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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

“Profetas del miedo. Aproximación al terrorismo islamista.” (EUNSA).

Javier Jordán. “Profetas del miedo. Aproximación al terrorismo islamista”.Ediciones Universidad de Navarra, S.A. Pamplona. 2004. 220 pp.

El terrorismo islamista plantea un novedoso conflicto armado que desborda los cauces conocidos de la guerra convencional y de los terrorismos del siglo XX. Un fenómeno que mantendrá, con toda seguridad, un tenebroso protagonismo en el siglo XXI.
 

Javier Jordán, profesor en la Universidad de Granada, es un experto en asuntos de seguridad, defensa y terrorismo; lo que acredita con este libro, especialmente con el magnífico apartado dedicado a la estructura de Al-Qa´ida.
 

Es un texto inquietante. El desafío de Al-Qa´ida desborda los conceptos de tiempo y territorio de la guerra convencional, los parámetros de las guerrillas tercermundistas y las estrategias de los diversos terrorismos del siglo XX. Con un dominio de las nuevas tecnologías, con células distribuidas por todo el mundo camufladas entre las comunidades musulmanas, con la firme voluntad de causar daños especialmente devastadores y, si puede ser, con cámaras de TV en directo; Al-Qa´ida ha desarrollado un nuevo tipo de guerra. Y todo ello con una firme base de creencias religiosas, aunque sean discutibles desde la ortodoxia interna del islam. Sin duda, recuerda el autor en varias ocasiones, la inexistencia en el islam de una autoridad religiosa central facilita la configuración de este fenómeno.

Alimentada por conflictos enquistados (Palestina, Chechenia, etc.), se afirma en la página 58 del libro que, “… durante la segunda mitad del siglo XX fue tomando cuerpo una corriente doctrinal que justificaba religiosamente el empleo de la violencia con el fin de restablecer la gloria del islam y derrotar a los enemigos de la religión… Los principales teóricos del yihadismo fueron personas con formación teológica no tradicional, que elaboraron un discurso político-religioso al que añadieron elementos ideológicos del comunismo y del fascismo. La mezcla de referencias islámicas y discurso antisistema también se encuentra presente en los siguientes defensores teóricos de la yihad terrorista”.

Existen dos Al-Qa´ida, la expresión más emblemática de esa yihad terrorista: la organización de Bin Laden y la constelación de grupos terroristas coaligados, en una red de redes, que también agrupa a ONGs islámistas, organizaciones caritativas, incluso personalidades de algunos gobiernos; con una misma causa y similares objetivos.

Se trata de un nuevo tipo de conflicto armado: una guerra total que no diferencia entre combatientes y civiles, asimétrica, de desgaste, que no busca el chantaje y sí la completa derrota del adversario. La victoria sobre los rusos en Afganistán marcó el camino.

Para el desarrollo de su estrategia, Al-Qa´ida busca la movilización de los musulmanes, el reclutamiento de los más decididos, formándolos y adoctrinando cuidadosamente, y la captación de cuantiosos recursos económicos. Y lo están consiguiendo. En este contexto, Bin Laden no es imprescindible.

El libro resalta otra faceta muy importante: los efectos económicos de este terrorismo. Para los atentados del 11 de septiembre, Al-Qa´ida invirtió medio millón de dólares (un misil Tomahawk cuesta el triple); ocasionando unas pérdidas incalculables que han impactado (conforme las cifras reflejadas en sus páginas 167 y 168), por su magnitud macroeconómica, en la economía mundial.

¿Cuál ha sido la respuesta del adversario? Jordán recuerda una circunstancia. Las cámaras de la CNN fueron testigo, años atrás en Somalia, de un incidente en el que perdieron la vida varios militares norteamericanos. Su impacto en la opinión pública indujo a los islamistas a considerar que el enemigo yanqui era naturalmente cobarde, de ahí que “Más que un error en inteligencia, el 11 de septiembre fue resultado del fracaso estratégico de la disuasión norteamericana” (página 135). Por ello, la intervención americana en Afganistán cogió de sorpresa a los estrategas islamistas. No obstante, los norteamericanos, asegura el autor, son eficaces a corto plazo; pero no les resulta sencillo consolidar regímenes amigos. Y su discurso del “eje del mal”, cuestiona, ha radicalizado las posturas desplazando a los moderados.

En el fondo de esta crisis existe una confrontación entre dos concepciones antagónicas del mundo. Un Occidente laicista y relativista frente a un islam, expansivo por naturaleza, para el que Estado, sociedad y religión son dimensiones inseparables. En estas circunstancias, sólo se podrá dialogar con el islam desde la propia identidad, con un correcto diagnóstco de la realidad, y sin complejos.

¿Qué puede pasar en el futuro? El autor aventura algunas claves. La desaparición de los refugios de Al-Qa´ida en Sudán y Afganistán ha dificultado su labor; pero no la impide. Dado su manifiesto interés por las armas de destrucción masiva, no excluye que intenten algún atentado con armas biológicas. Necesitan, en cualquier caso, actuar para seguir vivos. Y un cambio de régimen (en Arabia Saudita, Pakistán, etc.), generaría nuevas expectativas.

Sus previsiones, en definitiva, no son nada optimistas, ya que, tal como asegura, en su página 208, “Mientras no se solucionen las causas de fondo todo lo que podrá hacerse será gestionar el conflicto y minimizar los daños”. Un futuro imprevisible que España, quiera o no quiera, tendrá que afrontar.

El Semanal Digital, 6 y 7 de marzo de 2004.

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