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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

Fernando el Católico y los falsarios de la historia en Zaragoza.

¿Tiene sentido reeditar, a los 80 años de su aparición, el complejo libro resultado de la investigación histórica de un pensador, y político tradicionalista, que murió fusilado en los inicios de la guerra civil española? A ésta, y a otras cuestiones, se respondió en la presentación del libro Fernando el Católico y los falsarios de la historia, organizada por Foro Arbil en la ciudad de Zaragoza, el pasado 14 de marzo.

Un libro de Víctor Pradera Larumbe.

El pasado viernes 14 de marzo de 2003, a las 19’30 horas, se presentó en Zaragoza el libro Fernando el Católico y los falsarios de la historia, escrito hace 80 años por el político y pensador tradicionalista navarro Víctor Pradera Larumbe. A GRAFITE ediciones (http://www.grafite-ediciones.com/) ha correspondido la fortuna de reeditar este libro decisivo en la fundamentación historiográfica del moderno navarrismo –entendido como la concepción política, histórica y cultural que afirma la particular identidad navarra como consustancial a la empresa nacional española- en su pugna con el nacionalismo vasco.

Las circunstancias de la reincorporación de Navarra al proyecto español, siempre levantaron serias divergencias entre historiadores. Muchos consideraron que la postura de una parte de la facción agramontesa (otra parte apoyó al Duque de Alba), empecinada en la defensa a ultranza de la independencia, fue ejemplar y “patriótica”, en detrimento de los beaumonteses, presentados como traidores a Navarra. Ante los equívocos de tales posturas, Pradera saltó a la arena de la polémica historiográfica, demostrando la lealtad de Fernando el Católico a sus familiares navarros; pues llegó a rechazar en siete ocasiones las ofertas de Francia de anexión de Navarra a España, en un intento de salvaguardar los intereses de sus sobrinos. Por otra parte, confirmó la legalidad y legitimidad de la conquista conforme al derecho de la época. Navarra es incorporada conforme a unas Bulas papales que Pradera demuestra verídicas y no falsificadas, tal como achacaron algunos historiadores y polemistas.

De esta forma, prestando un servicio a la verdad del pasado, privaba de argumentos a un nacionalismo vasco que se alimentaba de equívocos históricos en su expansión; sirviendo su Fernando el Católico y los falsarios de la historia, en el futuro, como base para el trabajo de historiadores de prestigio, caso de Jaime del Burgo en su fundamental Historia General de Navarra.

Para una introducción a los contenidos del libro, nos remitiremos al mismo y al artículo de José Luis Orella Por el honor de Fernando el Católico, (Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 50, octubre de 2001).

Acto de Foro Arbil en Zaragoza.

La presentación tuvo lugar en la sala polivalente, a rebosar, de la Biblioteca de Aragón, entidad que proporcionó los recursos habituales empleados en este tipo de actos y que incluyó en su programación oficial. Un buen número de personas no pudo acceder a la sala, por razones de seguridad al tratarse de un semisótano, lo que proporciona una idea del éxito de asistencia; acreditado por los distribuidores del libro en Aragón, presentes en el acto, quiénes realizaron buenas ventas del mismo.

Presentó el acto D. Fernando José Vaquero Oroquieta, redactor de Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica. Caracterizó a Foro Arbil, la entidad convocante, con dos notas: la amistad de sus miembros y su seguimiento de los criterios teóricos y de acción marcados por la Doctrina Social de la Iglesia católica. Recordó la estrecha unión de la entidad con la ciudad de Zaragoza por un doble motivo: Arbil, en el hispánico idioma del euskera significa “pilar”, lo que no precisa mayor explicación, y, en segundo lugar, por lanzarse todos los meses desde esta ciudad la publicación digital de la asociación, que ya cuenta con más de 50.000 lectores mensuales. Después del capítulo de agradecimientos, planteó, en forma de interrogantes, la oportunidad de la reedición de un libro que, pese a tener una indudable importancia, permanecía casi olvidado; pasando, finalmente, a presentar a los ponentes.

Los ponentes.

El primer ponente fue D. José Antonio Herrero Crespo, editor de GRAFITE y del libro, quien explicó las razones de la reedición. De bancario pasó a editor de libros religiosos; y, una vez editor de textos especializados, se ha animado a lanzar una colección de libros que recoja las aportaciones a la empresa española de tantos vascos. Su experiencia personal, así como sus vivencias en el País Vasco, le han llevado a intentar rescatar este apartado fundamental de nuestra historia común que pretende ser anulada por la utopía nacionalista, en un ejercicio de ceguera que pretende reinventar, según sus necesidades, unas bases históricas que carecen, violentando la realidad y una tradición de siglos.

D. José Luis Orella Martínez, biógrafo de Víctor Pradera, Presidente de Foro Arbil y Portavoz de Foro el Salvador, le siguió en el uso de la palabra, extendiéndose en la atractiva figura de Víctor Pradera Larumbe: un político e intelectual de enorme talla moral y gran capacitación personal. Igualmente, expuso las circunstancias políticas del momento en que el autor escribe el libro, apremiado por la ofensiva del nacionalismo vasco al que descubre en su íntima naturaleza; anticipándose en varias décadas a las dramáticas conclusiones a las que vienen llegando la mayor parte de las fuerzas políticas y sociales españolas, después de décadas de ceguera ante las pretensiones del partido jeltzale.

D. Pascual Tamburri Bariain, medievalista, del cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria y redactor de Elsemanaldigital.com, polarizó la atención del público asistente en torno a cuestiones, en un principio poco atractivos para los no iniciados, como el de los títulos de legitimidad de la conquista de Navarra por el rey católico, Bulas papales, líneas sucesoras, continuidades dinásticas, etc. También nos habló del contenido concreto del libro de Pradera, de las circunstancias históricas de la reincorporación de Navarra a la empresa nacional española, acerca de la figura extraordinaria de Fernando el Católico, y de un asunto de vitales repercusiones todavía hoy: el peso real de las polémicas historiográficas en el motor de la ideología nacionalista vasca. Sin duda, precisa de una legitimidad, en sus pretensiones secesionistas, que busca en la historia. Si no la encuentra, manipula historia y pasado; llegando a inventarlo según sus planes. Es lo que ocurrió en su día, cerrando Pradera un capítulo importante de esas polémicas. Es incuestionable, desde entonces, que la reincorporación de Navarra fue legal y legítima, según el derecho de la época. En contra del criterio de los nacionalistas vascos, quiénes aseguran no existió tal base y por lo tanto España estaría “viciada” de partida, Pradera se alzó con los alegatos de una investigación rigurosa; lo que sin duda no le perdonaron y pudiera explicar su trágico fin.

El turno de preguntas del público planteó interesantes cuestiones: desde la posición de los ponentes ante la guerra en Irak, el presunto aragonesismo de Fernando el Católico, su personalidad plenamente medieval, el papel social como creador de opinión de Diario de Navarra, el Príncipe de Viana, etc.

Numerosos aplausos acreditaron la fortuna de muchas de las afirmaciones emitidas; destacando entre el público directivos de entidades navarras radicadas en Zaragoza, miembros de varios departamentos de Historia de la Universidad de esta ciudad, una periodista de “El Periódico de Aragón” y varias decenas de miembros de grupos culturales y juveniles zaragozanos.

La próxima aparición de sendos libros a cargo de los dos historiadores presentes, el titulado Los otros vascos junto a otro que reflexiona en torno a la naturaleza del nacionalismo vasco, pudiera augurar la reedición de una jornada similar, lo que seguro se recibiría con el interés mostrado en esta ocasión.

Algunas reflexiones.

En las intervenciones pronunciadas se constataron dos coincidencias significativas: la afirmación de la necesidad de recuperar la memoria histórica española, como un servicio a la verdad frente a las manipulaciones y la ignorancia, y la de trabajar culturalmente, más allá de la mera política, para afrontar con éxito el reto nacionalista vasco que se presenta en todas las esferas de la vida.

Unas conclusiones, sin duda, de la máxima actualidad y pertinencia.

Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, Nº 67, marzo 2003

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