Más allá de las versiones oficiales: 11 M. Los perros del infierno.
Las versiones oficiales acerca de lo acaecido el 11 de marzo en Madrid, especialmente lo difundido respecto a autores y motivos reales de la masacre, no resuelven algunas notables lagunas y contradicciones. El libro, 11 M. Los perros del infierno, tampoco las aclara definitivamente, pero proporciona algunas inquietantes claves interpretativas que no es posible obviar.
El título y subtítulo, del libro que aquí reseñamos (ya en librerías al mes y medio de la masacre), resumen sus ideas nucleares. Su título: 11 M. Los perros del infierno; calificando así Mahoma a aquellos malos musulmanes que, aparentando ser fieles ortodoxos y estrictos, perjudican al Islam con sus actos.
Veamos el subtítulo: En el terrorismo internacional nada es lo que parece. Así, si seguimos la recomendación que se deduce, habrá que ejercitar un gran sentido crítico al analizar los hechos acaecidos el 11 M, considerando dos tipos de orientaciones:
1. Una especial valoración de las posibles contradicciones e incongruencias existentes en las versiones oficiales; probables claves de una verdad velada.
2. Tener presente que un acto, o campaña terrorista, siempre repercute positivamente en algo o alguien. Y no siempre serán los terroristas, ni sus objetivos, los más beneficiados. Por ejemplo, la motivación reivindicada por los terroristas islámicos del 11 S, “golpear el corazón de la América imperialista”, puede ocultar otro objetivo, el auténtico, establecido por un poder oculto: así, conforme arriesgadas explicaciones, que circulan en libros e Internet, su razón última pudiera ser la ruptura del aislacionismo norteamericano y situar a la avanzadilla yanqui en Asia central, con el objetivo de controlar estratégicos yacimientos petrolíferos, asegurando su autonomía energética durante décadas.
El autor sabe de lo que habla. Y así lo confirma narrando algunas sorprendentes experiencias vitales. En su juventud militó en el entorno de los grupos de exiliados neofascistas italianos, tanto en España como en Francia. Así padeció -en primera persona- la monumental manipulación organizada por servicios secretos que, mediante la instrumentalización de esos inexpertos jóvenes extremistas, impulsaron la llamada “estrategia de la tensión”; cuyo objetivo final era apuntalar al centro izquierda italiano y, tal vez, encaminar a ese país hacia una salida presidencialista.
Pero, además, el autor, en su aventura americana, participó en maniobras de intoxicación y desinformación organizadas por determinados servicios estatales sudamericanos. Por ello, bien puede afirmar que conoce los dos lados de una de las realidades más opacas del mundo contemporáneo: el papel real e inconfesable de los servicios secretos.
Semejante “curriculum” puede prevenir –incluso asustar- a cualquiera. Pero ello no es impedimento para que sus aportaciones puedan valorarse, en muchos aspectos, como cargadas de una dramática autoridad que otros autores carecen.
La hipótesis central de este libro es la siguiente. El terrorismo, asegura, ha sido provocado o manipulado en muchas ocasiones, desde concretos servicios secretos, con el objetivo de alcanzar otros objetivos políticos (de trascendencia nacional o internacional), más allá de los pretendidos por los propios terroristas. Naturalmente, tales objetivos no se habrían consumado en condiciones “normales”; por ello había que trastornarlas.
Para ilustrar esa hipótesis, el autor se extiende en el caso de la “estrategia de la tensión” desarrollada en Italia en los años 70 y 80 del pasado siglo; no en vano, ya lo hemos indicado, él mismo la experimentó de forma directa.
Igualmente, al objeto de proporcionar una perspectiva global a su hipótesis, reflexiona en torno a la situación política interna española, tanto la anterior como la consiguiente al 11 M, insistiendo en las consecuencias tácticas y estratégicas de la arriesgada opción en política exterior de Aznar.
Otro aspecto que analiza extensamente es el referido a las incongruencias que figuran en la versión oficial policial del 11 M: no es comprensible, por ejemplo, que unos supuestamente peligrosísimos terroristas internacionales cometan tan considerable suma de errores fatídicos (más propios de principiantes) que les lleva a una rapidísima desarticulación, y a su propia muerte; desapareciendo, de paso, rastros decisivos para el esclarecimiento de la trama y sus testigos más cualificados. Ya, algo parecido ocurrió en el 11 S, al igual que con motivo de los atentados de Casablanca. Se consiguió aterrorizar a la población, causar numerosas víctimas inocentes; pero además se desataron unas poderosas fuerzas que perseguían sus propios objetivos: estructurar una coalición internacional liderada por Estados Unidos e intervenir en Afganistán e Irak, en un caso, y frenar el ascenso del partido legal fundamentalista en Marruecos, en el otro.
También desfilan, por el libro, los terroristas de ETA, los montoneros argentinos, los maoístas italianos, y el oscuro -nunca aclarado del todo- papel de la logia masónica “Propaganda 2” en esa “estrategia de la tensión” que no poco tuvo que ver con los atentados terroristas de entonces...
Nos habla, brevemente, de los orígenes históricos del terrorismo. Y, para explicar cómo es posible instrumentalizar a un grupo, empujándolo hacia el terrorismo, describe algunas técnicas de manipulación colectiva por el terror y diversas posibilidades de las operaciones psicológicas y de control mental (guerra de baja intensidad, manipulación de masas, intoxicaciones informativas, técnicas subliminales…).
Buscando la aproximación a una síntesis integradora de todo lo anterior, realiza algunas consideraciones en torno a los cambios acaecidos en el escenario político internacional global, en el del Mediterráneo occidental y, lógicamente, en el español; para determinar el impacto real de estos brutales atentados. Por sus consecuencias puede conocerse a los verdaderos instigadores de los atentados, nos asegura el autor. Y son muchas las que se han desencadenado desde aquel fatídico 11 M.
El anexo final desmitifica diversos casos asociados al terrorismo internacional: el misterio del ántrax, el llamado “comando Meliani”, la denominada “célula de Hamburgo”, el caso del “avión de Binter”, el humorísticamente conocido como “comando Dixán”, el papel checo en la determinación de la supuesta pista iraquí, y las complejas y no siempre lineales relaciones entre salafismo, wahabismo e Islam oficial.
Pero el autor no aventura una precisa hipótesis final alternativa a las oficiales. Nos sintetiza, eso sí, unas interesantes claves en las 24 conclusiones recogidas en sus páginas 232 a 237. Pero, realmente, no proporciona una explícita explicación integradora. Por ello, la lectura del libro es, en parte, desalentadora.
Planea sobre este libro un poderoso interrogante. Si Al Qaeda, actualmente, es objeto de una feroz persecución militar y antiterrorista desde los ejércitos y servicios secretos más poderosos del mundo, si esa organización ha sido estrangulada económicamente, si ha perdido sus efectivos más cualificados, ¿cómo es posible que mantenga, supuestamente, semejante capacidad destructora en lugares tan distantes del globo? Es más, los diversos grupos–franquicia de Al Qaeda, realmente, ¿están vinculados formal y materialmente a esa entidad, o son objeto de una maquiavélica manipulación, de poderosos servicios secretos, con inconfesables objetivos no islamistas?
Nuestro autor ha acertado en una de sus predicciones: los libros publicados en torno al 11 M se acumulan, hasta el punto de que es imposible leerlos todos y conciliar sus diversas hipótesis. Alguno de ellos destaca la presunta intoxicación informativa que habría beneficiado al PSOE; en otros se insiste en desvelar las supuestas mentiras del gobierno del Partido Popular; también encontramos libros, con teorías conspiracionistas, en los que los servicios secretos de Estados Unidos salen malparados; otros tienen un carácter descriptivo aderezados por el estilo del periodista narrador; y, por último, al menos un par de ellos, no podía ser menos, se centran en las víctimas y en los héroes anónimos del 11 M.
A esta inflación libraria se suman: novedosas informaciones periodísticas que “desvelan” aspectos parciales de la trama no siempre relevantes, y una Comisión parlamentaria que aparentemente más pretende limpiar la imagen de los grandes partidos que profundizar en la verdad.
En este contexto de progresiva confusión informativa, el libro que nos ocupa puede clarificar el panorama, proporcionando algunas claves interpretativas que no conviene perder de vista. Ese es uno de sus mayores méritos.
Y, en todo caso, hacemos propia una exigencia reiterada por el autor en su texto: que no se prive al pueblo español la verdad de lo realmente acaecido aquel trágico 11de marzo.
Autor: Ernesto Milà.
Editorial: PYRE (Barcelona).
Extensión: 302 páginas.
Precio: 22 euros.
Uno de los primeros libros sobre los atentados del 11 M.
El título y subtítulo, del libro que aquí reseñamos (ya en librerías al mes y medio de la masacre), resumen sus ideas nucleares. Su título: 11 M. Los perros del infierno; calificando así Mahoma a aquellos malos musulmanes que, aparentando ser fieles ortodoxos y estrictos, perjudican al Islam con sus actos.
Veamos el subtítulo: En el terrorismo internacional nada es lo que parece. Así, si seguimos la recomendación que se deduce, habrá que ejercitar un gran sentido crítico al analizar los hechos acaecidos el 11 M, considerando dos tipos de orientaciones:
1. Una especial valoración de las posibles contradicciones e incongruencias existentes en las versiones oficiales; probables claves de una verdad velada.
2. Tener presente que un acto, o campaña terrorista, siempre repercute positivamente en algo o alguien. Y no siempre serán los terroristas, ni sus objetivos, los más beneficiados. Por ejemplo, la motivación reivindicada por los terroristas islámicos del 11 S, “golpear el corazón de la América imperialista”, puede ocultar otro objetivo, el auténtico, establecido por un poder oculto: así, conforme arriesgadas explicaciones, que circulan en libros e Internet, su razón última pudiera ser la ruptura del aislacionismo norteamericano y situar a la avanzadilla yanqui en Asia central, con el objetivo de controlar estratégicos yacimientos petrolíferos, asegurando su autonomía energética durante décadas.
Un autor inquietante.
El autor sabe de lo que habla. Y así lo confirma narrando algunas sorprendentes experiencias vitales. En su juventud militó en el entorno de los grupos de exiliados neofascistas italianos, tanto en España como en Francia. Así padeció -en primera persona- la monumental manipulación organizada por servicios secretos que, mediante la instrumentalización de esos inexpertos jóvenes extremistas, impulsaron la llamada “estrategia de la tensión”; cuyo objetivo final era apuntalar al centro izquierda italiano y, tal vez, encaminar a ese país hacia una salida presidencialista.
Pero, además, el autor, en su aventura americana, participó en maniobras de intoxicación y desinformación organizadas por determinados servicios estatales sudamericanos. Por ello, bien puede afirmar que conoce los dos lados de una de las realidades más opacas del mundo contemporáneo: el papel real e inconfesable de los servicios secretos.
Semejante “curriculum” puede prevenir –incluso asustar- a cualquiera. Pero ello no es impedimento para que sus aportaciones puedan valorarse, en muchos aspectos, como cargadas de una dramática autoridad que otros autores carecen.
Contenidos del texto.
La hipótesis central de este libro es la siguiente. El terrorismo, asegura, ha sido provocado o manipulado en muchas ocasiones, desde concretos servicios secretos, con el objetivo de alcanzar otros objetivos políticos (de trascendencia nacional o internacional), más allá de los pretendidos por los propios terroristas. Naturalmente, tales objetivos no se habrían consumado en condiciones “normales”; por ello había que trastornarlas.
Para ilustrar esa hipótesis, el autor se extiende en el caso de la “estrategia de la tensión” desarrollada en Italia en los años 70 y 80 del pasado siglo; no en vano, ya lo hemos indicado, él mismo la experimentó de forma directa.
Igualmente, al objeto de proporcionar una perspectiva global a su hipótesis, reflexiona en torno a la situación política interna española, tanto la anterior como la consiguiente al 11 M, insistiendo en las consecuencias tácticas y estratégicas de la arriesgada opción en política exterior de Aznar.
Otro aspecto que analiza extensamente es el referido a las incongruencias que figuran en la versión oficial policial del 11 M: no es comprensible, por ejemplo, que unos supuestamente peligrosísimos terroristas internacionales cometan tan considerable suma de errores fatídicos (más propios de principiantes) que les lleva a una rapidísima desarticulación, y a su propia muerte; desapareciendo, de paso, rastros decisivos para el esclarecimiento de la trama y sus testigos más cualificados. Ya, algo parecido ocurrió en el 11 S, al igual que con motivo de los atentados de Casablanca. Se consiguió aterrorizar a la población, causar numerosas víctimas inocentes; pero además se desataron unas poderosas fuerzas que perseguían sus propios objetivos: estructurar una coalición internacional liderada por Estados Unidos e intervenir en Afganistán e Irak, en un caso, y frenar el ascenso del partido legal fundamentalista en Marruecos, en el otro.
También desfilan, por el libro, los terroristas de ETA, los montoneros argentinos, los maoístas italianos, y el oscuro -nunca aclarado del todo- papel de la logia masónica “Propaganda 2” en esa “estrategia de la tensión” que no poco tuvo que ver con los atentados terroristas de entonces...
Nos habla, brevemente, de los orígenes históricos del terrorismo. Y, para explicar cómo es posible instrumentalizar a un grupo, empujándolo hacia el terrorismo, describe algunas técnicas de manipulación colectiva por el terror y diversas posibilidades de las operaciones psicológicas y de control mental (guerra de baja intensidad, manipulación de masas, intoxicaciones informativas, técnicas subliminales…).
Buscando la aproximación a una síntesis integradora de todo lo anterior, realiza algunas consideraciones en torno a los cambios acaecidos en el escenario político internacional global, en el del Mediterráneo occidental y, lógicamente, en el español; para determinar el impacto real de estos brutales atentados. Por sus consecuencias puede conocerse a los verdaderos instigadores de los atentados, nos asegura el autor. Y son muchas las que se han desencadenado desde aquel fatídico 11 M.
El anexo final desmitifica diversos casos asociados al terrorismo internacional: el misterio del ántrax, el llamado “comando Meliani”, la denominada “célula de Hamburgo”, el caso del “avión de Binter”, el humorísticamente conocido como “comando Dixán”, el papel checo en la determinación de la supuesta pista iraquí, y las complejas y no siempre lineales relaciones entre salafismo, wahabismo e Islam oficial.
Pero el autor no aventura una precisa hipótesis final alternativa a las oficiales. Nos sintetiza, eso sí, unas interesantes claves en las 24 conclusiones recogidas en sus páginas 232 a 237. Pero, realmente, no proporciona una explícita explicación integradora. Por ello, la lectura del libro es, en parte, desalentadora.
Alguna conclusión.
Planea sobre este libro un poderoso interrogante. Si Al Qaeda, actualmente, es objeto de una feroz persecución militar y antiterrorista desde los ejércitos y servicios secretos más poderosos del mundo, si esa organización ha sido estrangulada económicamente, si ha perdido sus efectivos más cualificados, ¿cómo es posible que mantenga, supuestamente, semejante capacidad destructora en lugares tan distantes del globo? Es más, los diversos grupos–franquicia de Al Qaeda, realmente, ¿están vinculados formal y materialmente a esa entidad, o son objeto de una maquiavélica manipulación, de poderosos servicios secretos, con inconfesables objetivos no islamistas?
Nuestro autor ha acertado en una de sus predicciones: los libros publicados en torno al 11 M se acumulan, hasta el punto de que es imposible leerlos todos y conciliar sus diversas hipótesis. Alguno de ellos destaca la presunta intoxicación informativa que habría beneficiado al PSOE; en otros se insiste en desvelar las supuestas mentiras del gobierno del Partido Popular; también encontramos libros, con teorías conspiracionistas, en los que los servicios secretos de Estados Unidos salen malparados; otros tienen un carácter descriptivo aderezados por el estilo del periodista narrador; y, por último, al menos un par de ellos, no podía ser menos, se centran en las víctimas y en los héroes anónimos del 11 M.
A esta inflación libraria se suman: novedosas informaciones periodísticas que “desvelan” aspectos parciales de la trama no siempre relevantes, y una Comisión parlamentaria que aparentemente más pretende limpiar la imagen de los grandes partidos que profundizar en la verdad.
En este contexto de progresiva confusión informativa, el libro que nos ocupa puede clarificar el panorama, proporcionando algunas claves interpretativas que no conviene perder de vista. Ese es uno de sus mayores méritos.
Y, en todo caso, hacemos propia una exigencia reiterada por el autor en su texto: que no se prive al pueblo español la verdad de lo realmente acaecido aquel trágico 11de marzo.
Título: 11 M. Los perros del infierno. En el terrorismo internacional nada es lo que parece.
Autor: Ernesto Milà.
Editorial: PYRE (Barcelona).
Extensión: 302 páginas.
Precio: 22 euros.
Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 83-84, julio-agosto de 2004
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