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Crónicas navarras de Fernando José Vaquero Oroquieta

Los personajes de la República vistos por ellos mismos.

Moa Rodríguez, Pío: Los personajes de la República vistos por ellos mismos.
Ediciones Encuentro. Madrid. 2.000
445 páginas.
2.900 ptas.

 

El historiador Pío Moa Rodríguez ha escrito este libro, disponible desde el mes de junio en las librerías de toda España, relativo a personajes y aspectos fundamentales de la IIª República Española.
Este libro se suma a “Los orígenes de la Guerra Civil Española” (Ediciones Encuentro, Madrid 1.999), del mismo autor, cuya tesis central afirmaba que la llamada “revolución” de octubre de 1.934 fue el inicio de la Guerra Civil Española, desencadenada fundamentalmente por un PSOE “sovietizado” en sus objetivos y métodos.
El historiador anuncia en ambos libros, la futura aparición de un tercero: “El derrumbre de la República y el Frente Popular”, que no cabe duda generará expectativas y polémica, convirtiéndose el autor en referencia imprescindible para el conocimiento de la época.
El libro que en esta ocasión nos ocupa gira en torno a tres personajes fundamentales, políticos republicanos “burgueses” todos ellos: Niceto Alcalá Zamora (conservador), Manuel Azaña (izquierda jacobina) y Alejandro Lerroux (centro moderado).

Se trata de un libro denso, muy elaborado, con un trabajo sistemático de fuentes documentales, especialmente las memorias y demás escritos de los propios personajes. Nos introduce en los universos mentales y vitales de estos tres políticos fundamentales, por sus determinaciones y decisiones, en la evolución de la IIª República. Es de destacar, en ese sentido, que las relaciones personales establecidas entre ellos eran de puro aborrecimiento, lo que sorprende y, en ocasiones, divierte. Y esta circunstancia fue determinante en la evolución de la República, al constituir una de las principales causas de su desaparición.

Repasa, a través de las peripecias de los tres citados, la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la caída de la Monarquía y todo el periodo republicano.

Se trata de un libro que hace polvo los mitos “políticamente correctos” al uso. Así, la implantación misma de la República dudosamente puede concebirse como democrática. La derecha de la CEDA, afirma este autor, hizo todo lo posible por integrar a las masas derechistas en la vida de la República. Las izquierdas optaron por la insurrección. En el desarrollo de una estrategia terrorista, la iniciativa la protagonizaron los socialistas y los anarquistas, especialmente, teniendo que responder Falange de idéntica forma pero a la defensiva siempre. Los partidos republicanos de izquierda actuaron de forma especialmente sectaria, siendo arrastrados por las izquierdas marxistas. El Partido Radical de Lerroux constituiría, siempre a juicio del autor, el principal pilar del nuevo régimen, pero el sectarismo de Azaña y Alcalá Zamora, impidieron que se consolidara como pieza fundamental del mismo, cayendo víctima de una ingeniosa conspiración que describe minuciosamente (el caso straperlo). También destaca la importancia secundaria de la evolución económica.

Especialmente malparados salen Niceto Alcalá Zamora y Manuel Azaña, aunque por causas distintas. El primero, de mínima trayectoria republicana, fracasó en el intento de crear una República conservadora, siendo arrastrado por los acontecimientos en diversas ocasiones, con actuaciones sectarias, cuando no patológicas. La figura de Azaña queda hecha añicos. Carente de un pensamiento profundo que trascendiera  afirmaciones genéricas y demagógicas, refleja una personalidad egocéntrica y tortuosa, proyectando tales carencias en su actuación pública.

El autor repasa todo la historia española desde que Alejandro Lerroux entra en la vida pública. Los principales hechos históricos son descritos de forma muy minuciosa, enjuiciando el autor muchas actitudes y alternativas existentes. En ese sentido, describe y, además, reflexiona sacando conclusiones siempre a partir de datos objetivos basados en fuentes documentales del momento. Es ahí cuando rompe los esquemas de la “mitología republicana”, libre de prejuicios de cualquier tipo.

Por su importancia, vuelve a analizar la insurrección de octubre del 34, comparándola con la “sanjurjada”, determinando todo ello la enorme responsabilidad del PSOE en el desencadenamiento de la guerra civil.

Realiza interesantes consideraciones a partir de los datos de la evolución económica e intelectual de la sociedad española. Dedica un cierto espacio al acoso sufrido por la Iglesia católica desde los partidos izquierdistas. Así, recordó el autor que, en diversos momentos de la República española, además de conventos, se quemaron bibliotecas y obras sociales de todo tipo iniciativa de la Iglesia, sin olvidar las medidas legales y los debates parlamentarios correspondientes.
También dedica un espacio importante al papel jugado por el anarquismo español, en particular la influencia de los sectores radicales de la FAI dentro de la CNT.
No escapan de su estudio otros partidos como el PCE, los monárquicos, etc. Pero todo ello, siempre, desde el papel fundamental jugado por estos tres personajes, en torno a los cuales gira, no ya el libro, sino la propia IIª República Española.

El libro está compuesto de una interesantísima introducción en la que anticipa algunas de las conclusiones del texto, tres partes y un apéndice.

La primera parte, titulada “juventud y maduración” se centra en la vida de los tres principales personajes, con especial atención al 98 y a la Dictadura de Primo de Rivera.
La segunda parte, “dos años decisivos”, dedica su espacio al Ateneo de Madrid, el Pacto de San Sebastián y a la instauración, paradójica, de la República.
La tercera parte, titulada “un proceso de demolición”, se dedica a la evolución de la República, alcanzando algunos de sus apartados particulares tonos sombríos, caso del denominado “hacia la guerra civil”.
El apéndice de 20 páginas está dedicado al papel jugado por la formación predominante entre los católicos y la derecha, es decir la CEDA, y las críticas que se han vertido tradicionalmente contra la misma. También, aquí, el autor rompe esquemas.
Las 20 páginas de “notas”, junto al índice onomástico, cierran el libro.
Un libro fundamental ante el que no es posible permanecer indiferente.

 

Revista de historia contemporánea Aportes, Nº 45, 1/2001.

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