¿Un gramscismo católico?
La “Compañía de las Obras” representa un eslabón actual en la larga historia de la presencia social de los católicos. Constituye una forma novedosa de creación de cuerpos intermedios, conforme a los principios de la Doctrina Social católica, derivada de una vivencia integral de la fe ante los retos cotidianos de la vida.
La “metapolítica”.
La década de los años 80 aportó, procedente de Francia fundamentalmente, cierta novedad: un método de trabajo cultural atractivo, una propuesta de acción “metapolítica” totalizante, un discurso “gramsciano” de derechas que suscitó interés, en particular, en desengañados de la estéril praxis política de las llamadas “fuerzas nacionales” y en otros ambientes.
Ya en 1.979 Planeta editó el libro “La nueva derecha” de Alain de Benoist. En 1.983 sale el primer número de la revista “Punto y Coma” y Ediciones de Nuevo Arte Thor lanza su colección de libros “El laberinto”. En 1.984 se edita el primer número de “Fundamentos para una nueva cultura”. En 1.985 se intenta crear una asociación en esa línea: el “Centro de Estudios para la Recuperación de la Cultura Europea”, que naufragó al poco tiempo.
Se trató de un fenómeno pasajero. De todo ello persisten algunas páginas web en internet y las revistas “Hespérides” y “Prometeo”, que tras la crisis sufrida por esa “Nueva Derecha”, retoma algunos de sus temas centrales y planteamientos fundamentales. Unos pocos quedaron atrapados en esa telaraña, asumiendo métodos, formas y contenidos de la misma, llegando a comulgar con el explícito paganismo subyacente en esas propuestas de la Nueva Derecha, en abierto rechazo al cristianismo (entendido como causa última del denostado igualitarismo, origen -a su juicio- de la decadencia europea).
Algunos consideramos, en su día que, rechazando el paganismo y muchas de sus posiciones ideológicas, la metodología planteada era interesante: trabajar el mundo de la cultura para que, a largo plazo, se facilitara un cambio de mentalidad y valores que pudiera favorecer una transformación social, incluso política.
De todo ello podemos extraer una enseñanza: la importancia del “trabajo cultural” –su elaboración y difusión- en la sociedad moderna por parte de cualquier concepción vital que pretenda ser globalizante y transformadora.
Comunión y Liberación.
También en los años 80 se empezó a conocer la labor social, cultural y política que desarrollaban los hombres y mujeres del movimiento católico “Comunión y Liberación” en Italia y que, por entonces, comenzaba a difundirse también en España.
En Italia estos católicos comprometidos no sólo no desdeñaban la lucha política directa, sino que la practicaban a través de una corriente organizada, inserta en la histórica D.C.: el “Movimento Popolare”, que capitalizó buena parte de las energías empleadas por ese entorno en aquellos años, sin descuidar múltiples iniciativas educativas, sociales, caritativas, culturales y de medios de comunicación.
La “Compagnia delle Opere”.
En los años 90, la fase madura de presencia social de esos católicos en la vida pública italiana, ya disuelto el “Movimento Popolare”, generó la “Compagnia delle Opere” (CdO), que ya existía con anterioridad.
Se trata de una asociación sin ánimo de lucro constituida el 11 de julio de 1.986, que reúne actualmente a más de 10.000 socios de todo tipo: medios de comunicación, pequeñas y medianas empresas, obras caritativas, entes culturales, centros educativos, ONGs, personas físicas, cooperativas productivas y de servicios, gabinetes profesionales y diversas empresas sin ánimo de lucro.
El artículo 4 de sus estatutos señala que tiene por finalidad “promover el espíritu de mutua colaboración y asistencia para una mejor utilización de recursos y energías, para ayudar a la inserción de jóvenes y parados en el mundo del trabajo, en continuidad con la presencia social de los católicos a la luz de las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia”. Y en ese empeño también participan católicos que no forman parte de CL, así como no católicos.
La adhesión a esa asociación no implica participación accionarial ni control en la gestión de cada uno de los entes.
La CdO ha sido eje, en estos últimos años, de algunas batallas civiles que, bajo el slogan de “Más sociedad, menos Estado”, se han planteado en el mundo de la educación y por el reconocimiento del principio de subsidiariedad en Italia.
Quienes hayan asistido al “Meeting per l’amicizia fra y popoli”, una imponente manifestación cultural organizada por estos católicos que desde hace 20 años se desarrolla en el mes de agosto en la localidad adriática de Rimini, habrán podido observar atónitos un espectáculo multitudinario, desbordante en iniciativas de todo tipo, con un entusiasmo y una alegría contagiosa, generalmente ausentes en los ambientes católicos españoles.
Constituye, pues, una fórmula novedosa de acción social de los católicos en el tejido de la sociedad italiana, con una clara conciencia de pertenencia y de pueblo, que retoma la impresionante tradición católica de creatividad e iniciativa social.
La CdO en España.
José Miguel Oriol, presidente de la Compañía de las Obras en España, al constituirse la misma en julio de 1.998, resumía su filosofía en que “la CdO nace abierta al mundo con la conciencia de querer ser la expresión de la acción de Otro; nuestra única tarea es la de poner nuestra audacia ingenua al servicio de la Gracia”. Todo lo contrario, pues, de un frío análisis cultural y estratégico que pudiéramos calificar de gramsciano.
Por otra parte, otras características diferencian a la Nueva Derecha de la CdO. Así, la Nueva Derecha es elitista y voluntarista. La Cdo, al igual que muchas de las iniciativas sociales católicas, es popular y con una marcado sentido de pertenencia.
En España, esta realidad, aunque muy reciente y numéricamente mucho más pequeña que la italiana, no ha pasado desapercibida, en su nacimiento, para algunos medios de comunicación. Así la revista “Tribuna”, en un artículo publicado el 21/07/99, calificaba a esta asociación como “la patronal religiosa”, siendo su finalidad la de controlar miles de empresas españolas; calificándola de “grupo de presión”.
Ni la perspectiva “gramsciana”, ni el juicio “políticamente correcto” de la citada revista, explican iniciativa semejante.
La Iglesia en acción, al afrontar sus hombres y mujeres los problemas cotidianos de la familia, la educación, la economía y la sociedad; permite afrontar la realidad con realismo, generando una creatividad asociativa a todos los niveles. La fe, si se vive de forma no dualista, genera una presencia social en ámbitos dispares que pueden ser ocasión de testimonio y evangelización. Sin duda tal concepcíon contrasta con el papel que los poderes dominantes hoy día conceden a la religión: limitar su incidencia al reducto íntimo de la conciencia individual, negando su incidencia incluso en el ámbito familiar.
La historia de la Iglesia nos muestra cómo muchas de sus obras surgieron fruto, no de fríos cálculos teóricos o estratégicos, sino de una vivencia integral de la fe. Esa vivencia genera un pueblo que encarna, en la vida social, a la Iglesia de una forma reconocible y atractiva. Y como elaboración teórica posterior a esa presencia social, está la Doctrina Social de la Iglesia; no como postura o reducción ideológica, sino como reflexión autocomprensiva.
En la, ya dos veces milenaria, historia de la Iglesia tenemos un enorme número de ejemplos de la creatividad aludida; que, por otra parte, se anticiparon en muchos años a las soluciones planteadas posteriormente desde otros ámbitos sociales o desde el estado. Sin duda, todo ello, expresión de la viveza proporcionada por la pertenencia al pueblo católico.
En este artículo hemos visto de cerca la CdO como un ejemplo más de esa larga cadena que constituye en la historia la presencia social del catolicismo; por ser una realidad actual y cláramente reconocible.
La dirección en internet de la página web de la CdO en España es: http://www.teleline.es/personal/cdoesp
Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 28, enero de 2000
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