Entrevista en el semanario Alba: El nacionalismo radical nunca renunciará a sus pretensiones
El pasado lunes 22, el ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja presentó el libro “La tregua de ETA: mentiras, tópicos, esperanzas y propuestas” en la Casa de América. ¿El objetivo? Poner negro sobre blanco las contradicciones del mal llamado ‘proceso de paz’ del gobierno en Euskadi.Según el CIS, la cifra de españoles escépticos ante el ‘proceso de paz’ con ETA asciende a un 53%. Entre ellos se encuentran los integrantes del Foro El Salvador, el único grupo que trabaja por la paz en el País Vasco desde una óptica cristiana. Entre sus aportaciones, este libro, realizado al alimón con la revista electrónica Arbil. Una obra colectiva en la que han participado -entre otros muchos- Fernando Vaquero.
Por el título de la obra, da la impresión de que Uds. desconfían del alto el fuego de ETA. ¿Consideran que nos encontramos de nuevo ante una tregua trampa?
Puede que no se trate de una tregua trampa, tal y como la conocimos años atrás. Pero también es posible que estén buscando reorganizarse. En todo caso, sus objetivos han quedado claros: ‘autodeterminación y territorialidad’. Eso significa independencia y Navarra. Su objetivo es la defensa de unos objetivos políticos.
El PP ha dicho que "no se dan las circunstancias" para iniciar un proceso de negociación. ¿Qué "circunstancias" deberían de darse para tal fin?
La coherencia del Partido Popular –y del PSOE- únicamente puede llevarles a una postura: un proceso de negociación que contemple el abandono definitivo del terrorismo dentro de los cauces legales, sin precio político alguno, y en respeto del Estado de Derecho. Su objetivo: la disolución de ETA y la eliminación de todas las formas de violencia terrorista. Desde esta perspectiva, no se dan las circunstancias deseables.
El secretario general del PSE, Patxi López, ha asumido el discurso de la AVT de buscar la ‘memoria, la dignidad y la justicia’ de las víctimas. ¿Le parece sincero cuando al mismo tiempo señala que hay que mirar a las víctimas por el retrovisor, pero con la mirada puesta en el futuro?
Patxi López sabe de lo que habla. Conoce a muchas víctimas: compañeros de partido y amigos suyos han sucumbido bajo las balas. Pero su mirada política parece insertarse en el “buenismo” de Rodríguez Zapatero; por lo que propugna el inicio de un proceso político que “sin cepillarse el Estatuto ni la Constitución” encuentre un “nuevo marco de convivencia”.
La AVT ha anunciado que no comprarán su silencio con una mención en el preámbulo constitucional y que no aceptarán que sus familiares hayan muerto para nada. ¿Sospecha Ud. que más que en un proceso de negociación nos encontramos ante un proceso de rendición?
No quisiera creerlo. Es más, no debiera haberse planteado nunca de tal manera: ETA estaba acorralada; Batasuna ilegalizada; la “kale borroka” minimizada; se respiraba más seguridad que nunca… ¿Rendirse? Si se estaba implantando el Estado de derecho, después de 30 años de entrada en vigor de la Constitución, no se precisaba de un “proceso” que únicamente aporta confusión e incertidumbre. Pero el PSOE está preso de sus compromisos, de sus contradicciones y de sus indefiniciones, y plantea un estado confederal ‘de hecho’. Lo que parece ignorar es que los nacionalistas radicales nunca renunciarán a sus pretensiones.
¿Cuál es su pronóstico para la manifestación del próximo 10 de junio convocada por la AVT? ¿Cómo va a ser percibida por el gobierno? ¿Confía Ud. en que el gobierno escuche esta vez la voz de la calle?
El Gobierno está condicionado por el “proceso” con ETA. Y si éste no desemboca en una situación estable y definida, será castigado electoralmente. Salgan a la calle cien mil o un millón de personas, difícilmente cambiará de trayectoria.
Mons. Blázquez hizo unas recientes referencias al perdón cristiano. Señaló que no era exigible, pero si plausible. ¿Cómo debe de interpretarse la frase de Juan Pablo II de que no habrá paz sin justicia, ni justicia sin perdón?
El hombre es una unidad y su división interna le destruye. Algo parecido sucede con la sociedad. Paz, justicia y perdón son exigencias y experiencias inseparables. No obstante, el “perdón”, tal y como se entiende generalmente hoy, no coincide exactamente con el perdón cristiano, que tiene un alcance que traspasa a la propia personalidad y a la misma naturaleza humana. En estas circunstancias, que las víctimas ofrezcan perdón sería heroico. Perdonar, desde la verdad cristiana, es deseable, pero siempre es un milagro. Un milagro que los creyentes debemos pedir sin que eso signifique renunciar a la justicia.
¿Qué papel juega el Foro de El Salvador como organización cristiana por la paz en el País Vasco?
Llegó como un “hijo inesperado” a la familia eclesial. Muchos cristianos y no cristianos reclamaban una presencia valiente, clara y profética, que les afirmara en sus certezas e indicara un camino “humanizador” por evangélico. No obstante, dentro de la propia familia deberían cambiar muchas miradas y actitudes. Y el nacionalismo de algunos, la cobardía de otros, la comodidad de muchos, son obstáculos importantes.
¿Qué papel puede jugar la Iglesia vasca en el 'proceso de paz'?
La Iglesia -lamentablemente- ya no es el “cemento” de esta sociedad. Algunos clérigos pudieran tener cierta ascendencia entre todos los sectores políticos.
¿Qué valoración hace del 'trabajo' realizado por el sacerdote redentorista Alec Reid?
No me preocupa que un sacerdote participe en estas cuestiones. Pero en el caso del P. Alec Reid, francamente, creo que ha perseguido aquí un protagonismo del que no hizo gala en el Ulster.
Por Luis Losada Pescador
Semanario Alba, Nº 87, del 2 al 8 de junio de 2006. Página 14.
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