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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

Implantación y expectativas de la «ideología de género» en España

Implantación y expectativas de la «ideología de género» en España

Se vienen sucediendo en España, en los últimos meses, diversos debates en torno a la implantación nacional de la custodia compartida en el ámbito paterno-filial, la legislación abortista, diversas normas elaboradas por el Partido Popular en torno a la denominada «violencia de género», etc. Tales cuestiones derivan, en mayor o menor medida, del hecho incuestionable de la imposición, desde hace ya varios quinquenios, de una agenda de ingeniería social derivada de la tan mencionada -como desconocida- «ideología de género». Enunciaremos a continuación, brevemente y a modo de tesis, su naturaleza y alcance en la España de hoy.

+ La ideología de género es la construcción filosófica y de acción impulsada por el progresismo en España, y en todo el mundo, transformando nuestra nación aceleradamente en un extenso y multidisciplinar laboratorio social.

+ Esta ideología puede considerarse como la última metamorfosis del marxismo, trasladando la lucha de clases a la denominada «guerra de sexos» y al seno de la institución familiar; en el horizonte utópico de una sociedad emancipada de toda atadura «autoritaria» individual o social.

+ El conjunto de medidas legales, sociales, culturas y mediáticas, empleadas a tal fin, persigue una sociedad individualista, atomizada, materialista por antonomasia, en la que los valores propios de la civilización occidental –patriotismo, jerarquía, familia, autoridad, religión, responsabilidad- sean sustituidos por los «contravalores» relativistas del ejercicio libérrimo de la voluntad individual, la autodeterminación sexual al margen de la naturaleza, la emancipación de toda forma de autoridad «tradicional», el hedonismo y el consumismo. Tal conjunto de medidas configura la denominada agenda de la «ingeniería social» del progresismo.

+ La transformación antropológica derivada de tal proceso –no en vano implica un cambio total de mentalidad y del autoconcepto de la persona- es la culminación de una larga historia revolucionaria que, desde hace siglos, pretende eliminar a la familia y a la Iglesia, así como toda otra forma de comunidad orgánica que pueda sustentar valores ajenos e incompatibles con los que los poderes económicos y la élites intelectuales determinan hoy día desde lo «políticamente correcto»; implantándola mediante la seducción de modas pasajeras y la acción coactiva de los medios del Estado.

+ Existe todo un lobby ultrafeminista que, en conjunción con el lobby gay y en concordancia con los proyectos neomalthusianos de diversos centros de poder internacional, caso de la Fundación Rockefeller y los nuevos filántropos antinatalistas como Bill Gates, han diseñado una agenda táctica de ingenierías social en la que España es laboratorio pionero.

+ El «hembrismo» imperante hoy día en España es la expresión «popular», cotidiana y en el plano de las costumbres de la agenda desarrollada por la ideología de género.

+ Esta ingeniería social está segregando «bolsas» de sufrimiento colectivo (hijos sin padres, varones marginados de la vida de sus hijos, menores dañados psíquicamente, niños abortados y sus efectos colaterales, hombres denunciados falsamente, etc.) que incipientemente configura un frente de resistencia a la ideología de género hegemónica; que puede confluir tácticamente en sus reivindicaciones con entidades más veteranas, como los grupos de defensa de la vida en toda su extensión, las asociaciones familiares, determinados movimientos religiosos…

+ Los grandes espacios de confrontación social, fruto de la agenda radical-progresista, son: la custodia compartida; la lucha en torno a los límites legales y en la práctica del aborto; los efectos y reconocimiento del Síndrome de Alienación Personal; la defensa de la familia entendida como la unión de hombre y mujer con la pretensión de permanencia en el tiempo y con una finalidad también reproductiva; la eliminación de las discriminaciones positivas y penales establecidas en favor únicamente de algunas mujeres; cambios legales y en los protocolos policiales que eliminen el maltrato arbitrario y sistemático al que son sometidos los varones denunciados sin apenas base fáctica en el ámbito familiar; la reinterpretación de la mal llamada violencia de género en el más omnicompresivo y desideologizado concepto de violencia doméstica.

+ Toda la izquierda hace frente común impulsando la ideología de género en sus distintas campañas y fases de implantación. Las fuerzas políticas nacionalistas radicales o moderadas (salvo Unión Democrática de Cataluña), secundan esta agenda social.

+ El Partido Popular, que venía realizando aisladas y poco decididas declaraciones de intenciones en oposición a algunas campañas de la agenda de ingeniería social (aborto, custodia compartida), ha renunciado a la «batallas de las ideas» y a los valores propios de su electorado; éste en buena medida alineado con el «frente de resistencia» antes mencionado. Es más, ha asumido, incluso, como propio, el lenguaje característico de la ideología de género, moviéndose a rebufo de esa agenda. Debe señalarse que algunas militantes del Partido Popular se caracterizan por su activismo radical-feminista a nivel de servicios sociales de base, gabinetes judiciales psicosociales, puntos de encuentro, ponencias parlamentarias y vocalías municipales «de igualdad». Por otra parte, el Partido Popular no ha adoptado medida alguna que pudiera favorecer el fortalecimiento o mantenimiento de la institución familiar; garantía del imprescindible relevo generacional que precisa toda sociedad que contemple como bien deseable su propia supervivencia.

+ Sorprendentemente, el único partido con cierta presencia institucional y mediática que ha desarrollado algunas iniciativas de cierto calado, cuestionando precisas actuaciones y a la misma base de la filosofía de la ideología de género, es Unión, Progreso y Democracia; agrupación de raíz izquierdista, laicista y conciertos tics anticatólicos. Esta aparente contradicción expresa la quiebra del sistema político español que ha dejado huérfano de líderes y partido a uno de sus sectores más vitales y creativos: la «derecha social».

 + La agenda de la ideología de género no se ha planteado –ni técnica ni doctrinalmente- modificar los roles sociales y familiares de algunas agresivas colectividades de base religiosa instaladas recientemente en España; caso de la musulmana. Su inhibición, cuando no explícito apoyo, ante determinadas prácticas de la «sharia» entre sus adeptos, es fruto de los complejos de inferioridad y sentimientos de culpabilidad de la izquierda -que han generado la inciertamente denominada «multiculturalidad»- en conjunción con su odio a la tradición judeocristiana de Occidente.

+ El papel que puede y debe jugar la derecha cultural española, en este contexto, es el de proporcionar, junto a otros actores sociales, instrumentos intelectuales de análisis que desenmascaren las maniobras orquestadas desde el poder, al servicio de la ideología totalitaria, irracional y destructiva de género. Pero ello únicamente podrá realizarse reivindicando y proponiendo formas comunitarias de vida orientadas al bien común, la armonía, el desarrollo social, y la felicidad personal y colectiva, en el marco de unos valores sólidos y operativos.

 

http://www.diarioya.es/content/implantación-y-expectativas-de-la-«ideología-de-género»-en-españa

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