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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

“Copiar y Pegar” (LibrosLibres).

Alberto Fernández-Salido y Carlos Serrano Barrie. “Copiar y Pegar.” Prólogo de Manuel Leguineche. LibrosLibres. Madrid. 2003. 292 pp.

 

 

 

La realidad de la prensa escrita vista desde su “cocina”. Una novela autobiográfica de dos jóvenes periodistas -no llegan a la treintena- que no renuncian a la aventura del Periodismo (así, con P mayúscula); avalada por las entrevistas a 14 periodistas españoles de primera fila, una por capítulo del texto.

 

 

Este trabajo pretende, entre otros objetivos, disuadir a posibles futuros periodistas: no podrán decir, de esta manera, que “nadie nos lo había advertido”. Sin duda, el libro gustará a otros periodistas, a sus sufridos familiares y a lectores interesados por los interiores del Periodismo. Y seguro que proporciona a todos una perspectiva más realista y actual que la transmitida por la memorable película “Primera plana”, o las series televisivas “Lou Grant” y la española “Periodistas”.

 

 

Se nos muestra la realidad, pura y dura, del Periodismo, pero hecha con amor a la profesión: personajes arquetípicos, la universidad y el Periodismo, las prácticas, el papel de los becarios, las relaciones con los jefes, las implicaciones con el poder político, la promoción profesional, las condiciones económicas, el corresponsal de guerra… Y todo ello, atravesado por los imperativos de las cuentas de resultados de las empresas periodísticas. Nos narra un panorama, en buena medida, desconcertante, y que ha evolucionado considerablemente: de un ejercicio muy vocacional (entendido casi como un peculiar “sacerdocio”) con sus tres “Dés” características del periodista (divorciado, desequilibrado y dipsómano), a la chata realidad actual.

 

 

Por otra parte, sigue siendo lugar común considerar a la prensa, y demás medios de comunicación, como el Cuarto Poder. Aquí, por el contrario, se asegura que está condicionada, casi por completo, por lo que denomina ”poder político, financiero y social”. Otro tópico que cae. Se acabó la independencia. Murió el romanticismo.

 

 

Descendiendo a la rutinaria realidad del periodista “normal”, también nos aseguran que su característico espíritu de aventura ha pasado, salvo contadas y envidiadas excepciones, a mejor vida. Los periodistas de hoy día se comportan, afirman, como oficinistas alimentados, en buena medida, por Internet, informaciones ya elaboradas y conformistas ruedas de prensa.

 

 

Pero, en el fondo de la situación, ¿qué ha pasado para que esa profesión, antaño valorada de forma muy positiva por la sociedad, se encuentre tan desprestigiada y devaluada? Tal vez una clave la proporcione Alejandro Echeverría cuando responde, en su entrevista, a una pregunta (página 214), que “…la sociedad actual es tremendamente materialista y la profesión es un reflejo de la sociedad en que estamos viviendo todos”. Pero no se trata –la anterior- de una mera afirmación abstracta sin efecto alguno en la vida cotidiana de periodistas y demás contemporáneos. Así, Alfonso Sánchez-Tabernero asegura, en la página 52, al caracterizar al joven estudiante de Periodismo, que “Es supercrítico con lo que tiene delante y nada crítico consigo mismo”. Una magnífica descripción de la mentalidad de los jóvenes de hoy día, periodistas o no, que se extiende imparable por todos los segmentos sociales.

 

 

El ejercicio del Periodismo siempre ha estado acompañado de una carga, mayor o menor, de romanticismo y pureza, de amor a la verdad, de pasión por contar las cosas que ocurren y de las que el periodista es testigo privilegiado. Y, aunque el diagnóstico del libro sea muy pesimista, la mera publicación del mismo significa que hay esperanzas; pues, no en vano, en el corazón de todo hombre, periodista o no, late un deseo de sentido, de verdad y de belleza que, en toda circunstancia, también en la práctica periodística, pugna por encontrar su correspondencia.

 

 

 

El Semanal Digital, 22 de noviembre y 18 de diciembre de 2003

 

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