de construcción social desde un esquema preconcebido de la realidad y, por lo tanto, reñido con el realismo, son los mayores responsables del alto precio pagado por la humanidad durante el siglo XX en aras de modelos sociales que prescinden del hombre y de la tradición.

 

Ambas escalas de valores (una de carácter constructiva y realista, otra de carácter utópico y disolvente con sus expresiones del individualismo, la atomización y la irresponsabilidad sociales, etc.) se encuentran presentes también en el entorno humano del partido que agrupa al centro derecha navarro, UPN, producto de una transformación que ha afectado a Navarra particularmente desde la década de los 50 del pasado siglo.

 

Los valores que han hecho Navarra, y a los que nos referíamos al principio, con las adaptaciones lógicas a los nuevos tiempos, tienen una capacidad de construcción del sujeto humano y de la sociedad que no pueden obviarse ni despreciarse. Por ello, los poderes públicos deben tenerlos en cuenta en sus políticas concretas: amparándolos, impulsándolos y facilitando que las expresiones sociales, de ellas nacidas, contribuyan a la articulación del pueblo navarro dotándolo, de esta manera, de arraigo comunitario, identidad colectiva y soporte a las estructuras que mantienen la continuidad del ser navarro.

 

Pamplona, 6 de agosto de 2004

 

“Pensamiento políticamente correcto”, New Age y grupos de poder.

Existe un hilo conductor que une al “pensamiento políticamente correcto”, la llamada New Age, y restringidos grupos de presión y poder. Unas reflexiones enunciadas en Pamplona con ocasión de una nueva actividad de la Fundación Socio Cultural Leyre.

 

Una actividad de la Fundación Socio Cultural Leyre.
En el marco de las actividades trimestrales programadas por la Fundación Socio Cultural Leyre, tuvo lugar en Pamplona, el pasado viernes 25 de junio de 2004, una nueva sesión dirigida a jóvenes, de los llamados “Seminarios de realidad”.
                En esta ocasión, el redactor de “Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica” y presidente de la Junta Directiva de la Fundación, Fernando José Vaquero Oroquieta, reflexionó ante una nutrida asistencia juvenil en torno a la incidencia, en la mentalidad común y los llamados “valores comunes”, del denominado “pensamiento políticamente correcto”, la polimorfa New Age, y el rol jugado por exclusivos y pequeños grupos de poder íntimamente relacionados entre sí.
                El ponente partió de una aproximación conceptual del “pensamiento políticamente correcto”, un producto de las reflexiones y prácticas sociales destiladas en las factorías intelectuales de los herederos norteamericanos y europeos del “mayo del 68”. Expresión de una ética cívica minimalista y relativista, este movimiento pseudopolítico se viene imponiendo, incluso en los ámbitos más cotidianos e íntimos de la convivencia humana, con vocación de predominio mundial; siendo impulsado desde poderosísimos grupos mediáticos y diversas instancias internacionales. En este sentido, determinados centros de poder (el Bilderberg Group, la Comisión Trilateral, etc.) desarrollan un papel muy activo con especial incidencia en los ámbitos de decisión macroeconómica a nivel internacional; mientras que otras entidades lo jugarían en los medios nacionales (un supuesto particularmente llamativo es el de la orden Skull and Bones, elitista asociación secreta de graduados de Yale en la que encontramos a numerosos expresidentes y altos cargos de la Administración USA).

 

La implantación de la New Age.
                La New Age, un fenómeno pseudoespiritual que viene imponiéndose como “religión de supermercado” acorde al consumismo y otras tendencias sociológicas,  fue descrita por el ponente como un río en el que confluyen numerosos afluentes: teosofía, antroposofía, templarismo, rosacruces, masonería, nuevas religiones, simbolismo, esoterismo, hermetismo y ocultismo,filosofías orientales de referencia de la medicinas alternativas… Esta poderosa corriente, en buena medida nueva versión del gnosticismo de siempre, cuenta con variadísimas expresiones: obras musicales, prácticas de meditación, métodos de autoayuda, medicinas alternativas, dietas alimenticias… Y su incidencia se filtra capilarmente en todos los ámbitos de la vida social y cotidiana; lo que explica, por ejemplo, la creencia tan extendida en la reencarnación, la comunicación con los espíritus, el poder mágico de cristales y pirámides, el recurso a horóscopos y videntes, etc. Incluso determinados medios de la Iglesia católica se han dejado influir, en ocasiones inconscientemente, por algunas de tales expresiones. Por ejemplo, mencionó el ponente que el objetivo de la meditación oriental es –en última instancia- la anulación del yo, mientras que el de la oración cristiana es la comunicación con el único Dios personal, negado por la inmensa mayoría de tendencias de la New Age.
                Para ilustrar convenientemente las implicaciones filosóficas, vitales y políticas de esta escasamente definida corriente, mencionó algunos aspectos de la compleja obra, de pretensiones metafísicas, del francés René Guenon, quien ha influido, especialmente con sus estudios sobre simbolismo, en ámbitos tan dispares como la masonería regular, medios ecologistas, grupos radicales neofascistas…
                La “Hipótesis Gaia”, por la que el planeta Tierra constituiría un ser vivo del que también formaría parte una humanidad cuya nocividad le provoca reacciones defensivas (en forma de cambio climático, por ejemplo) según sus seguidores, es asimismo otra corriente radical de la New Age, directamente emparentada en esta ocasión con expresiones del moderno y contracultural ecologismo. En definitiva, el alcance y las conexiones -internas y externas- de estos movimientos son múltiples y transversales, lo que redunda en su sorprendente incidencia social y su rápida extensión.
                La dinámica voluntad proselitista de estos grupos es fácilmente identificable. Desde alguna actividad concreta (técnicas de relajación, modalidades “sanas” de alimentación, cursillos filosóficos o de desarrollo personal, terapias curativas alternativas, etc.), se ofertan otras disciplinas emparentadas con la misma, presuntamente benéficas; pudiendo aportar el valor añadido de una comunidad humana que vive en su entorno, en ocasiones en conexión con una escuela esotérica tradicional, un carismático gurú, un nuevo movimiento religioso, un grupo meramente utilitarista o libertario, e incluso entidades de carácter excéntrico y difícilmente clasificable… Así, la red pluriforme de la New Age intenta colmar, de modo parcial y desfigurado, las universales necesidades humanas de sentido, pertenencia comunitaria, afecto, sacralidad, etc.

 

El hilo conductor: relativismo, individualismo, sincretismo.

 

                El hilo conductor de esta compleja –y en ocasiones sutil- realidad lo constituiría una filosofía relativista, una concepción individualista de la vida, una religiosidad sincretista y naturalista de presupuestos panteístas o monistas; las cuáles, arrancando de la Ilustración y de su enfrentamiento con toda expresión de la Iglesia católica, enlazan con el moderno laicismo en cuya configuración han destacado concretas organizaciones “secretas” o, cuanto menos, “discretas”. Su fruto: un sujeto atomizado, sin raíces auténticas, frágil ante el poder, manejable por las modas…
                Como conclusión final, coincidieron los asistentes en la necesidad de conocer las raíces filosóficas del mundo globalizado actual. Para actuar individual y socialmente es imprescindible comprender una realidad, social, cultural y política, que ha llevado al hombre de hoy a la pérdida de protagonismo y sentido; lo que ha abierto espacio a las pluriformes modalidades de la New Age, proyección pseudoespiritual del “pensamiento políticamente correcto” y de su ética cívica de los “valores comunes”.

 

Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 83-84, julio-agosto de 2004

 

Mini manual del activista cultural.

V Congreso “Católicos y Vida Pública”.
“¿Qué cultura?”
Mesa 4 C. La industria cultural.

 

Fundación Universitaria San Pablo - CEU.

 

 

Madrid, 14, 15 y 16 de noviembre de 2003.
 

Por José Ignacio Echániz Valiente (Madrid) y
Fernando José Vaquero Oroquieta (Pamplona)
 

1. Introducción.
Es bastante común encontrar, también en ambientes católicos, a un tipo humano especialmente consciente de las implicaciones y repercusiones del “mundo de las ideas” en la vida cotidiana, muy motivado por estas cuestiones y, derivado de ello, impulsor de concretas iniciativas culturales.
Este particular grupo de activistas está integrado, de forma no planificada, por personas, en muchas ocasiones, autodidactas, y que no han seguido unos cauces orgánicos o un itinerario específico que “cultive” esta vocación especial. Aparentemente dispersos, forman una interesante constelación humana integrada por simpatías, afinidades, preferencias, gustos comunes, etc. y también, por rivalidades, malentendidos y prejuicios, “capillas”...
La llamada industria cultural, en la actualidad, se encuentra en manos de grandes entidades, ya públicas o privadas, que aparentemente controlan ese “flujo” misterioso de las ideas hacia la sociedad y viceversa. Y, en realidad, lo controlan, lo propician e, incluso, lo determinan en su mayor parte. Pero en su periferia se desenvuelven activistas que también trabajan en el mundo de la cultura -ya fuera de esas entidades, incluso a veces en su seno- y que son capaces de influir, facilitar, presentar o proponer, otras alternativas filosóficas y vitales en determinados ámbitos sociales y humanos.
            En resumen: el activista cultural es a la industria cultural, lo que el guerrillero a la guerra convencional. Otras tácticas, otra perspectiva, otra motivación, otros medios, otros recursos… y unos mismos objetivos: ganar una peculiar “guerra”, es decir, facilitar que el influjo de determinadas corrientes de pensamiento y “valores” sustente comportamientos individuales y sociales.
            En esta comunicación no vamos a sentar “doctrina”. Tampoco pretende ser una comunicación “técnica”. Por el contrario, aspiramos a resumir algunas experiencias y enseñanzas que hemos adquirido al cabo de unos cuantos años de dedicación a esta particular vocación que nos motiva e ilusiona. Tampoco pretende ser un “vademecum” exhaustivo; una guía total. Pero sí, proporcionar pistas seguras, líneas de trabajo, algunas sugerencias certeras...
            Pero empecemos por el principio. ¿Dónde encontramos al activista cultural? ¿Es fácilmente identificable?
2. El francotirador y el grupo.
            Durante muchos años, este tipo humano –generalmente- era un clérigo. Muchos sacerdotes santos y numerosísimos religiosos desarrollaron un apostolado extraordinario en el entorno de la cultura de su tiempo, promoviendo iniciativas de todo tipo: docencia e investigación (pensamiento y ciencias experimentales), implantación de colegios, asociaciones culturales, excursionistas, folklóricas, artesanas, etc. En la actualidad, son los laicos los que han tomado, en muchos casos, el relevo, con una notable diferencia: el Estado del bienestar se ha apropiado de buena parte de ese espacio del desarrollo moral de la persona, tomando como misión esa promoción y acción culturales, tanto desde los entes locales, como autonómicos y estatales. Esa es una de las primeras conclusiones que la sociedad actual debe hacer propia: la Iglesia católica ha asumido e impulsado, durante siglos, actividades culturales de todo tipo, ante las lagunas existentes en esas respectivas épocas; naciendo este impulso –en los dos últimos siglos- de la novedosa Doctrina Social de la Iglesia y de la larga trayectoria eclesial de potenciación de los saberes humanos y las capacidades individuales y colectivas. Esa genialidad de la Iglesia no puede sustraerse de la verdad de la historia. Pero, aunque no lo sea, de nada servirá a nuestros contemporáneos si no sigue siendo posibilidad de renovación humana y revitalización cultural y social.
Esa es una de las grandes novedades del catolicismo: la capacidad de creación de una cultura y un juicio crítico que nacen de la presencia terrenal y misteriosa de la propia Iglesia en su interacción con los hombres y las realidades de cada época.
            Pero hagamos un esfuerzo de concreción y reflexionemos en torno a cuestiones más inmediatas y, aparentemente, menores.
Hay que empezar definiendo a este tipo humano en la España del año 2003. En primer lugar hay que delimitar su figura con otras que pudieran confundírsele. No es un filósofo. No es un creador de ideas. No es un docente. No es un investigador. Pero sí es un poco filósofo, sí difunde ideas, también investiga algo, incluso puede “enseñar”.
Un término muy utilizado en décadas anteriores, y que puede asimilársele de alguna manera al de este atípico activista, es el de propagandista: ya lo sea de unas ideas, de ejercicios espirituales, de un estilo de vida. De una misión evangelizadora, en última instancia.
Y, en la actualidad, un término que en muchos sentidos se le puede asociar, es el del “animador socio-cultural” que cultiva la pedagogía especializada.
El activista cultural, al que nos referimos, tiene una particular sensibilidad frente las ideas que circulan en la sociedad, los movimientos de opinión, la fuerza de los mensajes, el impacto de los poderes terrenos en las conciencias, las grandes corrientes de la historia… Por todo ello, considera que deben difundirse determinadas ideas, conceptos o realidades, que pueden alcanzar a las personas e incidir a través de ellas en la misma sociedad y, así, transformar, un poquito, el mundo.
Además, y es su sello fundamental, es católico sincero y firme.
            El activista cultural, al que aquí nos referimos, casi nunca vive de ello: trabaja en la cultura de forma gratuita, generalmente. Además, puede trabajar sólo o en grupo. Si trabaja sólo, nos referimos así al llamado “francotirador”. Por su cuenta y riesgo, puede impulsar iniciativas muy concretas a partir de sus propios medios y recursos, o trabajar en el seno de determinadas entidades “neutras”, laicas, intentando ser fermento evangélico entre extraños o indiferentes. En muchos de esos casos, en que trabaja dentro de organizaciones más amplias, tendrá que ocultar su identidad cristiana, diluirla, buscar puntos de encuentro con las identidades laicistas allí predominantes y aportar propuestas que no sean rechazadas a priori por su excesivo “catolicismo”. No es imposible trabajar en esas circunstancias.
Múltiples iniciativas admirables se han desarrollado en medios extraños, ajenos o indiferentes al catolicismo. Pero muchas son las dificultades, y crecientes, en la actualidad. Para conseguir frutos en ese clima seco y duro, sin duda, es imprescindible una condición previa que permita mantener “el norte” y empuje inicial: un entorno humano que le apoye, oriente y sostenga en la promoción de los valores propios. Y ese entorno puede ser una parroquia, un movimiento, una estructura diocesana… De no tener tales apoyos, su identidad perderá consistencia y su esfuerzo no trascenderá sus buenas intenciones… Difícilmente mantendrá plenamente la tensión y su identidad neta ante todas las dificultades que encontrará con toda seguridad.
            Un grupo constituye la mejor alternativa para trabajar en el mundo de la cultura, de la difusión de las ideas, de los valores que proporcionan consistencia al cristiano y a los ciudadanos. Difundir ideas es positivo, pero deberán arraigar en personas concretas que precisan un encuentro con el cristianismo; la posibilidad de proporcionarle su verdadero rostro. No se puede sembrar en el aire. Hace falta tierra y condiciones para que la siembre fructifique. Y el grupo puede encarnar, mejor que las personas aisladas, la Iglesia que a través de esa acción cultural se ofrece a sí misma como posibilidad redentora a cada persona. Además, el grupo reparte responsabilidades, divide el trabajo, facilita y suma los esfuerzos, respalda al activista, le proporciona un reposo.
No todos los grupos culturales son iguales, y siempre acechan determinados riesgos: capillismos, luchas intestinas, protagonismos exagerados… Los grupos que nacen de un carisma eclesial concreto no eliminan la posibilidad de ese tipo de riesgos; pero los reducen considerablemente, al permitir que jueguen con mayor determinación otros factores: la común educación en la fe y los valores humanos, la caridad entre hermanos, la autoridad ejercida legítimamente y aceptada con sabiduría.
            Si el activista viene desarrollando su trabajo por su cuenta, difícilmente se integrará en un grupo más amplio. Pero ello no quiere decir que no se pueda aprovechar su acervo e impulso. En ese sentido, es conveniente ofertarle espacios y posibilidades de colaboración. El “francotirador” puede promover y aportar muchas ideas y experiencias a grupos o personas que aspiran a una actuación cultural determinada. Por afinidad o analogía, podrá realizar muchas aportaciones que, de no hacerlo, pudieran equivaler a meses -incluso años- de experiencias no siempre satisfactorias.
3. Características del activista cultural.
            ¿Qué impulsa, en sus iniciativas, al activista? Una particular sensibilidad, una clara percepción del impacto en los hombres de determinadas ideas y concepciones de la vida; la conciencia de que algunos terrenos del mundo de la cultura no están cubiertos por la actividad diocesana o lo están defectuosamente… Difusión, promoción, son términos que el activista maneja constantemente en sus acciones y juicios.
            Pero, ya trabaje sólo o en grupo, sea éste católico o no lo sea, siempre se requieren unas condiciones para sacar adelante –incluso- el proyecto más modesto: una idea, unos medios materiales y personales, una financiación, unos contactos que faciliten su elaboración y desarrollo, una programación.
            Pero no basta con lo anterior. Necesita tener una formación cultural (que puede ser autodidacta), capacidad de diálogo y don de gentes, un buen conocimiento de los recursos culturales públicos y privados locales, una cierta disponibilidad de tiempo (el desarrollo de muchas gestiones requieren, ante todo, paciencia y tiempo). Y mucha voluntad, junto a una clara perspectiva a largo plazo.
            Quien se inicia en estas lides, tal vez al principio carezca de los contactos, habilidades y recursos imprescindibles para la acción cultural. Pero todo viene rodado si se trabaja con respeto al otro, paciencia, perspectiva de futuro, ganas de aprender. Muchas puertas se abrirán; otras nunca podrá ser franqueadas. Y, sobre todo, hay que evitar entrar en rencillas y resquemores ajenos. Puede existir mucha rivalidad entre diversos agentes culturales; incluso dentro de una misma entidad. Neutralidad, discreción, tacto, ausencia de contradicciones, transparencia...
            Y no olvidemos lo fundamental. Unas convicciones que no nacen del propio esfuerzo, del propio proyecto. Una vida que considera que, por mero agradecimiento y con celo misionero, debe transmitirse a los demás a través de esas propuestas y acciones culturales.
4. La acción cultural.
            Una idea, una intuición… Ese es el punto de partida de la acción cultural. Un autor de interés, una teoría histórica, un libro que merece la pena difundir, una amistad que te pide difundir una experiencia, una tradición que puede recuperarse o debe apoyarse… Pero hay que dar forma a esa intuición mediante una programación. Aunque sea mínimamente, debe programarse, perfilarse esa idea, concretarse, buscar el vehículo adecuado para su difusión. Un calendario, unos cauces materiales, unos medios para difundir la convocatoria, unos contactos personales o institucionales que permitan acceder al entorno docente, político o de un autor muy concretos… En este sentido, trabajar en grupo facilita un buen desarrollo de la acción cultural, aunque en este caso será imprescindible una actividad precisa: la coordinación, para repartir trabajo, llegar a más medios y recursos, evitar dispersión y duplicidades…
            Sin ideas, no hay acción. Pero la acción por la acción no genera obra duradera. Y para el cristiano constituye, la acción cultural, otro instrumento de evangelización. El encuentro personal, método fundamental en la historia de difusión del cristianismo, puede hacerse vida a través de la acción cultural. Y cultura, tengámoslo presente, puede ser “casi” todo.
5. Forma legal.
            El trabajo en grupo se articula, generalmente, bajo la fórmula legal de la asociación cultural. Exige unos sencillos requisitos mínimos: denominación, acta de constitución, unos estatutos, un domicilio social (que puede ser el de uno de los promotores), unos pocos libros y unos cargos electos. Después deberán legalizarse y cumplimentarse esos libros de contabilidad, registro de socios y de actas. No exige un presupuesto económico mínimo, salvo que se indique expresamente en los estatutos; y para la legalización ante el registro correspondiente (Delegación del Gobierno o Departamento o Consejería de Interior autonómico) se dan facilidades, proporcionando textos, modelos de actas y estatutos, en los diversos organismos y entidades. También existen muchos recursos documentales en internet; caso de la completa web asociaciones. org.
            Otra fórmula es la de la Fundación; pero aquí se exige un cierto capital asignado a esos fines concretos y requiere algo más de complejidad burocrática a efectos fiscales.
            Para acceder a muchas ayudas y recursos gratuitos es imprescindible revestir una de ambas fórmulas. Es más sencillo y factible empezar con la de la asociación. De contar con la posibilidad de unos recursos económicos amplios de procedencia privada, puede plantearse la fórmula de la fundación.
            En el funcionamiento ordinario hay que ser fiel a los estatutos redactados y ya aprobados. Pero no hay que obsesionarse por ello. Los estatutos, los cargos, las formalidades, están al servicio de las gentes; no al revés. Deben entenderse como una ayuda, no como una dificultad.
6. Aspectos formales: logotipo, empleo de internet, normalización e imagen.
            Toda asociación grupal debe tener, sea su forma la de asociación cultural o la de fundación, un logo que la identifique gráficamente, integrándolo en sus impresos y documentos normalizados, así como en la web que pueda disponer en internet; instrumento de comunicación y escaparate que -hoy día- es imprescindible disponer.
            Como todo logotipo, debe reunir en poco espacio y escasas letras o caracteres, suficientes elementos gráficos que lo asocien con los objetivos, nombre u orientación de la entidad. En una sociedad de la imagen, no se puede prescindir de un aspecto que “marca” una entidad y sus actuaciones futuras.
            Internet constituye un medio barato, accesible y cómodo, para la comunicación interna, la externa, la oferta de documentación de interés para la asociación o el activista cultural, la difusión de actividades y propuestas, etc. A través de una página personal, o de la asociación, todo ello puede facilitarse, recurriéndose a la enorme gama de recursos gratuitos disponibles en la red. Es conveniente, no obstante, contratar un dominio (.com, .es o .org) para cubrirse de garantías ante posibles ataques, denuncias falsas u otras actuaciones malintencionadas que pretendan silenciar la web en cuestión. No obstante, la importancia de internet debe matizarse. No debe olvidarse que una comunidad “virtual” nunca suplirá las plenas exigencias de comunicación, relación social y actividad humana de las personas. En definitiva, internet debe ser un medio y no un fin o una excusa.
7. Financiación.
            Los recursos económicos son imprescindibles. Pero, con dignidad, se pueden reducir gastos en determinadas actividades sencillas. Así, el acceso a medios gratuitos aminora notablemente los gastos de determinadas convocatorias. Por ejemplo, para la articulación de una conferencia existen tres grandes capítulos de gastos: difusión de la convocatoria, acceso a una sala adecuada y, por último, gratificación al conferenciante. De contarse con concretos recursos gratuitos, caso de la cesión gratuita de una sala pública de conferencias (de una Ayuntamiento, entidad privada, etc.) mediante el correspondiente convenio, los costes se abaratarán considerablemente. También en determinadas ocasiones se puede acceder a vías de difusión de la convocatoria de forma gratuita: breves comunicados en agendas de actividades de prensa escrita, radios y televisiones locales, programaciones culturales periódicas, internet... Por último, algunos conferenciantes pueden conformarse con un obsequio o una mínima dieta de viaje. O, por el contrario, se exigirán dietas y retribuciones según las prácticas habituales del sector. Ahí entran las simpatías personales e ideológicas, los buenos contactos, los favores mutuos…
            Existe un capítulo de gastos que difícilmente se sustraerá del recorte presupuestario: invitaciones, servicio de correos, carteles (si bien para la edición de los mismos puede encontrarse patrocinadores como librerías, establecimientos comerciales, Cajas de Ahorros, Universidades…). Pero, en cualquier caso, una mínima aportación económica habrá de realizarse con fondos propios, ya sean personales o de una entidad grupal.
            Por otra parte, los Ayuntamientos y determinados Departamentos de las Comunidades Autónomas (Cultura, Deporte y juventud), disponen de fondos presupuestarios anuales para actividades culturales a los que se acceden, generalmente, mediante presentación de exhaustivas memorias con detalle de actos, previsión de gastos y origen de la financiación. Acceder a tales fondos requiere una trayectoria en el tiempo que avale la petición del solicitante, someterse a posibles fiscalizaciones contables de las actividades financiadas, respeto a los plazos y, ante todo, una programación (de nuevo, la temida palabra).
            No obstante, existen fórmulas imaginativas o militantes, según el caso, para financiar determinadas actividades. Es el caso de la cena - conferencia en que cada uno de los asistentes abona el importe del cubierto, al que se suma una cantidad correspondiente al prorrateo entre los mismos de los gastos ocasionados por la organización del acto (dietas, alquiler sala, propaganda...). Se precisa, eso sí, un mínimo de asistentes: en torno a 40, aproximadamente. De esta forma, la actividad no reporta ni pérdidas ni beneficio. Naturalmente, ello requiere un público, aunque sea reducido, entusiasma, muy motivado y casi seguro.
            Otra modalidad es la conferencia a cuyo acceso se cobra una entrada. Se trata de una fórmula escasamente empleada en España.
            Por último, mencionemos, como fórmulas de financiación modesta y tradicional, las rifas, ventas de lotería, donativos particulares...
            Pero no olvidemos un aspecto decisivo a este respecto. Si una asociación dispone de una base de socios motivados, tal será la principal fuente de financiación que proporcione a ese proyecto cultural, independencia, autonomía y fidelidad a sus principios inspiradores.
8. Medios materiales y medios personales de una asociación cultural.
            En el apartado anterior ya hemos visto un aspecto fundamental, que es el de la financiación, de los medios materiales, y que puede facilitarlos o, por el contrario, al carecerse, constituir una pesada losa a remover trabajosamente (principal fuente de agotamiento de los activistas culturales).
            No es imposible organizar ciertas actividades culturales a título personal: con un mayor o menor acceso a recursos gratuitos, con una modesta aportación económica propia, con la contratación de servicios especializados de disponerse de una buena fortuna personal… Pero todas las gestiones recaerán en una única persona: programación, contactos para perfilar la actuación cultural de que se trate, gestiones ante los titulares de los recursos a emplear, detalles de última hora, acceso a medios de difusión, elaboración de los mismos (tarjetas, carteles, textos de la convocatoria), etc.
            Una asociación, o una Fundación, dispondrán, de ser entes realmente vivos, de un mayor número de personas entre las que distribuir el trabajo, pudiéndose especializar alguna de ellas en áreas concretas, lo que supondrá para el futuro un aprendizaje y una notable economía de medios.
            Un administrativo a tiempo completo o parcial, un responsable de prensa, unos voluntariosos militantes que pueden –por ejemplo- colocar en pocas horas cientos de carteles en lugares estratégicos o rellenar y cumplimentar sobres con la convocatoria; todos esos recursos humanos son lujos que no pueden desdeñarse y que, al contrario, simplifican considerablemente el trabajo. Es más, su existencia son un termómetro del pulso vital de la entidad.
            Un ordenador personal, una web de la entidad actualizada, un despacho o local donde trabajar. Las reflexiones anteriores, también, son por completo aplicables a esos deseables recursos materiales de una asociación.
9. Recursos gratuitos.
            Un buen conocimiento de los recursos públicos (Ayuntamientos y Comunidades Autónomas) o privados (Cajas de Ahorro y Fundaciones de algunos Bancos, Ateneos, Casinos, gestores privados de servicios culturales, etc.), puede ser determinante para un rápido encaje de la actividad prevista y la obtención de una financiación semigratuita. Nos referimos, especialmente, a las salas de conferencias y exposiciones.
Una dificultad: de existir tales recursos, debe reservarse fecha y hora con meses de antelación, generalmente, lo que requiere previsión, cierta flexibilidad y, en definitiva, programación.
            Lo mismo ocurre con los medios de difusión. Un buen conocimiento de ellos permite acceder a los mismos y, de esta forma, llegar al mayor número de posibles interesados.
            Un consejo: en muchas ocasiones la persona que tendrá la llave para poder acceder a un recurso de este tipo no será su máximo responsable, ni un miembro de un Patronato, de un Consejo de Dirección, tampoco un Concejal; por poner ejemplos característicos. Así, será la amable auxiliar administrativa, en atención al público (la de la ventanilla o mostrador), quien, provista de un buen conocimiento de la realidad de los mecanismos internos de estas entidades, facilitará unas gestiones fructíferas.
10. Programación.
            Para el buen desarrollo de una actuación cultural concreta, y para el acceso a la red de recursos públicos y privados, se exige una capacidad de trabajo que se concreta en el concepto programación. Ello exige cierta continuidad en el tiempo, trabajar conforme objetivos y calendarios, ser fieles a un proyecto. Supone, en definitiva, una solvencia –puesta por escrito- que puede abrir puertas.
            La programación de una actuación requiere: determinación de la acción y los objetivos perseguidos, asignación de medios humanos y materiales, financiación, objetivos, posibles beneficiarios, personal docente, calendario de las gestiones, responsables de la acción, valoración de la actuación.
Puede cubrir una única acción esporádica, unas semanas, unos pocos meses o, lo que es más común, un curso académico.
            La programación para el acceso a determinadas subvenciones o  recursos debe ceñirse a un espacio temporal: un año, trimestre… Calendario de actuaciones, entidad responsable, presupuesto de gastos total, objetivos, evaluación. Todo ello también deberá recogerse con precisión y concisión.
            No hay que tener miedo a las palabras. A “programación”, tampoco. Ordenar las ideas en torno a un calendario de actuaciones, concretar unos objetivos, poner por escrito esas ideas que se llevan en la cabeza desde unas semanas atrás… y ya tenemos el borrador de una programación que siempre será una buena ayuda en sí misma.
11. Actuaciones específicas.
            El activista cultural, o la asociación en su caso, fuera de las grandes programaciones diseñadas por la industria cultural, puede desarrollar numerosas modalidades de actuaciones; algunas de ellas con posibilidades de alcanzar cierta resonancia –casi siempre deseable- mediática. De todas formas, algunas de sus expresiones son más factibles y más habituales. Mencionémoslas.

Conferencias y mesas redondas. Un tema objeto del encuentro, una o varias personas que realicen reflexiones o aportaciones novedosas, unas cuestiones que cuentan con un público interesado, y el posible interés de algunos medios de comunicación. Juntémoslo y ya tenemos una concreta acción. Se trata de una de las más sencillas para desarrollar. Es más. Una vez realizada una, se allana el camino de las siguientes. De ahí el interés de que no se trate de acciones aisladas y muy espaciadas temporalmente. Continuidad; es una palabra clave.

Presentaciones de libros. Con una génesis similar a la actuación anterior, constituye otra de las modalidades más sencillas de organización. Existen, además, espacios físicos e institucionales muy concretos para este tipo de acciones El Corte Inglés, FNAC, Bibliotecas públicas, Cajas de Ahorros. En ocasiones –incluso- se podrá vender el libro al público asistente. Al igual que en el caso anterior, es del mayor interés rentabilizar los esfuerzos aplicados en el acto, buscando su repercusión mediática, a través de su reseña en la prensa escrita u otras modalidades. Una entrevista al autor del texto, por ejemplo, llegará a un mayor número de personas que la presentación más exitosa. Y redundará en las ventas ulteriores del libro.

Exposiciones. Esta acción ya requiere mayor infraestructura e imaginación. Una persona, salvo que disponga de cuantiosos medios económicos, no podrá asumir todo el proceso. Existen, igualmente, medios gratuitos asociados a determinadas salas de uso público: soportes, materiales complementarios, personal de apoyo… Respecto al material a exponer, supone un coste muy elevado, salvo que pueda accederse a exposiciones que se trasladan de ciudad en ciudad, en el entorno de determinadas organizaciones. Un ejemplo son las exposiciones fotográficas que, desde la vitalidad desplegada cada año en torno al multitudinario Meeting de Rimini (una de las mayores expresiones colectivas culturales del catolicismo moderno, nacida en la vida del movimiento eclesial Comunión y Liberación), se ofertan a las diversas entidades interesadas. De notables efectos pedagógicos, particularmente si se puede motivar e implicar a colegios y asociaciones culturales como una actividad programada propia, no debe desdeñarse. Se facilita el debate cultural, el intercambio de ideas y, lo que es de suma importancia, los encuentros personales al servicio de la difusión de la fe.

Cenas culturales. Un personaje interesante puede suscitar mucho interés. Con una mínima infraestructura es sencillo organizar una cena con motivo de alguna cuestión de la actualidad que vincule a ese experto. Se le puede proporcionar trascendencia mediática a través, por ejemplo, de unas entrevistas en medios de comunicación locales. En cualquier caso, una red tupida de amistades, interesados y contactos, permiten organizar un evento de estas características en cuestión de horas.

 
Concursos. Un concurso literario que ponga su objeto en la presencia de determinados valores en los relatos de los concursantes, por ejemplo, constituye otra actividad cultural relativamente sencilla de organizar. Un patrocinador que proporcione lotes de libros para los premios, unos colegios que hagan propia la convocatoria o una ONG que la difunda entre sus bases asociativas proporcionando una base de participantes; facilitan el éxito y alcance de la convocatoria. Por el contrario, sin alguno de tales factores, difícilmente tendrá alcance alguno.
Ediciones. Siempre es una atractiva tentación. Pero una tentación cara, poco rentable (pensemos en la distribución, almacenaje, devoluciones...), salvo que se cuente con un generoso patrocinador que asuma el gasto correspondiente (siempre muy alto). Editar libros, folletos, conferencias… no puede ser objetivo prioritario de una asociación cultural, salvo que cuente con unas poderosas finanzas. Actualmente, internet es una alternativa a la edición clásica, pudiéndose proporcionar libros, documentos audiovisuales, etc., a través de la web de la entidad difusora. Y si, a pesar de todo, nos entra la tentación, no olvidemos nunca que la edición de libros y colecciones de folletos ha arruinado a más de una asociación y fundación…
Cursillos. La primera cuestión que se plantea es si el cursillo es residencial (lo que favorece estrechar los lazos amistosos y el espíritu de grupo) o no residencial. En el primer supuesto, el cursillo puede ser subvencionado, de contarse con una buena base económica o a cargo de los mismos cursillistas. El principal coste de un cursillo es el correspondiente al cuadro docente y sus gastos. Se puede recurrir a locales públicos o privados de cesión concertada gratuita. De contarse con la amistad de esos docentes, los gastos se reducirán a unas comidas y regalos, así como a la propaganda para la captación de alumnos que, según las circunstancias, puede ser mínima si se recurre a una Universidad afín, un entorno cultural próximo, parroquial, de movimientos, etc. Un diploma de asistencia, la elaboración de unas conclusiones escritas y difundidas en algunos ambientes, pueden ser el broche de oro de una actividad fácil de organizar. Y seamos detallistas: con los conferenciantes, patrocinadores y alumnos. Constituye una ocasión magnífica para conocer personas, estrechar lazos, difundir propuestas; salvo que sólo constituyan una excusa para el “turismo cultural”.
Promoción  de tradiciones y actos folklóricos. Esta posibilidad ha sido trabajada históricamente con gran dedicación por clérigos y religiosos católicos a lo largo del siglo XX, en conexión con las expresiones vivas de la llamada “religiosidad popular”. Igualmente, el resurgir cultural de muchas regiones españolas únicamente es comprensible desde el impulso y acogida generosa de las Iglesias locales. También en estos terrenos encontramos que los hombres de la Iglesia se van retirando. Pero los contactos persisten, la presencia parroquial también; lo que constituye una posibilidad que no debe pasarse por alto. Revitalizar una tradición local, organizar incluso una asociación cultural que la mantenga viva de año en año, búsqueda de peticiones en medios institucionales... Es una posibilidad, de trabajo cultural, que se viene desarrollando en numerosas expresiones comunitarias por toda la geografía española. Requiere arraigo local, buenos contactos, una idea precisa, delicadeza y, en particular, mucho realismo.
12. Técnicas de difusión.
            Para la difusión de una actividad y la captación de público, existen diversas técnicas. Veamos algunas de ellas.
1.      Carteles anunciadores en la vía pública. Poco efectivos, pues se debe competir con las empresas que sistemáticamente empapelan los lugares reservados, a tales efectos en las ciudades españolas, con inmensos carteles de espectáculos diversos. Pero también tienen su público.
2.      Carteles en bibliotecas públicas, centros de enseñanza, parroquias, librerías... De mayor efectividad que la técnica anterior, especialmente si se insertan en buenos espacios de librerías especializadas junto a invitaciones tipo tarjetón. Requiere cierto esfuerzo paciente para llegar a todos los “objetivos”.
3.      Anuncios de pago en diarios y emisoras. Costoso, pero garantiza llegar al gran público.
4.      Invitaciones personales por correo. Un tarjetón o folleto, en la medida de lo posible personalizado, alcanza una alta efectividad. Es costoso, pero garantiza un nivel de asistencia superior al conseguido por otras vías.
5.      Invitación por correo electrónico. Requiere disponer de una base de direcciones previa. Bastante eficaz. De todas formas, numerosos organismos (universidades, administraciones, colegios profesionales...) disponen de completas webs en las que se proporcionan domicilios personales y profesionales, así como muchos correos electrónicos. Implica un trabajo paciente y bastante tiempo ante el ordenador. Si se comparte el esfuerzo, mejor. Y, una vez obtenida la base de datos, se trata de actualizarla, lo que supone un menor esfuerzo.
6.      Referencias de la actividad en las agendas culturales de los medios de comunicación locales o regionales. Tales agendas cuentan generalmente con un público fiel que se nutre de las convocatorias allí recogidas. Para figurar en ellas, nada mejor que una buena relación personal con el jefe de sección correspondiente. Habrá que insistirle, no obstante, pues las convocatorias son numerosísimas.
7.      Inserción de anuncios en prensa gratuita. Pueden serlo tanto de pago como gratuitos. Aunque con buenas tiradas, su alcance es muy irregular, al no gozar de continuidad en muchos casos y figurar junto a otras convocatorias poco claras y solventes (sectas, iluminados, etc.).
8.      Incorporación de la actividad en la programación oficial de una entidad pública o privada. Ello asegura una publicidad gratuita, amplia y de prestigio. Está asociada al acceso a un local público (tipo sala de conferencias), generalmente.
9.      Y la principal de todas: la invitación personal, directa, humana. Amigos, familiares, colegas, socios, militantes de asociaciones o movimientos afines... Siempre constituyen el núcleo más fiel, seguro y entusiasta. Si se cuenta con esa base, por reducida que sea, y su capacidad de movilización es moderadamente alta, parte de los objetivos de asistencia de la convocatoria se cubren con ella.
13. Bancos de ideas. Contactos.
            Los llamados “Bancos de ideas” vienen siendo potenciados por algunas fundaciones culturales en los últimos años. Se trata de acumular ideas, proyectos en definitiva, para desarrollarlos en el futuro conforme los planteamientos de acción y los principios programáticos de la entidad. Siempre con perspectiva de futuro. Pero proyectos desarrollados en la mayor parte de sus detalles. Así, una vez surja la ocasión, se recurrirá al proyecto “congelado” para su inmediato desarrollo y ejecución.
            Este planteamiento, casi consumista, está en relación con la dimensión de los necesarios e imprescindibles “contactos” que facilitan las gestiones, subvenciones, informaciones, etc.
            Es imprescindible el calor humano. El desarrollo de una afinidad entre personas, una corriente de ida y vuelta de proximidades temperamentales y de perspectiva cultural, pueden impulsar un proyecto más que el resto de factores en juego. La “otra parte” puede ser un periodista, un político, un agente cultural profesional o por libre, un activista político, un alto cargo público... o simplemente una persona vivaz y responsable cuyo trabajo se desempeñe en una ventanilla en contacto con el público.
            Unas buenas relaciones son la garantía de un proyecto. Se contrastará la idea con esa otra persona, quien a su vez podrá facilitar otros contactos o perspectivas que puedan limar la idea inicial hasta su perfil definitivo. No hace falta insistir en que los afines ideológicamente encajan mejor, a priori, en esta categoría. Pero siempre podremos encontrar apoyos partiendo de una buena presentación, modales correctos, interés sano y discreto por el otro, sinceridad, sentido común...
            En torno a una mesa siempre se han realizado grandes pactos, conspiraciones, componendas. Sigue siendo un buen método para entablar relaciones, mejorarlas, remover dificultades. Es un instrumento en principio propicio. Se puede emplear bien... o muy mal. Seamos inteligentes y aprovechémosle.
14. Relaciones con las administraciones públicas.
            Las diversas administraciones públicas (ayuntamientos, autonómicas, estatales, universidades...) constituyen hoy día el principal agente cultural. Su red de centros cívicos y culturales, sus fondos económicos, su personal dedicado en exclusiva a la animación sociocultural, etc., no admiten comparación con las entidades privadas dedicadas a los mismos fines.
            Interesa conocer sus recursos en el entorno territorial en que el activista cultural opere. Por ejemplo:
1.       Salas disponibles, recursos complementarios (megafonía, etc.), acceso a las anteriores...
2.       Convocatorias periódicas de subvenciones a entidades y actividades privadas.
3.       Medios de difusión de las redes públicas (publicaciones, invitaciones personales, comunicados o anuncios en medios de comunicación).
4.       Asesoramiento a entidades privadas.

Es muy importante conocer la dirección política de esos gestores, no tanto para caer en amiguismos que a corto plazo siempre pasan factura y cierran puertas, como para ver los huecos, espacios que pueden suplirse y, en definitiva, las posibilidades reales de una colaboración leal y transparente. Recordémoslo de nuevo: primera premisa, realismo.
Tal vez estos recursos públicos hayan alcanzado un protagonismo exagerado. Debieran cubrir, subsidiariamente, los espacios no cubiertos por la iniciativa privada. Pero, ya por imposición ideológica, como por carencias evidentes de la articulación social, esa es la realidad que hay que conocer, asumir y a la que recurrir sin complejos.
            Y aquí también sirve lo que ya hemos indicado en otros momentos. En muchas ocasiones, más eficaz es el contacto con el administrativo de la ventanilla del departamento de que se trate, que formales y correctísimas reuniones con los máximos responsables. No lo olvidemos. Los políticos pasan, los funcionarios, permanecen.
15. Niveles de compromiso.
            El activista cultural tiene un perfil muy determinado, ya lo hemos visto. Una tentación para el mismo, siempre, es el individualismo: querer gestionar personalmente todos los recursos en juego, poner el color y toque propios. No es fácil articular a activistas veteranos en una misma entidad. Pero la suma es incuestionable y los beneficios, múltiples.
            En definitiva: es precisa la existencia, en toda asociación, de un núcleo dirigente y activista. Y tratándose de asociaciones generalmente pequeñas, nunca será tal un número elevado. Al contrario, media docena de activistas es garantía para una eficaz acción y continuidad.
            Será ese núcleo militante, que coincidirá o no con los directivos nominales de la asociación, el que impulse la vida real de esa entidad. Se repartirá el trabajo, se distribuirá la responsabilidad, etc. No es bueno que el hombre esté solo... tampoco el activista cultural.
            Pero es muy importante, además de la existencia de ese núcleo militante, la de una base asociativa que nutra muchas de las actividades propuestas y organizadas por el mismo. Ya lo haga como público, ya como cotizante. Cuanto más amplia sea esa base, mayor será el fondo económico de soporte y el número de asistentes seguros o posibles beneficiarios de las actividades propuestas. Pero, salvo que nos conformemos con la endogamia del propio grupo, si de lo que se trata es de llegar a medios sociales ajenos a la vida de la asociación, habrá que aspirar siempre a pensar en clave “externa”: no programar sólo para los asociados, sino para otras personas ajenas a la cosmovisión de esa entidad. Ahí está la clave para el debate que facilita el encuentro personal: aproximaciones interdisciplinares, incluso desde ópticas ideológicas distintas, a un aspecto de la realidad que afecte la vida de las personas de forma cotidiana. Nada de falsos debates que no interesan a casi nadie. Buscar el corazón del hombre en cada situación.
16. Formación.
            Una buena formación ayuda mucho. En ningún sitio expiden un “certificado de activista cultural”. En realidad, para esta labor no hace falta. Se puede ser, por ejemplo, un auxiliar administrativo con intereses culturales, buenas relaciones personales, algo de ojo y perspectiva de futuro y ser el mejor de los activistas. Con amigos que te ayuden, mejor que mejor. Naturalmente existen posibilidades de formación. Desde los diversos centros en los que se trabaja y se forma en la llamada Animación Socio Cultural, pasando por cursillos específicos de universidades públicas y privadas enfocados a la formación de directivos y trabajadores en la gestión administrativa, económica y de recursos de entidades de este tipo. No es imprescindible. Pero puede ayudar. También existen entidades, tipo fundación u ONG, entre cuyas finalidades figura la formación y capacitación de directivos de asociaciones culturales. Es el caso de la Fundación Luis Vives.
            Pero, lo que más ayuda, es el propio instinto, el estar permanentemente informado, “al loro” de lo que pasa en tu ciudad, pendiente de los autores de éxito, de las corrientes culturales... con ideas previas claras y una visión de la vida sólida y firme.

 

17. Algunas conclusiones.
            Hemos realizado un viaje, un poco caótico, por algunas experiencias propias y ajenas vinculadas a la acción cultural. Si algo se reprocha a algunos de esos activistas, es la falta de concreción. Intentemos, pues, ser breves y precisos y propongamos, como resumen, algunas conclusiones que orienten al novato y futuro activista cultural.
1.       Al activista cultural le gusta trabajar por libre. Pero agrupado, obtiene mayores beneficios. Si además esos compañeros de viaje son afines, aumentan exponencialmente las posibilidades de éxito. Y de satisfacción personal.
2.       La asociación cultural constituye un buen marco jurídico para este tipo de actividades, lo que permite trabajar en el mundo de la cultura en niveles muy modestos y, también, en otros de mayor alcance. De tener posibilidades de contar con un patrimonio, la fundación es la fórmula más adecuada.
3.       Hay que cultivar los contactos personales. Tanto en ámbitos privados, como públicos. Y no siempre con los “peces gordos”. Un modesto oficinista puede abrir más puertas que toda una colección de “altos cargos”.
4.       Existen magníficos recursos gratuitos a disposición de los activistas culturales. Hay que conocerlos y saber acceder a los mismos.
5.       La financiación es palabra sagrada. Pero se le puede echar imaginación o voluntarismo. Y si se dispone de una cierta base asociada, el primer paso ya estará dado.
6.       Quitémonos el miedo a la palabra programar. Ayuda para trabajar mejor, anticiparse en el futuro y facilita un sano realismo. Pero, sobre todo, es una exigencia formal y material para el acceso a esos recursos que están esperando al activista cultural.
7.       El activismo cultural, si no se limita a seguir sus propios gustos o simplemente a perpetuarse, puede constituir un magnífico instrumento evangelizador.
8.       Internet es parte del presente. Comunicación, información, difusión, rapidez... Una web personal o de la asociación, puede ser su mejor tarjeta de presentación.
9.       Una buena base asociativa proporciona independencia económica, expectativas de futuro y, además, controla los excesos del activista cultural.
10.  No se puede desdeñar a nadie. Debe haber impulsores, militantes, simples asociados... pero también las colaboraciones esporádicas pueden ser preciosas (aunque vayan generalmente por libre).
11.  Menos temores ante las Administraciones públicas. Hagamos Bancos de ideas. Conozcamos las técnicas de difusión. Tres factores dados por supuestos que siempre hay que tener “al día”.
La acción cultural puede ser apasionante. En realidad, ES apasionante. Casi una vocación. Y un instrumento para llegar al corazón de los demás. Por todo ello, un católico puede –y debe- sentirse reclamado a la acción cultural, o ¿acaso la Iglesia no tiene una asombrosa capacidad de transformar en sugestiva propuesta cultural su propia vida?


Madrid – Pamplona, septiembre de 2002.
 

 

Una experiencia católica pionera en internet: 50 números de Una experiencia católica pionera en internet: 50 números de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica.Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica.

Ponencia presentada en el III “Congreso Católicos y Vida Pública”, celebrado en Madrid en octubre de 2001, organizado por la Fundación Universitaria San Pablo. En colaboración con José Ignacio Echániz Valiente.

 

1.      Introducción.
Cuatro años y medio en la red; 50 números de periodicidad mensual; 880 artículos publicados; un material equivalente a 7.500 folios impresos; un centenar de autores; 60 artículos reproducidos en diversos medios escritos y digitales de habla hispana; 22.000 personas e instituciones que reciben mensualmente el índice de cada número y unos recursos técnicos que facilitan su acceso; varias decenas de miles de accesos a la web de la publicación. Esas son las cifras en las que se puede resumir la actividad generada en torno a la publicación digital objeto de esta ponencia. Pero ¿Cuáles son los orígenes de Arbil? ¿qué es Foro Arbil?    
«Arbil es un Foro de jóvenes profesionales unidos por vínculos de amistad y un común interés en la presencia pública de los católicos en los diversos ámbitos de la sociedad española, el conocimiento y estudio de la Doctrina Social de la Iglesia y la acción cultural y social.
Entre nosotros hay miembros de diversos movimientos civiles y realidades eclesiales, siendo el pluralismo un valor importante, como también lo es la fidelidad al Magisterio de la Iglesia.
Estamos presentes en una docena de capitales españolas, organizando, según la capacidad de los grupos locales, conferencias, tertulias, cursillos formativos.
Legalizados como asociación cultural e inscritos en el correspondiente registro nacional, somos independientes de cualquier partido político o grupo de presión.
Nuestra revista en internet, Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, de periodicidad mensual y de la que en el mes de febrero se editará su número 29, contiene diversos artículos de literatura, filosofía, teología, política internacional y temas de actualidad.
En nuestra web figura un índice actualizado de todos los artículos hasta ahora publicados, que suman mas de 400.
El navarro José Luis Orella Martínez, profesor adjunto en el CEU San Pablo de Madrid, es el actual Presidente del Foro Arbil.
Correo electrónico: arbil@apdo.com

Dirección de la web de Arbil:  http://pagina.de/revistaarbil».

Este pequeño texto, elaborado con fecha  17 de febrero de 2000 en Pamplona, fue una carta de presentación de la web de Foro Arbil destinada a varias publicaciones católicas, al objeto de darla a conocer en dichos medios. Aunque de forma resumida, define con bastante realismo y concreción algunas de las características de la asociación, cuya expresión más conocida y de mayor alcance es la publicación, de periodicidad mensual Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, difundida a través de internet, y que en este mes de octubre de 2001 alcanzará su edición número 50.

 

2.      Los orígenes de Foro Arbil y su ideario.
Arbil, en el idioma español del euskera, significa pilar. Ello ya proporciona algunas pistas sobre la identidad e ideario inspirador de sus integrantes.
Apostando por los valores; esa ha sido la divisa de nuestra acción desde los orígenes de Foro Arbil, en los que encontramos a un grupo de amigos unidos por experiencias políticas y sociales previas y su común pertenencia a la Iglesia católica. Dichos valores se concretan en la primera página de la web de la siguiente forma.
«Arbil, comprometido con su tiempo y seguro de que el declive moral y material de España es evitable y reversible, audazmente Apuesta:
· Por la Vida, como don sagrado y primero de los derechos...
· Por la Familia, célula básica de la estructura social y núcleo natural para la formación de los hombres que mañana dirigirán el mundo...
· Por la Educación en ideas veraces y claras y con valoraciones éticas seguras, como derecho de los padres y de obligada atención y respeto por parte del Estado...
· Por la dignificación del Trabajo, como participación del hombre en la empresa de la Creación, procurando una actitud solidaria e integradora y los medios más justos y adecuados...
· Por la Unidad histórica, territorial y social de la Nación, que apoyada en la diversidad regional, se debe garantizar, mejorando para los descendientes el legado recibido...
· Por una Regeneración moral y material completa de España y del mundo...
Y por ello, con arrolladora ilusión, se está dispuesto a participar en Arbil, lugar de encuentro de hombres y mujeres que abiertamente quieren y pueden vertebrar esta sociedad, POR LA DEFENSA DE LOS VALORES, los únicos que pueden dar dignidad y progreso».
La asociación se estructura en una red de grupos locales que centran su actividad en conferencias públicas, prestación de servicios a otras asociaciones, apoyo e impulso de campañas de opinión, especialmente a través de internet, y la elaboración de la publicación mensual de la asociación Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica. Dicha publicación constituye el principal contenido de la web del Foro, así como una experiencia novedosa en su día, interesante en cualquier caso, en el mundo de los medios católicos de comunicación. Por ello, el resto de la presente comunicación estará centrada en dicha publicación.

 

3.      Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica. Edición en soporte papel.
Hace ya cinco años, los primeros números se editaron de forma tradicional: en soporte papel, con una tirada de 2.500 ejemplares que se distribuían, por correo, entre los socios del foro, amigos, simpatizantes y diversas entidades cívicas y eclesiales.
Su extensión en papel y contenidos era muy similar en los diversos números editados. Ello ya suponía un doble límite: económico y de espacio, siendo muchos los originales que no pudieron ver la luz en su día por la limitación de un medio que requiere de ciertos apoyos económicos y estructura para una mayor amplitud, su mantenimiento y posterior difusión.
Haciéndose balance de sus resultados, se consideró que, dada la modestia de la entidad, su esfuerzo quedaría hipotecado y mediatizado en el mantenimiento de esa publicación escrita; por ello se acordó explorar las posibilidades que ofrecía un medio todavía en parte inédito para el gran público, poco generalizado y del que empezaba a hablarse mucho: internet.

 

4.      Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica: edición digital.
            Analizada la experiencia de la edición en soporte papel, veíamos, se llegó a la conclusión de que el crecimiento en extensión de contenidos y tirada, así como su llegada a personas de Hispanoamérica, se complicaba: elevados costes económicos para una asociación modesta y con unos miembros muy dispersos territorialmente, empleo de gran número de energías en su redacción, elaboración y distribución vía correo ordinario (lo que elevaba considerablemente los costes). Se acordó, por ello, a partir de su número 15 su edición en versión digital exclusivamente, considerando como un factor favorable la eclosión del fenómeno internet; al incorporarse, de forma progresiva, a dicha red un número elevado de integrantes del Foro y amigos del mismo.
            Los acuerdos adoptados, para esta nueva fase de la publicación, fueron mínimos, escapando de grandes programaciones y de rigideces innecesarias, poniendo el acento en el fondo y la eficacia, y no tanto en la forma: staff muy reducido, periodicidad mensual, apertura en su elaboración a personas no miembros del foro, centralización material en la ciudad de Zaragoza.

 

5.      La web de Foro Arbil: estructura, contenidos, periodicidad, recursos técnicos, idiomas empleados.
La primera página, antes reproducida, ya define su orientación. Con una versión en varios idiomas españoles, se remite a la publicación periódica, pudiéndose acceder al número actual, a los números anteriores y a un listado de todos los artículos publicados hasta el momento. Por ello, la actualización de la web, elaborada a partir de recursos gratuitos recogidos en internet, es mensual, al ser éste el ritmo marcado y el compromiso con los lectores, concretado en torno al día 25 de cada mes, salvo en los meses de verano, en que se lanza un número doble hacia el 25 de julio.
Al igual que en cualquier web, el apartado de links con otras publicaciones digitales de interés, cierra su contenido.

 

6.      Organización y colaboradores.
La organización empleada para conseguir la cita mensual de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica es muy sencilla.
En primer lugar, unos recursos personales integrados por el Director, el Consejo de Redacción, un técnico especialista en informática e internet y unos autores (unos colaboradores habituales y otros esporádicos).
Por otra parte, unos reducidos pero bien aprovechados recursos técnicos, proporcionados por el buen hacer y la especialización del técnico antes citado, al que Foro Arbil nunca estará suficientemente agradecido.

 

6.1.Autores.
Podemos diferenciar dos grandes grupos.
El primero de ellos es el integrado por aquéllos que de forma habitual prestan un servicio con la aportación periódica de sus artículos. Especializados en temas, por temperamento, gusto, preocupación, capacitación profesional o formación, estos autores son la base intelectual que hace posible la publicación. Estos autores representan, generalmente, un 60% de los contenidos de cada número. Su aportación lo es siempre con carácter gratuito y su nivel de implicación en el proyecto, por completo libre.
Un segundo grupo de autores lo constituye el de los colaboradores esporádicos. Fruto de encuentros casuales, de envíos imprevistos, de peticiones específicas, constituye un 40% de los artículos de la revista. En algunos casos, la relación con la revista se ha consolidado, pasando a formar parte del grupo primero e, incluso, del Consejo de Redacción.
            Más de cien autores han colaborado y cedido, con generosidad, sus escritos para la publicación: más de 880 artículos. Encontramos, entre ellos, a profesores de universidad y enseñanzas medias, funcionarios, profesionales liberales y empleados por cuenta ajena.

 

6.2. Consejo de redacción; relación con los autores.
            En la práctica, sin llegar a constituir un consejo de redacción formal, éste ha venido funcionando desde el lanzamiento de la publicación, con el obstáculo de que las personas implicadas en esta empresa se encuentran dispersas en varias ciudades españolas.
Al concurrir, varios colaboradores de los más implicados en,  la ciudad de Zaragoza, desde la primavera de 2001, se ha formalizado un consejo de Redacción en la misma, con reuniones periódicas en las que se abordan diversos temas, se reparten tareas específicas y se valoran resultados. Sin embargo, se mantiene el contacto con esas personas especialmente implicadas residentes en otras ciudades, sirviéndonos, fundamentalmente, del correo electrónico y de una estrecha comunicación telefónica.
            La labor, dirigida a la captación de nuevos autores y el mantenimiento de los habituales, se materializa en concretas y personales relaciones de amistad entre los diversos integrantes del consejo de redacción de la publicación y otros interesados en la misma, tanto miembros de Foro Arbil, como no pertenecientes a la asociación.

 

6.3.            Temas de los artículos:
Los principales temas que se han tocado en los cerca de novecientos artículos de la revista, siempre relacionados con los valores que constituyen la apuesta de Foro Arbil, han sido:
- Teología.
- Actualidad y análisis político, con especial seguimiento del País Vasco y Navarra.
- Historia.
- Pedagogía/educación.
- Fundamentos y actualidad de la Hispanidad.
- Situación de los cristianos en el mundo.
- Crítica de libros.
- Geografía política.
- Biografías de personalidades del catolicismo mundial.
- Crítica de cine.
- Filosofía.
- Literatura hispanoamericana.
- Actos culturales, conferencias, exposiciones.
- Catolicismo social.
- Crítica de televisión.
- Crítica de publicaciones infantiles.
- Bioética.
- Defensa de la vida.

 

6.4.            Extensión de los artículos.
Puesto que el medio, internet, no condiciona el espacio, los autores tienen libertad para, según la profundidad con que quieran tratar los temas, se extiendan en su redacción. Los artículos tienen gran diversidad en su extensión, desde un par de folios hasta el medio centenar, llegando algunos estudios a las 80 páginas.

 

6.5.            Números extraordinarios.
Una nueva dimensión de la publicación ha sido la elaboración de números extraordinarios, con temas centrales agrupando un número importante de artículos, a modo de dossier central, en función de circunstancias informativas relevantes. Ha sido el caso de los números elaborados con ocasión de las elecciones generales, las actividades públicas de la masonería internacional en España y el Congreso de la Universidad San Pablo – CEU relativo a persecuciones religiosas en el siglo xx.

 

6.6.            Reproducción de artículos en otros medios. Relación, temática y tipo de autorización.
Un criterio, básico y unánime, de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica ha sido facilitar la transmisión y mayor difusión de los contenidos de la revista. Por ello, en cada número se recuerda expresamente que se autoriza la reproducción de los materiales de la revista citando su procedencia y confiando, a priori, en un uso honrado de los mismos.
El balance es muy positivo. Se han reproducido numerosos artículos en revistas diversas, tanto en soporte papel, como en diversas web de internet. Y ello, tanto en medios producidos en España, como en diversos países hispanoamericanos e incluso europeos.
Ahora información y Primer día, revistas españolas en soporte tradicional de papel, apologetica.org de Argentina, elobservadorenlinea.com de Méjico, coviteweb.com de España, han sido algunas de esas publicaciones que han realizado un empleo de materiales de nuestra revista.

 

6.7.            Artículos procedentes de otros medios reproducidos en Arbil; autorizaciones y temáticas.
Ha sido criterio fundamental la reproducción, en nuestra publicación digital, de artículos y textos originales. Excepcionalmente, al objeto de proporcionar a nuestros lectores juicios claros sobre temas de interés de los que carecíamos materiales específicos, hemos llegado a acuerdos expresos con varias publicaciones para reproducir textos del máximo interés. Ese ha sido el caso con la revista mensual Huellas, del movimiento Comunión y Liberación. Previa autorización por escrito de su directora, se ha reproducido una serie de artículos, cuyos textos y temáticas mencionamos a continuación:
-                     «¡Capturad a los Pokémon!». Número 35-36 (julio – agosto de 2000). Este texto fue reproducido, posteriormente, en la web apologetica.org, de Argentina.
-                     «Far Web». Número 37 (septiembre de 2000). Reflexiones en torno a las posibilidades, usos y cuestiones morales que plantea internet.
-                     «La ley del más puro». Número 38 (octubre de 2000). Relativo a las ideas de fondo del fenómeno judicial italiano Manos limpias.
-                     «Minaretes de Europa». Número 41 (enero de 2001). Sobre la emigración.
-                     «Otras historias de fresas: alimentos transgénicos y antropología cristiana». Número 42 (febrero de 2001).
Un acuerdo similar se alcanzó con el director de la revista de cine Fuera de campo, para reproducir el artículo titulado «Pasolini: mártir del desencanto», en el número 40 de nuestra publicación (diciembre de 2000).

 

7.             Servicios informativos especiales.
Es en la confección mensual de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica donde se centra el mayor esfuerzo del Consejo de Redacción de la misma. Pero, dadas las magníficas posibilidades de internet, se han realizado algunos servicios especiales por considerar el traslado de determinada información de suma importancia. Es el caso de diversos artículos sobre hechos puntuales de interés, de actualidad, polémicas en curso. También se han rescatado documentaciones acerca de diversos temas, que pudieran proporcionar a los lectores un juicio claro sobre diversos asuntos.

 

7.1.            Resultados electorales.
Ha sido el caso de una valoración de urgencia de los resultados electorales producidos en el País Vasco el pasado 13 de mayo. La rapidez en su envío y la seriedad de los juicios allí emitidos, se recibió, por ejemplo en el semanario Alfa y Omega, con comentarios muy favorables, reproduciéndose posteriormente en el mensual diocesano de Córdoba, Primer día, en su edición del mes de mayo de 2001.

 

7.2.            Artículos de interés.
Otros materiales distribuidos puntualmente, han sido diversos artículos de interés, así como documentación relativa a campañas puestas en marcha por diversas entidades cívicas y católicas, comentarios de libros de interés, difusión de web con contenidos afines, etc.
Campañas en defensa de la vida, de la familia, de denuncia de web ofensivas a la Iglesia católica, han sido algunas otras de las iniciativas apoyadas o impulsadas desde los soportes técnicos de Foro Arbil.

 

8.             Difusión de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica.
Un buen producto precisa de buenos medios de difusión. En este caso, los medios son los propios de internet. Pero para extraer los mayores rendimientos a la red, se precisa un empleo racional y experto de recursos técnicos accesibles, muchos de ellos de carácter casi - gratuito.

 

8.1.            Listado de direcciones. Modalidades de acceso.
Mensualmente se remite a 22.000 direcciones de la red un breve texto con el índice de los artículos contenidos en cada nuevo número y los siguientes datos:
«Puede consultarse el nuevo número de la publicación de ARBIL en la siguiente URL:http://www.ctv.es/USERS/mmori/arbi-d46.htm y al resto de las ediciones de la revista Arbil desde: http://pagina.de/revistaarbil.
También puede bajarse el número actual de la revista, entero, así como también los anteriores, en un autoejecutable comprimido para poder leerla sin tener que estar en línea telefónica desde las direcciones (aproximadamente en 45 segundos con un módem normal):
-http://members2.easyspace.com/noticiaonu/revi-exe.htm (en autodescomprimible)
-http://members2.easyspace.com/noticiaonu/revi-zip.htm (en archivo zip normal)».

 

8.2.            Acceso por la web.
Para facilitar el acceso en la web desde cualquier lugar, se han creado varios espejos, para evitar que si cae un servidor, nuestra publicación quede muda.

 

8.3.            Links.
Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, está conectado a diversos directorios, caso de El club de los sitios católicos, y otros grandes portales vinculados a la Iglesia católica. También han realizado links con nuestra publicación desde diversos medios periódicos e, incluso, desde páginas personales.
Agradecemos y valoramos que tales web ofrezcan esos enlaces con nuestra publicación. Es, para nosotros, un acicate y estímulo para esforzarnos y mejorar.

 

8.4.            Empleo de buscadores.
Se han empleado instrumentos para introducir nuestra dirección y asuntos contenidos en la revista en multitud de buscadores, de forma que se facilite a muchas personas, que cuando buscan orientación a través de los mismos, acerca de los temas tratados por Arbil, la respuesta aparezca fácil. Su objetivo es alcanzar una mayor difusión de los contenidos del mensual en los foros más amplios. El resultado es notorio, encontrándose referencias a artículos de nuestra publicación en múltiples buscadores.

 

9.             Conferencias, tertulias y campañas. Otra experiencia de comunicación.
Una de las actividades realizadas con mayor continuidad por Foro Arbil ha sido la convocatoria de conferencias y tertulias en diversas ciudades de España. Las conferencias se convocan contando con la presencia de una figura de prestigio, estando abiertas al público en general. Las tertulias tienen un sentido más interno  de cara a la vida del Foro. La celebración de ambos tipos de eventos culturales, formativos de opinión en definitiva, se vienen realizando en función de la iniciativa, capacidad y recursos de los grupos locales. Han destacado en ello los de Barcelona, Bilbao, Madrid, Santiago de Compostela, Valladolid y Zaragoza.
    Se ha pretendido que tales actos tuvieran una trascendencia informativa, para lo que se ha cuidado las relaciones con diversos medios de comunicación. En cualquier caso, ha sido Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica el medio que ha recogido, puntualmente, los contenidos más sobresalientes de dichas conferencias y tertulias.
Tales actos se han realizado, bien en solitario, bien en colaboración con diversas entidades, caso de Profesionales por la Ética, Nasciturus y Asociación Católica de Propagandistas.
Recordaremos los nombres de los conferenciantes. En Madrid, entre otros: Gonzalo Fernández de la Mora (ex ministro), Carlos Ruíz Soto (ex parlamentario de AP), Alfredo Sánchez Bella (ex ministro), Antonio Martín – Beaumont (licenciado en Ciencias Políticas), Jesús Cardenal (fiscal general del estado), Javier Echanove (dr. Filosofía y Letras), José Norberto Uzal (licenciado en Derecho).
En Bilbao nos acompañaron, entre otros, Alvaro Maortua (ingeniero naval), Antonio San Martín (médico), Javier de las Rivas, Carlos Ibañez (ingeniero industrial, presidente CTC Vizcaya), Adolfo Careaga (abogado, ex presidente de UCD Vizcaya), José Luis Orella (historiador), Iñaki Ezkerra (escritor, Foro de Ermua), Nacho Doñoro (capellán castrense) y Nacho Uruñuela (abogado, cofundador de AP).
En Santiago de Compostela destacaron: Benito Santos (coronel, periodista y sacerdote), Julián Barrio (Arzobispo de Santiago), José Antonio Constela (presidente del Consejo de la Juventud de Galicia), Gerardo Conde (presidente de la Asociación Gallega de Familias Numerosas), Javier Marco (catedrático de la Universidad de Santiago), Francisco Pasadela (abogado), Ignacio Sánchez – Ocaña (licenciado en Farmacia), Angel José Porto (ex procurador, ex alcalde, ex presidente de la Diputación), Mario Clavell (catedrático Lengua), José María Amado (dr. Historia), Pablo Rodríguez (licenciado Filosofía), Agustín Dosil (catedrático Psicología y presidente de CONCAPA), Marta Tarasco (dra. Foniatría y Andrología), Julio Alonso (psiquiatra), José Carlos Fernández (coordinador de actividades culturales del Liceo La Paz de la Coruña) y Javier García (Profesor).
A Valladolid acudieron, entre otros: Aleix Vidal-Quadras (catedrático de Física Nuclear, político), Ricardo Martín de la Guardia (profesor titular de Historia contemporánea del mundo, Universidad de Valladolid) y Jesús Gallego (abogado).
En el último curso, los invitados en Barcelona fueron: Aleix Vidal-Quadras (eurodiputado), Salvador Aragonés (director en Cataluña de europa Press), Joan Fontrodona (empresario, profesor titular de Ética en IESE) y José Mª. Simón (presidente de la asociación Médicos Cristianos de Cataluña).
Igualmente se han organizado dos cursos de verano: En la localidad de entrena (La Rioja) en julio de 1996 y en Madrid (Influencia de las elites en la sociedad) en junio de 1997.
La celebración de estas actividades, con su reflejo informativo, ha supuesto una experiencia de comunicación de la que debemos extraer mayor partido en el futuro.

 

10.         Impulso y participación de campañas de opinión.
            Igualmente se ha querido colaborar, a partir de la base de datos de direcciones de e-mail, en la realización de múltiples campañas, tanto a nivel de correo electrónico, como de cartas al director, telegramas, escritos de protestas, etc. Tales iniciativas han sido impulsadas y promovidas por otras asociaciones y entidades, caso de la Escuela de Liderazgo Social y Político de Valencia, diversos grupos Pro - vida, etc.

 

11.         Apoyo a otras asociaciones e iniciativas católicas en internet: asesoramiento técnico a diversas web.
El contacto y relación con numerosas personas, de forma progresiva, ajenas a Foro Arbil pero con las que se mantiene afinidad en diversos aspectos, ha llevado a que el técnico especialista en informática de Foro Arbil haya realizado una extraordinaria labor de creación, asesoramiento y colocación de páginas web de diversas asociaciones y personas de medios sociológicos católicos. Es el caso de Noticias de la ONU, Círculo Nuevo Criterio, Página de Hispanidad, etc.
           
12.         Características generales de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica:
Vamos a intentar reflexionar en torno a toda esta labor realizada hasta el momento, con el objetivo de extraer conclusiones caracterizadoras de la misma, previo esfuerzo de abstracción, en las que radican las razones del positivo balance que podemos realizar sobre el trabajo de estos años.

 

12.1.        Altruismo.
Los miembros del Consejo de Redacción trabajan de forma gratuita, al igual que los diversos autores que han contribuido con su aportación a la labor informativa de la publicación. Conforme la concepción tradicional católica, es la caridad el motor de esta empresa. No se busca el lucimiento personal, ni la promoción de determinados autores. Se pretende realizar un servicio a la verdad, a la Iglesia católica, conscientes de que la formación y la información son herramientas fundamentales para afrontar los retos del mundo actual.

 

12.2.        Calidad.
De poco serviría la publicación si ésta no fuera accesible al mayor número de posibles personas interesadas en los temas tratados en la misma. Para ello, se siguen unos criterios estéticos y funcionales sencillos pero que proporcionan agilidad en el acceso y en las consultas. Entendemos, pues, que el trabajo gratuito no está reñido con la calidad en fondo y forma de la publicación.

 

12.3.        Búsqueda de respuestas a los retos de la actualidad.
Con la referencia realizada en otro apartado a los prestamos de artículos procedentes de otras publicaciones, se descubre una de las preocupaciones más presentes en estos años: poder afrontar con un juicio católico los retos culturales, tecnológico, éticos y políticos del mundo que nos ha tocado vivir. Y ello con el respeto, el rescate y la valoración de los autores clásicos del pensamiento católico.

 

12.4.        Vocación de servicio.

El motor último de nuestro trabajo es la vocación de servicio de las personas implicadas en esta peculiar empresa: redactores, técnicos, autores. Las características anteriores casan perfectamente en esa vocación, única receta mágica de la publicación. Se trata, en definitiva, de una vocación al servicio de la comunidad católica de habla española.

 

12.5.        Fidelidad al Magisterio.
No se puede dar lo que no se tiene. Como católicos, tenemos unas referencias doctrinales, humanas e intelectuales, muy claras. No buscamos la originalidad, ni el lucimiento personal. No nos gustan las piruetas intelectuales, las intuiciones geniales. Nuestro norte es uno: Jesucristo y su Iglesia, de la que formamos parte. Por ello, el conocimiento del Magisterio y su difusión han sido criterios rectores de la labor de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica.

 

12.6.        Especialización técnica.
La calidad de la que hablamos anteriormente, no es posible sin un buen conocimiento y empleo de los recursos técnicos precisos para una publicación de internet en constante actualización. Por ello, pese a la sencillez formal, se han recurrido a múltiples programas como complementos para una optimización del medio empleo.

 

12.7.        Proyección en Hispanoamérica.
Un porcentaje importante de nuestros lectores es el de los hispanoamericanos del otro lado del Atlántico. Méjico, Argentina, Chile, Estados Unidos. En numerosas web allí elaboradas se han reproducido artículos de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica. Tal vez el caso más llamativo sea el de apologetica.org, vinculada al joven y pujante Instituto del Verbo Encarnado, nacido en Argentina, que ha reproducido en la misma unos 50 artículos procedentes de nuestra revista. Otro termómetro que nos permite concluir esa estima de nuestra revista en aquellos países hermanos, lo constituyen los numerosos e-mail recibidos, tanto en la redacción de la revista, como en el caso de los autores que lo incluían en sus artículos, solicitando ampliación de ideas allí contenidas, direcciones, opiniones o, simplemente, felicitando por textos o juicios muy concretos. 

 

12.8.         Una historia de amistad.
En definitiva, y como resumen de todas estas características que adornan nuestra revista digital, señalaremos que es la amistad la base de nuestro trabajo. La amistad entre unas personas que se prolonga en el tiempo, a través de los años y de circunstancias personales, políticas y profesionales muy dispares. Y el agradecimiento derivado de ese regalo y esa realidad que nos sustenta en el trabajo de Arbil.

 

13.         El futuro de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica.
La publicación está íntimamente vinculada a la salud de la asociación que la impulsa. Su futuro, por ello, pasa necesariamente por el de la asociación. Nació con vocación de servicio, con ánimo evangelizador, y voluntad de continuidad.
Con ese ánimo continuamos; por lo que el deseo del Consejo de Redacción, integrantes de Arbil y todos los amigos que hacen posible Arbil, es persistir con esta labor. Abiertos a las nuevas realidades que el mundo nos presenta cada día, guiados por nuestros pastores. No nos faltan ideas y proyectos. Así, por ejemplo, uno que en breve se materializará es el de la elaboración de una web para los amigos navarros de Arbil, como un servicio concreto que pretende proporcionar un juicio claro sobre la realidad social, política y espiritual de Navarra y sus relaciones con el País Vasco y el resto de España.

 

14.         Reflexiones finales: un servicio a la Iglesia católica.
Amistad, calidad, caridad. Estas palabras, que bien pueden resumir el trabajo de Arbil, tienen su perfecta acogida en un lugar concreto: la Iglesia católica. Por ello, y por el agradecimiento de cada uno de nosotros ante los dones recibidos, queremos corresponder, modestamente, con este instrumento de servicio a la misma Iglesia, de la que esperamos su calor y su orientación.