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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

Espacios de libertad en Internet.

         Internet se viene configurando como un poderoso instrumento al servicio, también, de medios de comunicación alternativos a los “tradicionales”. Junto a otras posibilidades de comunicación y movilización cívica, que también facilita Internet, puede afirmarse que presta un gran servicio al ejercicio responsable de la libertad en este medio.

 

 

         Es indudable que el mayor dinamismo existente, en el mundo de los medios de comunicación, se desarrolla en Internet; la red de redes por excelencia. Comunicación, información, formación, incluso relación personal, se dan de la mano en un medio para el que no existen fronteras políticas o geográficas, siendo la inmediatez una de sus principales características.

 

         Otro aspecto más hace interesante a este medio. Pero partamos de una premisa previa. Por supuesto que puede ser instrumento de inimaginables posibilidades de un mal uso, llegando incluso a inquietantes nuevas fórmulas de delincuencia organizada. Pero ello no impide que este medio sea especialmente “democrático”, tal y como nos lo aseguran los teóricos que reflexionan al respecto. Y lo es en el sentido de que no es imprescindible una gran fortuna, o el apoyo financiero de un grupo poderoso, para estar presentes en la oferta informativa y de opinión del gigantesco escaparate que es Internet. Además, al usuario, el acceso a Internet sólo exige una sencilla formación y una pequeña disponibilidad pecuniaria, para servirse de una o varias de las funciones allí disponibles.

 

         Concreta expresión de este creciente universo de comunicación es la consolidación, en España, de algunos diarios virtuales que, sin edición impresa, se están convirtiendo en referencia casi obligada para el seguimiento de la actualidad; y no sólo por sus “confidenciales”. Nos referimos a los casos de elsemanaldigital.com, diariodirecto.com, libertaddigital.com, etc.

 

         Existen, asimismo, otras páginas que, con el formato mixto de publicación periódica y confidencial, presentan a sus lectores, además de sus específicos contenidos centrales (económicos, de actualidad, etc.) unos puntos de vista, en ocasiones, “políticamente incorrectos”; pero que responden a las inquietudes y convicciones de un nutrido colectivo social. Un ejemplo paradigmático de ello es hispanidad.com.

 

         Internet, también, constituye una extraordinaria posibilidad para agencias de noticias que rompen con algunos de los moldes del pasado. Son muchas las que han florecido en este entorno. Destaquemos, entre otras, a ZENIT, que, desde Roma, presta un inestimable servicio a la Iglesia católica y a todos los interesados en sus juicios y rica vida.

 

         Para los profesionales de cualquier especialidad, de nuevo Internet es una fuente sorprendente de servicios. Recordemos, a título de ejemplo y entre otras muchas, a la web periodismocatolico.com, auténtico banco de escritos de autores católicos, en español, con vocación por la comunicación que, igualmente, facilita diversas utilidades relacionadas con el ejercicio del periodismo.

 

         Pero, además de los servicios prestados por las páginas mencionadas, recordemos a algunas iniciativas ciudadanas que se han desarrollado y consolidado gracias a Internet. Todos tenemos en mente la importancia decisiva, de este medio, en la efectiva campaña internacional organizada para evitar la lapidación de varias mujeres en Nigeria. Es el caso, también, de las llamadas plataformas transversales que, con unas convicciones muy concretas (católicas, como en el caso de E-cristians, o no confesionales, en el de Hazte Oír), están logrando movilizar a unos sectores sociales que, de no disponer de esos altavoces, difícilmente se habrían coordinado, quedando relegadas, entonces, en el debate social y político.

 

         Y no olvidemos la función que desarrollan las versiones digitales de medios impresos consolidados. Pensamos, por ejemplo, en el semanario católico Alfa y Omega y en el suplemento de religión Fe y Razón del diario La Razón; por lo que su difusión queda garantizada en la gran comunidad internacional de habla española.

 

         Otros prácticos instrumentos de Internet son los llamados “portales temáticos”. Son muy numerosos, de todos los gustos y variadas prestaciones. Algunos de ellos son católicos, facilitando el acceso, la comunicación y la difusión de la vida de numerosísimas realidades e iniciativas eclesiales de todo el mundo; también con espíritu misionero.

 

         Podríamos señalar, desde una perspectiva autocrítica que, en Internet, los católicos estamos desplegando un notable activismo que no corresponde al desarrollado, en la actualidad, en prensa escrita y otros medios de comunicación de masas “tradicionales”. Tal vez, esta dispar realidad nos haga reflexionar sobre sus causas, sacando las conclusiones pertinentes y, en consecuencia, actuar en los medios “clásicos” con mayor decisión y voluntad de presencia.

 

         También echamos de menos, volviendo casi al principio de este breve artículo, la existencia de un diario digital católico. Creemos que existe capacidad más que suficiente para que, desde algún sector decidido del catolicismo social español, se haga realidad. Por otra parte, no requiere un despliegue de medios económicos tan abultado como el que exige el lanzamiento y mantenimiento del medio equivalente tradicional (diario impreso). Ya existen experiencias que vienen abriendo y señalando el camino a seguir. Es necesario un medio diario católico de referencia. Cada día, mayor número de españoles inicia las actividades de la jornada con las noticias y opiniones de su medio digital preferido. No podemos estar ausentes en esa oferta informativa. Y no olvidemos, que en otras épocas de nuestra historia ya se abordaron, en situaciones mucho más difíciles y dramáticas, empresas informativas que exigían mayor movilización y desembolso económico.

 

         Y una última reflexión. Internet es un medio muy poderoso y atractivo. Pero sólo es un medio. No debe constituirse en un fin. Por ello, mucho cuidado con la mentalidad –o tentación- que puede subyacer en algunas expresiones, como la de “comunidad virtual”. Internet puede facilitar y posibilitar la comunicación. Pero nunca debe ser una excusa o un sustitutivo cómodo del determinante “cara a cara”. La vida se juega en encuentros personales. Ese método fundamental de la experiencia humana no debe quedar oscurecido por el brillante astro de Internet. Tampoco en la Iglesia.

 

Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, nº 74, octubre de 2003.

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